miércoles, 30 de septiembre de 2015

Confesar el amor del Padre


"Confesar a un Padre que ama infinitamente a cada ser humano implica descubrir que «con ello le confiere una dignidad infinita».

Confesar que el Hijo de Dios asumió nuestra carne humana significa que cada persona humana ha sido elevada al corazón mismo de Dios.

Confesar que Jesús dio su sangre por nosotros nos impide conservar alguna duda acerca del amor sin límites que ennoblece a todo ser humano. Su redención tiene un sentido social porque «Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres».

Confesar que el Espíritu Santo actúa en todos implica reconocer que Él procura penetrar toda situación humana y todos los vínculos sociales: «El Espíritu Santo posee una inventiva infinita, propia de una mente divina, que provee a desatar los nudos de los sucesos humanos, incluso los más complejos e impenetrables». La evangelización procura cooperar también con esa acción liberadora del Espíritu.

El misterio mismo de la Trinidad nos recuerda que fuimos hechos a imagen de esa comunión divina, por lo cual no podemos realizarnos ni salvarnos solos. Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora. La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás. "

martes, 29 de septiembre de 2015

El Dios que llama y envía

Desde la aurora de los tiempos Dios pronuncia su Palabra
llamando al hombre, a la mujer, a ti y a mi,
a ser, a amar, a continuar su obra creadora,
a ser testigos de su presencia en el tiempo.

Dios nos llama desde la aurora de los tiempos
y toda nuestra vida encuentra su sentido en esta llamada,
sin ella todo se vuelve absurdo.

Porque todo el que escucha experimenta qué es el amor
y el amor es la luz de los hombres,
y la luz ilumina la oscuridad,
pero quien vive en la oscuridad
no quiere reconocerlo.

Existieron muchos hombres que respondieron a su voz:
Abraham, Moisés, los profetas, Juan Bautista, Pedro, Santiago, Juan,
Francisco de Asís, Ignacio de Loyola, Teresa y Juan de la Cruz,
Antonio María Claret, Juan XXIII…

Ellos fueron testigos de su Palabra,
testigos de su amor,
para que todos los hombres pudiesen escuchar,
para que todos los hombres encontrasen el camino de la verdad.

Ellos no fueron la luz,
sino testimonio de la luz de Dios.
Por ellos la luz de Dios se mantuvo en el mundo
porque con su vida y con su palabra proclamaron que:

Nadie conocía al Dios verdadero,
pero Jesús de Nazaret,
la Palabra del Padre que clama desde la aurora de los tiempos,
se hizo hombre
y habitó entre nosotros,
y con su entrega  nos liberó
y nos abrió el camino del amor.

Y, ahora, Dios sigue llamando,
nos necesita, a ti y a mi,
como necesitó a esos hombres,
para que su luz no se pierda,
para seguir proclamando que el Dios de Jesús
es el Dios del amor y de la gracia,
el  Dios de la solidaridad y de la misericordia,
el Dios de la entrega generosa para que todos los hombres tengan vida.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Director de orquesta

Tocar en una orquesta es una experiencia creativa, divertida, diferente, costosa porque requiere compromiso y dedicación, pero también muy gratificante porque te sientes parte de un grupo que logra una melodía viva, que contagia, que transmite, que moviliza el corazón de quién la escucha.

El Director de orquesta realmente no toca ningún instrumento. No es el protagonista de un solo espectacular, ni tampoco suele llevarse las mayores ovaciones. Pero sin él, la melodía no termina de sonar, el grupo no acaba de tocar al unísono, es el que da el arranque y quien anuncia que la obra musical va llegando a su fin.

Dios tiene las maneras de hacer de un director que no obliga a nadie a formar parte de su orquesta, ni nos dice qué instrumento tocar. Dios nos da libertad para descubrir qué instrumento es el que mejor encaja con cada uno. Aquél instrumento al que más musicalidad podemos sacarle, aquél con el que más cómodos nos sentimos.

En el escenario donde toca la orquesta de Dios, todos tocamos acompasados, y si alguno desafinamos o nos perdemos, el Director nos corrige con ternura, con paciencia. La melodía es común, pero cada uno toca desde lo que sabe, desde su propio instrumento, con su técnica personal y desde sus dones y talentos.

