martes, 31 de mayo de 2016
lunes, 30 de mayo de 2016
Vas por delante, Señor! Corpus Christi
Porque, conociendo la humanidad del hombre,
sabes que necesita de tu mano y de tus huellas
para no perder el norte de su existencia.
Que, sin Ti, está abocada a la desilusión y al desencanto
a la tibieza, al pesimismo o al enfrentamiento.
Sales, en este día del Corpus Christi,
y empujado con la fuerza o el secreto del amor.
¡Inyecta, Señor, un poco de tu sangre en nuestro mundo!
Porque, nuestros cuerpos, se encuentran débiles
Porque, la sangre que corre por nuestras venas,
además de roja y viva queremos que sea divina
¡Danos un poco de tu Cuerpo, oh Cristo!
Porque, en las mesas de nuestra vida,
sobra el pan que se cuece en un simple horno
y nos falta ese otro Pan que se dora en el amor divino
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Sales en la custodia y rodeado de mis vasallos
Somos nosotros, Señor, tus amigos
los que, un día sí y otro también,
queremos llevarte como el mejor tesoro al mundo
Los que, envueltos en contradicciones,
somos miembros de tu Cuerpo
y anunciadores de tus buenos y santos misterios.
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Mira al enfermo que, desde el azotea de su sufrimiento,
te grita: ¡ten compasión de mi!
Detén tu mirada sobre el que, muerto aún estando vivo,
te pide un poco de esperanza en su caminar
No dejes de bendecir a los que, abriendo su corazón,
te dicen que, entre todo lo conocido,
Tú eres lo mejor y digno de ser adorado
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Gracias, Jesús, por compartir nuestras prisas
y ofrecernos un poco de calma
Gracias, Jesús, por no ser indiferente a nuestra vida
y colmarnos con tu gracia
Gracias, Jesús, por contemplar nuestra situación
y regalarnos tantas caricias con serenas respuestas
Gracias, oh Cristo, porque tu Cuerpo y tu Sangre
nos redime, nos hace fuertes, decididos, valientes,
entusiastas, comprometidos….
y nos hace sentir hoy, más que nunca,
que merece la pena caminar y vivir contigo.
Amén.
Javier Leoz
sabes que necesita de tu mano y de tus huellas
para no perder el norte de su existencia.
Que, sin Ti, está abocada a la desilusión y al desencanto
a la tibieza, al pesimismo o al enfrentamiento.
Sales, en este día del Corpus Christi,
y empujado con la fuerza o el secreto del amor.
¡Inyecta, Señor, un poco de tu sangre en nuestro mundo!
Porque, nuestros cuerpos, se encuentran débiles
Porque, la sangre que corre por nuestras venas,
además de roja y viva queremos que sea divina
¡Danos un poco de tu Cuerpo, oh Cristo!
Porque, en las mesas de nuestra vida,
sobra el pan que se cuece en un simple horno
y nos falta ese otro Pan que se dora en el amor divino
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Sales en la custodia y rodeado de mis vasallos
Somos nosotros, Señor, tus amigos
los que, un día sí y otro también,
queremos llevarte como el mejor tesoro al mundo
Los que, envueltos en contradicciones,
somos miembros de tu Cuerpo
y anunciadores de tus buenos y santos misterios.
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Mira al enfermo que, desde el azotea de su sufrimiento,
te grita: ¡ten compasión de mi!
Detén tu mirada sobre el que, muerto aún estando vivo,
te pide un poco de esperanza en su caminar
No dejes de bendecir a los que, abriendo su corazón,
te dicen que, entre todo lo conocido,
Tú eres lo mejor y digno de ser adorado
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Gracias, Jesús, por compartir nuestras prisas
y ofrecernos un poco de calma
Gracias, Jesús, por no ser indiferente a nuestra vida
y colmarnos con tu gracia
Gracias, Jesús, por contemplar nuestra situación
y regalarnos tantas caricias con serenas respuestas
Gracias, oh Cristo, porque tu Cuerpo y tu Sangre
nos redime, nos hace fuertes, decididos, valientes,
entusiastas, comprometidos….
y nos hace sentir hoy, más que nunca,
que merece la pena caminar y vivir contigo.
Amén.
