50 ANIVERSARIO ENS SECTOR DE PALENCIA Y REGIÓN NOROESTE

TESTIMONIO DE JOSE CARLOS Y ANA

EL FUTURO ENS

 Nuestra experiencia en los equipos comenzó en noviembre de 2005, cuando conocimos un grupo de gente maravillosa y empezamos a caminar juntos, de la mano de nuestros pilotos.

Cuando nos casamos, yo pensaba que sería un milagro que algún día pudiéramos hacer oración juntos. A través de los Equipos, Dios ha hecho ese milagro y ahora rezamos juntos todas las noches.

A nuestro modo de ver, los principales valores de los Equipos de Nuestra Señora  se basan en lo que aporta el movimiento para la espiritualidad de la pareja y de la familia , y lo que enriquece la relación de pareja, ya desde el punto meramente humano.

Recordando las palabras del Padre Caffarel:

“Pensad! Cuán a menudo el amor de los esposos, el afecto entre padres se debilita, precisamente porque se descuida cuidarlo y profundizarlo. Nuestros amores humanos exigen encuentros, intercambios, momentos de corazón a corazón. Es algo vital. Lo mismo ocurre con el amor de Dios...”

Cuántas veces por falta de tiempo, por dejarnos llevar por la rutina o el frenético ritmo de vida que llevamos hoy, descuidamos las relaciones que más importan en nuestras vidas. Y nos olvidamos de lo necesario que resulta cuidarlas. Para ello, necesitamos organizarnos. La estructura de las reuniones de equipo ayuda a obligarse a encontrar este tiempo para cuidar las relaciones con las personas que queremos y la relación con Dios.

El futuro de los Equipos está en manos de todos nosotros. Y consideramos que lo que podemos hacer por ese futuro va en dos direcciones: trabajar dentro de nuestro Equipo, dando el máximo de nosotros mismos y difundiendo el movimiento en los ambientes en que nos movemos. Y esa difusión pasa por transmitir nuestra propia experiencia, porque para llegar a los que nos rodean no hacen falta grandes discursos, sino compartir nuestras pequeñas experiencias, aquello que nosotros vivimos.

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TESTIMONIO DE ANTONIO Y LOLI

LA RESPONSABILIDAD

Nosotros somos Antonio y Loli, responsables por poco tiempo ya del Equipo 4.

Comenzamos nuestro caminar en los E.N.S. por los años 70. No conocíamos nada, nadie nos había hablado de los Equipos de Nuestra Señora hasta que un sacerdote, D. Ignacio Ruiz, que nos quería y conocía bastante, nos invitó y animó a que, junto con otro matrimonio, Ernesto y Mari, entrásemos en el movimiento para reforzar un equipo.

        Dada la clase de persona que nos motivaba no ofrecimos ninguna resistencia. Todo ocurrió muy rápido y, en poco tiempo, nos vimos en los E.N.S. formando parte del Equipo nº 7.

        Podemos decir que desde el principio tratamos de vivir y vivimos en los Equipos al 100%. No había jornada que se nos resistiera, ni viajes, ni excursiones. Siempre el Equipo 7 fue colaborador y muy participativo, abierto a todo y a todos.

        Vivíamos en el Equipo muy bien, muy cómodos, escudados por un sacerdote y unos amigos distintos a los demás, en los que confiábamos plenamente y de los que sin duda recibíamos aquello que venía de perlas a nuestro matrimonio; esa ayuda mutua que en las reuniones como fuera de ellas cobraba tanto sentido.

        Pasaron los años, bastantes años recibiendo y recibiendo hasta que llegó el momento de la Responsabilidad.

Pero ¿qué es Responsabilidad? Algo que jamás nos habíamos planteado. No sabemos por qué lo nuestro era distinto. La veíamos tan lejana que no pensábamos en ella.

        Qué bien vivíamos en los E.N.S. y en el Equipo viendo cómo otros matrimonios trabajaban con tesón para que todo saliera lo bien que salía.

        Pero el Señor llamó a nuestra puerta y le abrimos recelosos, con miedo a defraudarle; pensábamos que no íbamos a ser capaces, hasta que EL mismo despertó e hizo crecer en nosotros los dones que nos había confiado para compartirlos con los demás, ofreciéndonos su colaboración y presencia.

        Fue a partir de este momento cuando en lugar de vivir instalados en los Equipos, pasamos a vivir los Equipos plenamente, dándonos en cuerpo y alma al movimiento.

        Así comenzamos siendo Secretarios del Sector, que con tanto acierto llevaron Tomás y Pacita y que tan útil resultó para nosotros.

         Más tarde aceptamos la Responsabilidad del Sector. Fue muy bonito y gratificante. Cuántas gracias y satisfacciones recibidas, Señor, aquello era demasiado.