Durante el concierto el director sólo nos acompaña en nuestro tocar y eso nos da seguridad. Nos hace indicaciones de qué camino escoger, qué momento es bueno para implicarnos más o cuando conviene reducir nuestra presencia o intensidad, pero el instrumento lo poseemos cada uno, y somos libres de tocar como queramos.


Me gusta soñar que se nos da la oportunidad de probar con varios instrumentos, en varios escenarios incluso con gente distinta. Me gusta soñar que no sólo hay una manera de tocar el mismo instrumento, y que hay canciones, melodías y ritmos diferentes. No todos disfrutamos con el mismo ritmo, ni todos encajamos en los mismos patrones, pero lo que de verdad me gusta soñar, es que hay un día en el que el concierto se borda. Es espectacular. El público, la gente, el mundo lo aprecia y lo entiende. Y lo agradece de corazón, porque toca lo más interno de cada uno. Me gusta soñar con una orquesta, que en manos de un director como Dios, es capaz de sacar lo mejor de sí misma, para contagiar a otros, la alegría de su música.

domingo, 27 de septiembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY

Son amigos, no adversarios



A pesar de los esfuerzos de Jesús por enseñarles a vivir como él, al servicio del reino de Dios, haciendo la vida de las personas más humana, más digna y dichosa, los discípulos no terminan de entender el Espíritu que lo anima, su amor grande a los más necesitados y la orientación profunda de su vida.
El relato de Marcos es muy iluminador. Los discípulos informan a Jesús de un hecho que les ha molestado mucho. Han visto a un desconocido «expulsando demonios». Está actuando «en nombre de Jesús» y en su misma línea: se dedica a liberar a las personas del mal que les impide vivir de manera humana y en paz. Sin embargo, a los discípulos no les gusta su trabajo liberador. No piensan en la alegría de los que son curados por aquel hombre. Su actuación les parece una intrusión que hay que cortar.
Le exponen a Jesús su reacción: «Se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros». Aquel extraño no debe seguir curando porque no es miembro del grupo. No les preocupa la salud de la gente, sino su prestigio de grupo. Pretenden monopolizar la acción salvadora de Jesús: nadie debe curar en su nombre si no se adhiere al grupo.
Jesús reprueba la actitud de sus discípulos y se coloca en una lógica radicalmente diferente. Él ve las cosas de otra manera. Lo primero y más importante no es el crecimiento de aquel pequeño grupo, sino que la salvación de Dios llegue a todo ser humano, incluso por medio de personas que no pertenecen al grupo: «el que no está contra nosotros, está a favor nuestro». El que hace presente en el mundo la fuerza curadora y liberadora de Jesús está a favor de su grupo.
Jesús rechaza la postura sectaria y excluyente de sus discípulos que solo piensan en su prestigio y crecimiento, y adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Este es el Espíritu que ha de animar siempre a sus verdaderos seguidores.
Fuera de la Iglesia católica, hay en el mundo un número incontable de hombres y mujeres que hacen el bien y viven trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. En ellos está vivo el Espíritu de Jesús. Hemos de sentirlos como amigos y aliados, nunca como adversarios. No están contra nosotros pues están a favor del ser humano, como estaba Jesús.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Receta optimista para este curso

1. ¿Que tus feligreses están “delgados” espiritualmente? La oración les hará fuertes.
2. ¿Que los bancos están llenos de polvo? Si abriésemos más las iglesias, cogerían más brillo.
3. ¿Que todo se hace mecánicamente? Hay que explicar, de vez en cuando, el por qué de las cosas y de los signos
4. ¿Que siempre vienen los mismos? A Jesús, 12, le bastaron
5. ¿Que tenemos muchas dificultades? En el calvario se levantó la cruz, no un divo
6. ¿Que la gente no nos comprende? Lo mismo decían del hablar de Jesús
7. ¿Que parece que somos de otro planeta? El Reino de Dios no es de este mundo
8. ¿Que hay excesivo trabajo? Dios nos ha llamado a la mies no a la playa
9. ¿Que fallan las fuerzas? La Palabra de Dios es un buen reconstituyente
10. ¿Que estamos solos? ¡La Iglesia es grande y universal!
11. ¿Que parece que nos repetimos? El Evangelio siempre será el mismo
12. ¿Que, creer, no está de moda? Pues empecemos a marcar estilo
13. ¿Que se habla mucho de la iglesia? ¡Algo tendrá el agua cuando la bendicen!
14. ¿Que esto ya no es lo que era? No hay tiempos mejores ni peores: sólo distintos
15. ¿Que hay demasiada crítica a lo religioso? Lo que se mueve…llama la atención
16. ¿Que se ha perdido el sentido de lo sagrado? Empecemos por nosotros mismos
17. ¿Que hay menos sacerdotes? Valoremos y recemos por los que tenemos
18. ¿Que no se ven los frutos de lo que hacemos? Nosotros hemos recogido la siembra y el esfuerzo de otros.
19. ¿Para qué tanta catequesis? ..¿Y para qué otras actividades? ¿Dios siempre el último?
20. ¿Es necesaria la misa? Tanto como el sol para que madure la fruta.