Javier Leoz
domingo, 29 de mayo de 2016
Hacer memoria de Jesús
Al narrar la última Cena de Jesús con sus discípulos, las primeras generaciones cristianas recordaban el deseo expresado de manera solemne por su Maestro: «Haced esto en memoria mía». Así lo recogen el evangelista Lucas y Pablo, el evangelizador de los gentiles. Desde su origen, la Cena del Señor ha sido celebrada por los cristianos para hacer memoria de Jesús, actualizar su presencia viva en medio de nosotros y alimentar nuestra fe en él, en su mensaje y en su vida entregada por nosotros hasta la muerte. Recordemos cuatro momentos significativos en la estructura actual de la misa. Los hemos de vivir desde dentro y en comunidad.
La escucha del Evangelio
Hacemos memoria de Jesús cuando escuchamos en los evangelios el relato de su vida y su mensaje. Los evangelios han sido escritos, precisamente, para guardar el recuerdo de Jesús alimentando así la fe y el seguimiento de sus discípulos. Del relato evangélico no aprendemos doctrina sino, sobre todo, la manera de ser y de actuar de Jesús, que ha de inspirar y modelar nuestra vida. Por eso, lo hemos de escuchar en actitud de discípulos que quieren aprender a pensar, sentir, amar y vivir como él.
La memoria de la Cena
Hacemos memoria de la acción salvadora de Jesús escuchando con fe sus palabras: «Esto es mi cuerpo. Vedme en estos trozos de pan entregándome por vosotros hasta la muerte... Este es el cáliz de mi sangre. La he derramado para el perdón de vuestros pecados. Así me recordaréis siempre. Os he amado hasta el extremo». En este momento confesamos nuestra fe en Jesucristo haciendo una síntesis del misterio de nuestra salvación: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús». Nos sentimos salvados por Cristo, nuestro Señor.
La oración de Jesús
La oración de Jesús
Antes de comulgar, pronunciamos la oración que nos enseñó Jesús. Primero, nos identificamos con los tres grandes deseos que llevaba en su corazón: el respeto absoluto a Dios, la venida de su reino de justicia y el cumplimiento de su voluntad de Padre. Luego, con sus cuatro peticiones al Padre: pan para todos, perdón y misericordia, superación de la tentación y liberación de todo mal.
La comunión con Jesús
La comunión con Jesús
Nos acercamos como pobres, con la mano tendida; tomamos el Pan de la vida; comulgamos haciendo un acto de fe; acogemos en silencio a Jesús en nuestro corazón y en nuestra vida: «Señor, quiero comulgar contigo, seguir tus pasos, vivir animado con tu espíritu y colaborar en tu proyecto de hacer un mundo más humano».
José Antonio Pagola
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - C
(1 Corintios 11,23-26)
(1 Corintios 11,23-26)
29 de mayo 2016
sábado, 28 de mayo de 2016
Corregir al que yerra (II)
Qué difícil resulta "decirnos las
cosas". Tanto personal como profesionalmente, decirle a otra persona
lo que se piensa de ella, incluso si es por su bien, es de las cosas más complicadas
que hay. De hecho, hay a veces situaciones absurdas que claman al cielo en las
que "todo el mundo" ve algo de una persona, y parece que "nadie
se atreve", o que "a ver quién le dice algo". Entonces, nos
debatimos entre decírselo directamente, hacérselo ver sutilmente, o quedarnos
callados, porque "total, qué más da".
Pues no da igual. Uno de los fundamentos
que hay que tener en cuenta para animarse a corregir al otro tiene que ver con
la salvación. ¿Qué papel juegan los demás? ¿Nos salvamos juntos o solos? La
respuesta es doble: nos salvamos solos, sí, pero también con los demás. Por
tanto, lo que hagan los demás, no sólo es importante para el otro, sino para
todos. De alguna manera, somos responsables de cómo vivan los demás. No somos
los últimos responsables, pero en la medida en que esté en nuestra mano,
tenemos que responder a esa llamada. Esto es importante tenerlo en cuenta en
una época en la que el individualismo es fuerte, y parece que mientras que no
nos afecte lo que hagan los demás, es como si no fuera con nosotros.
Y claro que va con nosotros. Va con
nosotros porque estamos llamados a vivir desde la Verdad. Y una vez que se
conoce la Verdad, no se puede esconder o guardar para sí. ¿Eso significa que
uno está en posesión de la Verdad y el otro no? Ir por la vida creyéndose que
sí es terrible. Pero todos estamos en búsqueda, y reconozcámoslo: hay personas
con más experiencia que nosotros que pueden ayudarnos a crecer. Aceptar esto
requiere humildad.