        Seguidamente, sin responsabilidad alguna, comenzamos el pilotaje de un equipo y al finalizar, nos llamó de nuevo el Señor a la Responsabilidad de la Región.

        Mucho trabajo sí pero mucha gracia de Dios y mucha ilusión también que era lo que primaba y podía con todo.

        Nuestro principal objetivo siempre fue ilusionar a los matrimonios para que vivieran los Equipos con la misma ilusión, cariño y alegría con la que nosotros los vivíamos.

        Fueron unos bonitos años de servicio a Dios y a los hermanos donde las gracias se multiplicaban incesantemente. Por todo ello pensamos que fue una experiencia muy gozosa.

        Desde aquí queremos agradecer en nombre del Movimiento la generosidad de todos aquellos que colaboraron con nosotros y de manera especial la de D. Miguel Nieto, que siempre nos acompañó.

        Desde aquí también animar a todos a acoger la Responsabilidad  con cariño, como algo precioso que EL SEÑOR nos regala.

        Y desde aquí por último dar gracias a Dios por habernos permitido hacer una insignificante aportación al Movimiento, comparada con lo mucho que de EL hemos recibido.

GRACIAS A TODOS

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TESTIMONIO DE PABLO Y SAGRARIO

LA DIFUSIÓN

Hoy es un día muy especial de recuerdos y de acción de gracias.

Queremos  agradecer  a  Dios  haber puesto en nuestro camino a los  Equipos de Nuestra Señora, al Padre Caffarel ejemplo de oración y dedicado a transmitir a través de sus escritos, conferencias y testimonio, todo el amor que tenía en su corazón puesto al servicio de los matrimonios.

¿Qué han significado para nosotros estos 45 años dentro del Movimiento?

A  nivel humano nos sentimos acogidos y queridos, hemos conocido el valor de la amistad, de la ayuda mutua, hemos aprendido a escuchar, a dialogar, a compartir a abrir  nuestro corazón y nuestra casa, a pedir perdón y a perdonar.

Hemos descubierto lo importante que es  buscar momentos de silencio para escuchar a Dios que nos habla.

Pero lo más importante, donde reside la fuerza que da significado a nuestra vida, que nos ayuda a permanecer fieles al amor que un día nos prometimos, es habernos encontrado con Jesús de Nazaret, descubrirlo a través de la oración y sentir su presencia, dejándonos modelar por Él.

Bien es verdad que hemos tenido muchas ayudas, la presencia, el cariño y la dedicación de nuestros consiliarios,  ellos son la luz que ilumina nuestra fe y nos ayudan a comprender la Palabra de Dios, forman parte nuestra familia y les profesamos respeto y amor.  Muchas gracias.

También reconocemos la ayuda de los que trabajáis los distintos cargos de responsabilidad para que lleguen a nosotros los temas, las cartas, los boletines, que organizáis encuentros y os preocupáis de estar cerca de nosotros.

 Cómo transmitir todo esto a los demás. ¿Cuál es el lenguaje que más directamente nos llega a todos? El lenguaje del amor.

Ya antes de conocerles, les  amamos, hemos hablado a Dios de ellos.

No se trata de hacer  grandes discursos,  solamente decir como lo vivimos, lo felices  que somos, que el  haber descubierto a Jesús ha cambiado nuestra forma de ver la vida.Hemos aprendido a comunicarnos con Él a través de la oración, sentimos la necesidad de hacer un alto en el camino y , en su presencia, hablar de nuestras cosas serenamente. Practicamos la ayuda mutua y, al hacerlo,  experimentamos  la grandeza del  amor incondicional.

Como es verdad que lo vivimos, se nota, y se contagia, porque de la abundancia del corazón, habla  boca.

Nosotros os decimos a todos: proclamad vuestro amor de esposos y de padres, y si sentís cansancio en el camino, no os desaniméis, no tendáis miedo, Jesús siempre está a nuestro lado con sus manos extendidas para que nos agarremos a ellas.

Acoged a todos sin ninguna distinción ni prejuicios, que todos cabemos en el corazón del Padre.

No olvidéis que nuestra fortaleza reside en la confianza y en el Amor  de Dios. Que permanecer dentro de la gran familia de los E.N.S., es ser fieles a la llamada de Jesús que nos dice: “Ven y  sígueme “.

En algunos momentos puede parecer difícil, y lo es, pero como dice S. Francisco de Asís: “Empieza por hacer lo necesario, luego lo que es posible y pronto te encontrarás haciendo lo imposible “y tú mismo te sorprenderás.

El viaje más importante que podemos hacer en la vida, es el de conocer a otros en el camino, y ayudarles.

Dios no nos ama porque seamos buenos y bellos, sino que nos hace buenos y bellos porque nos ama. (Lo dice San Bernardo)

Muchas gracias.