viernes, 25 de septiembre de 2015

APERTURA DE CURSO 2015-2016



Este fin de semana, del 25 al 27 de septiembre, tenemos la apertura de curso en El Escorial. Los responsables de los sectores y los de las regiones estamos citados a convivir estos tres días. Estas aperturas son momentos de encuentros muy provechosos para compartir experiencias. Los Equipos están repartidos por todo el territorio nacional y aunque cuando llegamos allí no nos conocemos, surge rápidamente un clima de cercanía, de cariño, de proximidad. Nadie allí es extraño. Nos sentimos hermanos. ¡Qué bien se está! Pedimos a todos que en vuestra oración tengáis un momento para pedir por este inicio de curso y este encuentro de la Súper Región.

Es el momento de recibir las informaciones del curso. Este año estará marcado por el Encuentro Internacional de Responsables Regionales que ha tenido lugar en Roma del 6 al 11 de septiembre, con visita al Papa Francisco.

Tendremos la oportunidad de adquirir el nuevo libro del Padre Caffarel, traducido por Mercedes Lozano, En presencia de Dios. Cien Cartas de oración. Las personas que estáis interesadas en él pedidlo a través de los responsables de los sectores.

Se presentarán los nuevos libros de Pilotaje, la nueva web y toda la buena labor que el Equipo Súper Regional está realizando.

También tendremos la primera reunión del Colegio Regional en el que concretaremos todo aquello que quedó pendiente en la reunión de junio en Cantabria porque el nuevo curso ya ha abierto la puerta.

El Lema para este curso 2015-2016 en la SR es VIVIR LA MISERICORDIA CON ALEGRÍA. Estamos en el año de la misericordia y esto es motivo de alegría para todos. El reto de la Región Noroeste para este curso 2015-2016 es DESTAPA EL TESORO ENS. Los Equipos son un tesoro que no podemos guardárnoslo. 

Es el inicio oficial del nuevo curso. Cada equipo puede ya comenzar a programar sus reuniones. Toca ya desperezarse, ponerse en movimiento, volver a los hábitos de los medios de esfuerzo. Jesús nos dice, venga ya comenzamos, ánimo, yo estoy con vosotros, no tengáis miedo, os amo.

Herminio y Mª Nieves


Responsables Región Noroeste

jueves, 24 de septiembre de 2015

Crecer es una revolución interna

Todos nos decían que no iba a ser fácil, pero nadie nos dijo que sería tan difícil. Que esto de crecer es una revolución interna, es un constante cambio de planes, es una necesidad de ser distinto sin dejar de ser uno mismo. Que es una cuestión muy personal, pero que puede involucrar a mucha gente o a poca gente, pero en definitiva, a la gente que nos importa.

Nadie nos dijo que había muchos sentimientos, a veces muy contradictorios. La necesidad de estar enamorado, la necesidad de que ese amor sea correspondido. A veces no tenemos las armas para lucharle al crecimiento y, generalmente, debemos conseguirlas durante la batalla. Nadie nos dijo que podíamos sentir angustia, amor, dolor, odio, esperanza y desesperanza en el mismo instante, que un día íbamos a tener que decidir qué camino seguir.

Muchos tienen la suerte de definirlo en su período escolar, otros deben hacerlo en sus días de universidad. A algunos les lleva toda la vida. Pero hay un momento en el que se decide qué camino transitar. Así, como cuando estamos enamorados... Primero conocemos a una persona, comenzamos a mirarla más detenidamente, nos empieza a gustar, y sucede en un instante que nos damos cuenta de que nos hemos enamorado. También en un instante nos percatamos de que debemos hacer bien las cosas. Que no podemos dejarnos abatir por el miedo, que tenemos que ser nosotros mismos, seamos quienes seamos, y así tendrán que aceptarnos.