¿Y cómo se hace? La única manera es
corregir desde el amor. La Verdad dicha sin amor es una canallada. El
amor nos hace querer sacar al otro del error en el que se encuentra. Eso es la
auténtica misericordia: mirar la miseria del otro con el corazón, para
intentar erradicarla. En otras palabras, amar al pecador y aborrercer el
pecado. Y aunque lo hagamos con todo el amor del mundo, puede ocurrir que la
otra persona se moleste. La Verdad y el amor deben ir, por tanto, conectados
con la libertad. Libre para ser valientes, mirar al otro con amor, corregirle y
asumir las consecuencias.
viernes, 27 de mayo de 2016
Corregir al que yerra
Se pueden cometer muchos tipos de errores. Y se puede corregir
también de muchas maneras. A todos nos suena la cita de Mateo que habla de
la corrección fraterna, y que comienza: “Si tu hermano peca contra ti,
repréndelo estando los dos a solas."
Leo
la cita despacio, recuerdo momentos de mi vida en los cuáles corregí o me han
corregido, me detengo en tantos ejemplos, y me pregunto cómo quiere Dios
que yo corrija a otro. Es más, pienso si Dios hablaría de error o de
pecado como yo lo hago. Puede que simplemente Él fuese en ocasiones
más benévolo que yo y que sea entonces su espíritu quien pueda ayudarme a
buscar luz en este tema, quien me anima a no usar el boli rojo para llenar de
tachones el folio del otro.
Repréndelo
a solas, dice, porque corregir es un acto de intimidad, de humildad, de
confianza, de ayuda sincera. Y se da el encuentro profundo y verdadero al poner
el centro en el otro más que en uno mismo; al quererle bien, al ponerme en su
lugar. Hasta aquí, no parece del todo fácil.
La
cita continúa: "Si te hace
caso, has salvado a tu hermano."
Y
es que corregir tiene ese poder, el de salvar. Pero no de cualquier forma. La
cuestión no es si el hermano hace caso, creo yo. Sino si yo soy capaz de
acercarme al otro y practicar esa manera de mirar de Dios, si consigo
distanciarme de ese modo que tiene de hablar mi propio ego, si logro no
cuestionar desde mi enfado sino desde la bendición al otro.
¿Desde
dónde? y ¿para qué?, dicen algunos. No para sentirnos salvadores últimos de la
gente que nos rodea, no para creernos superiores a nadie; al contrario, para
sentirnos más hermanos, y para sostenernos unos a otros desde lo más débil de
cada uno.
jueves, 26 de mayo de 2016
Enseñar al que no sabe
Como san Pablo en su Carta a los
Corintios, puedo afirmar: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba
como niño, razonaba como niño".
A lo largo de la vida son muchas las
enseñanzas que he recibido. Tantas cosas por las que dar gracias:
Doy gracias a todos aquellos que a lo
largo de la vida me han enseñado que no somos sin los demás, que tener en
cuenta al otro es esencial en la educación.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me enseñaron que caminar descalzo me conecta a la tierra, me
conecta a la vida, me ayuda a reconocer los lugares como sagrados.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me enseñaron que la vida no es un lugar de competición, sino que
es un lugar para compartir lo que somos.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me enseñaron que dar sin recibir nada a cambio es la mayor
respuesta de amor que se puede dar.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me enseñaron que el cuerpo es templo, es lugar sagrado, y hay que
cuidarlo y respetarlo.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me presentaron a Jesús. Que se convierte en mi pasión, mi amor, mi
vida.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que arriesgan, sin miedo, confiando. Son maestros para aquellos que
pretendemos tenerlo todo atado, controlado.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me mostraron que la verdadera amistad brota al tocar el costado
del Señor, al tocar la herida, la debilidad, al desprendernos de caretas y
mostrarnos tal cual somos, sin miedo.
Doy gracias al Dios de la vida por
aquellos que me enseñan que el éxito no se mide por los títulos, el
reconocimiento o el dinero, sino por la capacidad de entrega y desprendimiento.
Doy gracias, porque los últimos, los que viven en las
periferias, los que la sociedad deja fuera… se convierten en maestros de vida,
me enseñaron lo qué es el amor, la gratuidad, la amistad sin reservas. Ellos
han sido misericordiosos conmigo, pacientes, y el Señor se hace presente en mi
vida a través de ellos.
Ojalá se nos conceda el don de seguir siendo como
niños, para estar atentos y poder sorprendernos cuando los que pensamos que no
pueden enseñarnos nada son los verdaderos maestros de vida.
