No puños cerrados.
Manos abiertas, una expresión de cercanía, de acogida, de encuentro. Porque una
mano abierta es una invitación a depositar algo. O la promesa de una caricia. O
un gesto de paz. Manos que piden, trabajan, que adoptan un gesto de espera, que
saludan, invitan y dan...
Elena López
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