Pero ser nosotros mismos significa ser sinceros, amables, saber que un gesto vale mucho, que a veces, una sonrisa se torna importantísima. Saber muchas cosas, aprender tantas otras, de eso se trata crecer y, en alguna forma, de eso se trata la vida. De eso se trata la vida... elecciones, crecimientos, aprendizajes. No podemos crecer sin dejar inevitablemente cosas atrás, deshacernos de las viejas creencias, de las cosas que nos limitan, animarnos a salir de nuestras zonas de comodidad para correr algún riesgo.

¿Que es difícil? ¡Claro que lo es! Pero la sensación de haber atravesado algo importante, de haber enfrentado algo que nos costaba, de haber salido adelante, es única, intransferible, inigualable. Todo el tiempo decidimos qué caminos transitar. Todo el tiempo estamos a tiempo de parar, de volver atrás, de desandar camino, de cambiar el rumbo, o de apurar el paso. Pero siempre, y aunque parezca que el momento "pasó", la vida siempre nos da una segunda oportunidad...

Confiemos; nunca nos ocurrirán cosas que no podamos transitar o atravesar. Todo es crecimiento. Como bebés que crecen confiados en sus papás, en que alguien le evitará sufrimientos, confiemos más. Analicemos menos, y disfrutemos del poco o mucho crecimiento que cada uno de nosotros pueda hacer.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Cada día, vivir

Hay días buenos y malos. Días tontos. Días especiales. Hay días de rutina, y otros de novedad. Hay días inolvidables –por fantásticos– e inolvidables –por trágicos–. Otros, se olvidan pronto. Hay días marcados por el ocio. O por el trabajo. Por el estudio. Por los viajes. Por la soledad, o por la gente. Sea lo que sea, lo importante es extraer el meollo de la vida a todos los días. Darnos cuenta de que cada día importa. Cada día es un escenario donde puedo poner en juego el amor, la justicia y la fe. Siempre.

martes, 22 de septiembre de 2015

Tu rostro en cada esquina

Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.
Que vea reír al desheredado,
con risa alegre y renacida.
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo.
Que en otro vea a mi hermano,
en el espejo, un apóstol
y en mi interior te vislumbre.

Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos
hacia lugares sin ti.

Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj

lunes, 21 de septiembre de 2015

Queremos salvar al sistema o a la humanidad?

La pregunta fue formulada por Monseñor Pedro Casaldáliga. Y de la respuesta que demos a la misma se derivan formas de actuar que no solo son diferentes sino diametralmente opuestas.
La mayoría de las respuestas que se han dado a la crisis han sido parches para salvar el sistema y a sus dioses: las Bolsas, los Bancos, las grandes empresas...
Otra forma de abordar la crisis es tomar como punto de partida que la economía debe estar al servicio del hombre (como ha dicho el Papa Francisco)y no al revés, como ocurre en la actualidad . Eso supone no conformarnos con parchear la crisis para volver a las mismas circunstancias que la desencadenaron.
Apostar por dar prioridad a la salvación de la humanidad, antes que al sistema, nos lleva a preguntarnos ¿qué hacemos ante la crisis? ¿Cómo nos afecta?
Si lo hacemos así descubrimos que, a nivel micro, debemos cuestionar nuestra manera de comportarnos. Tiene que ver con tener en cuenta cómo se producen los bienes materiales que consumimos; con conocer el impacto ecológico, laboral, y social que dejan con su actividad. No mirar para otro lado cuando sabemos que han sido hechos por empresas que explotan a sus trabajadores, emplean mano de obra infantil o contaminan.
Hay gente que se está implicando y adoptando medidas concretas relacionadas con el comercio justo; con una alimentación basada en una agricultura sostenible y unos productos más sanos; con abastecerse con productos locales y de temporada.
Hay gente que se pregunta sobre el dinero que tienen en los bancos: “¿A dónde van? ¿En quiénes repercuten? ¿A quién beneficia?” Y descubren que hay una Banca Ética, caracterizada por promover inversiones socialmente y ecológicamente responsables. Fiare y Triodos Bank son un ejemplo de ello.
nivel macro la solución pasa por apostar por la cohesión social y repensar el sentido de la democracia. Pasa por reforzar la sociedad civil y crear en torno a ella nuevos contrapoderes. Pasa por redefinir un futuro basado en la equidad y la justicia social y medioambiental.
Alejandro Córdoba