Ojalá no vivamos distraídos para, así, apreciar
y agradecer que es el propio Dios el que nos acompaña a lo largo de eta vida
como compañero de “Emaús”.
miércoles, 25 de mayo de 2016
Perdonar las ofensas
Es curioso cómo algunas acciones nos llaman
poderosamente la atención. Poseen como "un no sé qué" que las
convierte en hermosas, sobre todo, cuando resplandecen en medio de la
dificultad. La película "La vida es bella", por ejemplo, nos lo
muestra bien: vivir desde el corazón puede superar el horror que la acecha. Y
también Jesús, cuando en la cruz abre la puerta a la grandeza de un perdón que
parecía humanamente imposible, pero que Él hizo posible. Ése es el perdón al
que Jesús nos llama, el que resplandece en medio de la dificultad.
El perdón siempre cuesta, aunque unas veces más que
otras. Cuando me hieren y el otro es consciente, la situación es clara y la
reconciliación podrá depender del dolor que sienta.
Pero cuando la otra persona no lo es, o su simple
manera de actuar produce dolor en mí el perdón se complica. Sin embargo,
como vemos, belleza y dificultad están llamadas a entenderse.
Perdonar comparte frontera con verbos como aceptar,
integrar y amar sin condiciones. Y esto cuesta puesto que las resistencias a
perdonar vienen a veces de no aceptar a las otras personas como son, de
juzgarlas y exigirles según nuestros propios esquemas.
Pero éste no es el estilo de Jesús. Él mira con cariño
cuando se encuentra con alguien, antes incluso de conocer su historia; se conmueve
al descubrir la fragilidad del corazón y dice sin reservas vete y no
peques más.
¿Es posible esta manera de mirar, sentir y actuar? El
joven rico se volvió entristecido y no accedió a lo que Jesús le invitaba. ¿Por
eso Jesús dejó de quererle? ¿O a lo mejor, por eso, aumentaría su amor hacia
él? Pero, ¿se puede querer por compasión? ¿O la clave será querer con
compasión?
Quizás en lugar de girarnos tras las heridas e
intentar olvidarnos, perdonar al modo de Jesús pida girarnos hacia ellas y
cambiar la mirada justiciera por la gratuidad del que ama y acepta.
martes, 24 de mayo de 2016
Dame tu fuerza
Padre,
haz que mis ojos vean lo que Tú ves.
Haz que mis oídos oigan el estruendo de tu voz
en las ondas de lo creado.
Haz que mi hablar sea un baño de palabras de néctar
que se viertan sobre gente que está presa de amargura.
Haz que mis labios sólo canten los cantos de tu amor y tu alegría.
Padre amado,
realiza por medio de mí la obra de la verdad.
Ten mis manos ocupadas en servir a todas las personas.
Haz que mi voz esparza de continuo
semillas de amor para Ti
en esta tierra en que la gente te busca.
Haz que mis pies avancen siempre
por el camino de la justicia.
Guíame de mi ignorancia a tu luz.
Padre, mueve mi corazón
y hazme sentir simpatía por todas las criaturas vivientes.
Que tu Palabra sea el Maestro de la mía.
Piensa con mis pensamientos,
porque mis pensamientos son tus pensamientos,
mi mano es tu mano,
mis pies son tus pies,
mi vida es tu fuerza
para luchar por la justicia, social y personal.
haz que mis ojos vean lo que Tú ves.
Haz que mis oídos oigan el estruendo de tu voz
en las ondas de lo creado.
Haz que mi hablar sea un baño de palabras de néctar
que se viertan sobre gente que está presa de amargura.
Haz que mis labios sólo canten los cantos de tu amor y tu alegría.
Padre amado,
realiza por medio de mí la obra de la verdad.
Ten mis manos ocupadas en servir a todas las personas.
Haz que mi voz esparza de continuo
semillas de amor para Ti
en esta tierra en que la gente te busca.
Haz que mis pies avancen siempre
por el camino de la justicia.
Guíame de mi ignorancia a tu luz.
Padre, mueve mi corazón
y hazme sentir simpatía por todas las criaturas vivientes.
Que tu Palabra sea el Maestro de la mía.
Piensa con mis pensamientos,
porque mis pensamientos son tus pensamientos,
mi mano es tu mano,
mis pies son tus pies,
mi vida es tu fuerza
para luchar por la justicia, social y personal.
·
Paramahansa Yoganada
lunes, 23 de mayo de 2016
4º MATRIMONIO ENS Y MISERICORDIA. Bailando bajo la lluvia y el sol
Retiro Anual, por el P. Miguel de la Mata (II)
–continuación-
4ª nube: a pesar de todo, habrá
que conservar, y siempre, alegría en
el cansancio y paciencia cuando
las cosas no salen como nos gustaría.