domingo, 20 de septiembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY

Dos actitudes muy de Jesús



El grupo de Jesús atraviesa Galilea, camino de Jerusalén. Lo hacen de manera reservada, sin que nadie se entere. Jesús quiere dedicarse enteramente a instruir a sus discípulos. Es muy importante lo que quiere grabar en sus corazones: su camino no es un camino de gloria, éxito y poder. Es lo contrario: conduce a la crucifixión y al rechazo, aunque terminará en resurrección.
A los discípulos no les entra en la cabeza lo que les dice Jesús. Les da miedo hasta preguntarle. No quieren pensar en la crucifixión. No entra en sus planes ni expectativas. Mientras Jesús les habla de entrega y de cruz, ellos hablan de sus ambiciones: ¿Quién será el más importante en el grupo? ¿Quién ocupará el puesto más elevado? ¿Quién recibirá más honores?
Jesús «se sienta». Quiere enseñarles algo que nunca han de olvidar. Llama a los Doce, los que están más estrechamente asociados a su misión y los invita a que se acerquen, pues los ve muy distanciados de él. Para seguir sus pasos y parecerse a él han de aprender dos actitudes fundamentales.
Primera actitud: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y servidor de todos». El discípulo de Jesús ha de renunciar a ambiciones, rangos, honores y vanidades. En su grupo nadie ha de pretender estar sobre los demás. Al contrario, ha de ocupar el último lugar, ponerse al nivel de quienes no tienen poder ni ostentan rango alguno. Y, desde ahí, ser como Jesús: «servidor de todos».
La segunda actitud es tan importante que Jesús la ilustra con un gesto simbólico entrañable. Pone a un niño en medio de los Doce, en el centro del grupo, para que aquellos hombres ambiciosos se olviden de honores y grandezas, y pongan sus ojos en los pequeños, los débiles, los más necesitados de defensa y cuidado. Luego, lo abraza y les dice: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí». Quien acoge a un «pequeño» está acogiendo al más «grande», a Jesús. Y quien acoge a Jesús está acogiendo al Padre que lo ha enviado.
Una Iglesia que acoge a los pequeños e indefensos está enseñando a acoger a Dios. Una Iglesia que mira hacia los grandes y se asocia con los poderosos de la tierra estápervirtiendo la Buena
Noticia
 de Dios anunciada por Jesús.
20 de septiembre 2015
José Antonio Pagola

sábado, 19 de septiembre de 2015

Mejor callar…

Hay palabras que es mejor no decir.Porque no hacen falta. Porque juzgan sin intentar comprender. Porque son falsas. Palabras de maledicencia o de crítica injusta, de chismorreo y de condena. Palabras innecesarias, o cháchara para llenar silencios que asustan. Palabras de burla que ignoran el dolor del débil. Palabras que apuñalan por la espalda. Es mejor callar aquello en lo que sabemos que no estamos siendo honestos, o aquello que no diríamos en persona. Aquello que levanta muros y genera desconfianzas y fracturas. Es mejor callar lo que envenena los sueños y marchita las vidas.

viernes, 18 de septiembre de 2015

La revolución de la ternura

"El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. Muchos tratan de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social del Evangelio. Porque, así como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual, sin carne y sin cruz, también se pretenden relaciones interpersonales sólo mediadas por aparatos sofisticados, por pantallas y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad.

Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura."

Evangelii Gaudium (II. Sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo)

El valor de las palabras

Parece mentira, todo lo que pueden llegar a hacer. Cómo acunan o cómo golpean. Cómo hieren o cómo acarician y sanan. Sinceras o falsas, pensadas o espontáneas… son uno de nuestros mayores tesoros. Las decimos, las escribimos, las leemos y compartimos. Aprendemos con las palabras prestadas de otros, y quizás también nosotros llegamos a decir algo que merezca la pena… para alguien. Hablamos, y en el hablar y en la escucha, a veces, nos encontramos… Jesús es Palabra de Dios. Palabra auténtica, de amor y pasión por nosotros. ¿Y yo? ¿Qué palabra soy?

jueves, 17 de septiembre de 2015

Aquí estoy, Señor

Aquí estoy con mi realidad delante de Ti,
suplicándote me ayudes a ser feliz a pesar de mi realidad,
a aceptarme con lo que tengo y lo que soy,
con mi estatura, mi cara, mi color de piel, el color o la forma de mi cabello,
mis ojos, la forma de mi cuerpo, mi gordura o delgadez,
mi condición socioeconómica, mis padres, mi familia, mis defectos y mis errores.
Reconozco que Tú quieres lo mejor para mi vida.
Te pido, que como dice tu palabra,
me ayudes a cambiar mi manera de pensar para que así cambie mi manera de vivir.
A partir de hoy declaro con mis labios, con mi mente y con mi corazón que me acepto como soy y con lo que tengo.
Gracias Señor por querer lo mejor para mí.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Personas con las que contamos

¡Buenos días!
Comenzamos un nuevo día, seguro que repleto de un montón de cosas que aprender, que compartir y que disfrutar.
Momentos que compartimos con un montón de personas. Estamos aquí gracias a su ayuda. Son personas con las que contamos siempre y que nos quieren y nos cuidan cada día: padres, familiares, profesores, amigos, entrenadores, monitores, salesianos, ... ¿Os imaginarías una vida sin todos ellas? realmente es para sentirse muy queridos y muy afortunados.
Ahora piensa especialmente en una de esas personas. Si te es difícil elegir puedes quedarte con varias. Estas invitado a pensar hoy un mensaje de cariño y agradecimiento para esa o esas personas. 
Tomate unos minutos, en tu sitio, en silencio. Puedes acompañarte de un bolígrafo, pintura o papel y escribir para ella o para ellas un mensaje sencillo. O, simplemente, puedes pensarlo y elegir cómo acompañar ese mensaje: si mediante un abrazo, un beso, una sonrisa, ... y en qué momento vas a hacer entrega de tu mensaje a esa persona.
Que sepamos disfrutar, valorar y agradecer el cuidado de todas esas personas que nos quieren. Que sepamos contar con ellas en nuestra vida.

martes, 15 de septiembre de 2015

¿Cuántas fotos más tenemos que ver para utilizar el sentido común?

La semana pasada, amanecimos con una noticia sobrecogedora, una fotografía de un niño sirio ahogado en una playa. Huía junto con su familia del horror de la guerra. 
Lo normal a los tres años es verlos en la orilla con el bañador y no vestidos. Lo normal es verlos dando saltos y no tumbados de este modo: boca abajo y de lado, como escuchando el latido de la tierra, si es que ésta tiene todavía corazón. Lo normal a los tres años es que te hagas el muerto y no que lo seas, que sea divertido mojarte, que prefieras las olas grandes a las pequeñas, que le pidas al hermano mayor que te entierre vivo para que saques la cabeza y después, con el cuerpo embadurnado en arena, corras deprisa hacia el mar. Lo normal a los tres años es que poses para una foto en un lugar como éste y que nadie tenga que pixelarte la cara.

La fotografía ya forma parte del álbum migratorio de la infamia: un niño varado en la playa como si fuera un pez en pantalones cortos.  Aquí tenemos una imagen que de verdad nos salpica como el ácido, evocadora del horror. ¿Cuántas fotos más tenemos que ver para utilizar el sentido común?

lunes, 14 de septiembre de 2015

¿Cómo quiere Dios que sea la familia? Responde el Papa Francisco

VATICANO, 10 Sep. 15 / 10:36 am (ACI).- Al recibir en audiencia a los Equipos de Notre Dame, un movimiento conocido también como Equipos de Nuestra Señora, el Papa Francisco advirtió de nuevo sobre los proyectos de colonización ideológica que deforman la imagen de la familia como Dios la quiere: un hombre, una mujer y los hijos.
Durante su discurso, el Papa ofreció además algunas claves para ayudar a los matrimonios heridos puesto que “una familia feliz, equilibrada, que lleva dentro la presencia de Dios, habla por sí misma del amor de Dios por todos los hombres”.
Francisco, sobre la misión de este movimiento respecto a las familias, aseguró que “es más importante en tanto que la imagen de la familia –como Dios la quiere, compuesta por un hombre y una mujer en vista del bien de los cónyuges y también de las generaciones y de la educación de los hijos– es deformada mediante potentes proyectos contrarios ayudados por colonizaciones ideológicas”.
El Obispo de Roma se refirió a las familias como “células vitales de nuestras sociedades y de la Iglesia, que se encuentran, como saben, amenazadas en el actual contexto cultural difícil”.
El Santo Padre destacó el empeño de este movimiento en sostener y acompañar a matrimonios con su ayuda y subrayó que esto es también una misión. “Después de haberlo recibido de Cristo y de la Iglesia, el cristiano es irresistiblemente enviado al de fuera para testimoniar y transmitir aquello que ha recibido”. En este sentido, “las parejas y las familias cristianas están a menudo en las mejores condiciones para anunciar a Jesucristo a las otras familias”.
Francisco destacó la alegría “profunda e insustituible que el Señor les hace a ustedes experimentar en la intimidad doméstica entre las alegrías y los dolores, en la felicidad de la presencia del cónyuge, en el crecimiento de los niños, en la fecundidad humana y espiritual que Él les concede, todo ello testimoniado, anunciado, comunicado al de fuera para que otros se pongan, a su vez, en este camino”.
Francisco animó a los matrimonios que acuden a los Equipos de Nuestra Señora y reiteró que “los puntos concretos de compromiso propuestos son realmente eficaces ayudas que permiten a las parejas progresar con fidelidad en la vida conyugal sobre la vía del Evangelio”.
“Pienso en particular en la oración en pareja o en familia, preciosa y necesaria tradición que ha sostenido siempre la fe y la esperanza de los cristianos, por desgracia abandonada en muchas regiones del mundo; pienso también en el tiempo del diálogo mensual propuesto entre los esposos –el famoso y comprometido ‘tener que sentarse’ que va contracorriente respecto a los hábitos del mundo frenético y agitado impregnado de individualismo– momento de intercambio vivido en la verdad bajo la mirada del Señor, que es un tiempo precioso de agradecimiento, de perdón, de respeto recíproco y de atención al otro”.
El Papa también se refirió a “la participación fiel a una vida de equipo, que lleva a cada uno la riqueza de la enseñanza y del compartir, como también a la ayuda y reconforte de la amistad”.
A su vez, alabó que el movimiento aporta a los sacerdotes valentía, así como “alegría sacerdotal, presencia fraterna, equilibrio afectivo y paternidad espiritual”.
El Pontífice les invitó a prestar especial atención a las parejas jóvenes, “antes y después del matrimonio” y a ser cercanos “a las familias heridas, que son hoy tan numerosas, por la falta de trabajo, de la pobreza, de un problema de salud, de un luto, de la preocupación causada por un niño, del desequilibrio provocado por un distanciamiento, una ausencia, de un clima de violencia”.
A este respecto, “debemos tener la valentía de entrar en contacto con estas familias de manera discreta pero generosa, material, humana o espiritual, en las circunstancias donde se encuentren vulnerables”, pidió.
También les invitó a ayudar a las personas cuyo matrimonio ha fracasado. “No olviden nunca que la fe conyugal es un don de Dios, y que hacia cada uno de nosotros se ha usado la misericordia”. Así, “una pareja unida y feliz puede comprender mejor a otra que no lo es, desde el interior, la herida y el sufrimiento que provocan un abandono, una traición, un fracaso en el amor”.
El Obispo de Roma también les pidió llevar su testimonio y experiencia “para ayudar a las comunidades cristianas a discernir las situaciones concretas de estas personas, a acogerlos con sus heridas y a ayudarles a caminar en la fe y en la verdad, bajo la mirada de Cristo Buen Pastor, para tomar parte de modo apropiado en la vida de la Iglesia”.

domingo, 13 de septiembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY

Reconocer a Jesús el Cristo


El episodio ocupa un lugar central y decisivo en el relato de Marcos. Los discípulos llevan ya un tiempo conviviendo con Jesús. Ha llegado el momento en que se han de pronunciar con claridad. ¿A quién están siguiendo? ¿Qué es lo que descubren en Jesús? ¿Qué captan en su vida, su mensaje y su proyecto?
Desde que se han unido a él, viven interrogándose sobre su identidad. Lo que más les sorprende es la autoridad con que habla, la fuerza con que cura a los enfermos y el amor con que ofrece el perdón de Dios a los pecadores. ¿Quién es este hombre en quien sienten tan presente y tan cercano a Dios como Amigo de la vida y del perdón?
Entre la gente que no ha convivido con él se corren toda clase de rumores, pero a Jesús le interesa la posición de sus discípulos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». No basta que entre ellos haya opiniones diferentes más o menos acertadas. Es fundamental que los que se han comprometido con su causa, reconozcan el misterio que se encierra en él. Si no es así, ¿quién mantendrá vivo su mensaje? ¿Qué será de su proyecto del reino de Dios? ¿En qué terminará aquel grupo que está tratando de poner en marcha?
Pero la cuestión es vital también para sus discípulos. Les afecta radicalmente. No es posible seguir a Jesús de manera inconsciente y ligera. Tienen que conocerlo cada vez con más hondura. Pedro, recogiendo las experiencias que han vivido junto a él hasta ese momento, le responde en nombre de todos: «Tú eres el Mesías».
La confesión de Pedro es todavía limitada. Los discípulos no conocen aún la crucifixión de Jesús a manos de sus adversarios. No pueden ni sospechar que será resucitado por el Padre como Hijo amado. No conocen experiencias que les permitan captar todo lo que se encierra en Jesús. Solo siguiéndolo de cerca, lo irán descubriendo con fe creciente.
Para los cristianos es vital reconocer y confesar cada vez con más hondura el misterio de Jesús el Cristo. Si ignora a Cristo, la Iglesia vive ignorándose a sí misma. Si no lo conoce, no puede conocer lo más esencial y decisivo de su tarea y misión. Pero, para conocer y confesar a Jesucristo, no basta llenar nuestra boca con títulos cristológicos admirables. Es necesario seguirlo de cerca y colaborar con él día a día. Esta es la principal tarea que hemos de promover en los grupos y comunidades cristianas.
José Antonio Pagola
24 Tiempo Ordinario - B
(Marcos 8,27-35)
13 de septiembre 2015

sábado, 12 de septiembre de 2015

Hablar sobre uno mismo

Hablar de fe también es aprender a hablar de mí
mismo. Enseñame Señor a descubrir mi verdad.
Ayúdame a entenderme. Y, en definitiva, ayudame a sentirme
amado. A veces siento que en esta cultura de tanta autoestima,
tanto miedo a decir que no, tanta exigencia y tanta competencia,
me encuentro con mucha inseguridad. Me escondo en mi escaparate
siempre dando la mejor cara.

Enseñame Señor a aprender a vivir la debilidad.
Ayudame a entender mi propia vida como historia (saliendo de la
abrumadora invasión del presente que pierde memoria y esperanza).
Solo la capacidad de construir historias nos pueden sacar de la tiranía
del sentirse bien ahora. Ayudame a vivir con más paz
tanto los éxitos como los fracasos.

Ayudame a integrar corazón y cabeza.
Ayudame a vivir desde la gratitud en la sociedad de la queja.
Enseñame a reconocer lo que tengo, a valorarlo y a celebrarlo.
Ayudame a comprender mis límites como algo que es importante en la vida,
en un mundo que exalta el no tenerlos,
y termina haciéndonos débiles y muy vulnerables.
En definitiva Señor quiero aprender que la vida es una sola.
Necesito reconciliarme con eso lo que implica también
aprender a elegir en ésta cultura del quizás...

Ayudame a comprender que existen límites morales:
el bien y el mal no dependen únicamente de la percepción relativa de las personas.
 Ayudame a asumir que hay límites institucionales: la perfección no existe,
desmontar el discurso utópico de los soñadores para despertar el sueño
evangélico…

Y, en medio de todo esto, que pueda ofrecer, frente a inercias, la conciencia de misión,
desmitificar y recuperar la idea de vocación –como la búsqueda del propio
lugar en el mundo- y el papel que en esto juega la capacidad de elegir y
decidir…

Quiero entenderme, religiosamente, como Hijo (amado) y hermano.
Señor, voy comprendiendo que hablar de fe es hablar sobre muchas de esas cosas,
queriendo llegar a hablar de todas.  Que pueda encarnar ésta capacidad de integrar
ambas dimensiones de la vida, Dios y el mundo, para ayudar a que las personas Te descubran
que estás cerca mi Dios, y que tú proyecto para cada uno sigue siendo un reto fascinante, que da
sentido y hace que cada vida sea plena.
Que así sea!

(Adaptación sobre un texto de Olaizola, sacerdote jesuita)