Es otro arco iris: el de “fertilizarnos”: somos como la tierra, si no la echamos un poco de
abono de vez en cuando, si no la fertilizamos, ahí no crece nada. Tenemos que
fertilizar nuestro jardín interior, o sea, lo que vivimos por dentro sobre
todo: eso supone pasar de la superficialidad a la profundidad: ¡qué
superficiales somos a la hora de analizar, valorar, estudiar lo que está
sucediendo a nuestro alrededor!. Pasar a la profundidad facilita nuestra
contemplación, nuestra capacidad de escuchar la Palabra. En la superficie hay
mucho más ruido que en la profundidad. Eso también supone “comunión de vida y proyecto, con el Movimiento y con su carisma”,
porque esas son nuestras raíces… y tenemos que ir a la raíz de lo que somos. Y
vivido como carisma: yo no me “apunto” a los Equipos: recibo el carisma de
pertenecer a los Equipos, donde recibo algo para construir Iglesia. Hay que
profundizar constantemente en esto.
Primer testimonio que podemos hacer en ese “ser
fertilizados” es vivir la vocación matrimonial con corazón alegre. Es
una gozada ver a gente mayor, que llevan tantísimos años casados, que
transmiten una gran alegría… ¡esto sí que vale!
Relacionado con la paciencia está aquello de que Dios no tiene prisa, nosotros
sí. Dios no valora el número de talentos, valora la capacidad de entrega de
esos talentos: lo único que no quiere es que nos los guardemos por miedo.
5ª nube: vendrán nuevos
olores, junto a malos sabores, y, vendrán nuevas canciones, mareas,
tentaciones, … traerán los deshechos de un sueño… y nuevos alivios. Es la nube de la eficacia: queremos ser
eficaces, porque somos hijos de nuestro tiempo… y manan los resultados de lo
que hacemos. ¡Ay! Los jóvenes, los jóvenes… Y nosotros somos…. No podemos
zafarnos de la exigencia del contexto, y el contexto busca la eficacia, busca resultados…
Nuestro compromiso sólo prepara, promueve, sostiene…
la libertad. Nadie nos ha dicho que
tengamos que alcanzar no sé qué resultados: esto no es una empresa. Nosotros
tenemos que actuar siempre desde la gratuidad:
dar sin esperar nada a cambio: el maestro que tenemos en esto, ya lo sabemos,
es Dios, es Jesús. Y nosotros somos discípulos del ineficaz Jesús de Nazareth:
ineficaz desde esa perspectiva: por eso tenemos que vencer la lógica del
rendimiento. Jesús eligió ser débil: fue su opción, porque Jesús, siendo
Dios, podía haber cambiado la realidad a
golpe de milagro brutal: ¡me cargo a todos los judíos malos! ¡hale!...¡y
también a los romanos!... pues no, …alguna razón tendrá. Por eso es muy importante
entrar en la estrategia de las opciones… ¿qué es lo más urgente? … ¿qué es lo
que nosotros, de verdad, podemos aportar?... No tenemos que estar en todos los ámbitos seguramente, pero sí hay
algo que nos corresponde mucho más, por carisma: todo el ámbito de la pastoral matrimonial, amplia,… es lo mejor que
nosotros podemos trabajar.
Además, es muy importante el ejercicio del discernimiento: tarea fundamental en la
vida de la Iglesia: hay … michas preguntas,… intentar responderlas…JUNTOS. El
discernimiento tiene mucho de personal, pero cuando nosotros pertenecemos a un
Equipo, a una fraternidad, eso se hace juntos. Tenemos que discernir y comentar
lo que consideremos más urgente y más esencial, para vencer la nube de la
eficacia, que hace llover, y mucho.
6ª nube: Vendrán
tranquilidades, otras…correremos algunos riesgos, … asumiremos llaves, que
abran con un precio… que, a veces es alto; pero, al final, todo lo que hacemos
, parece que nos trae disgustos, y … nuevos peligros.
Es la nube de la conflictividad,
que siempre está ahí,… pero que se disipa con el sol de estas cosas que siguen…
En la Iglesia, parece que hemos renunciado a la dimensión de la “paternidad-maternidad espiritual”, muy
presenta en la Iglesia de los primeros siglos. Es esa disposición a acompañar a otro, pero no porque yo sea
más listo que él, no; yo puedo acompañar, primero porque te quiero, y segundo,
porque el mismo camino que tú vas a recorrer, lo he recorrido un poquito antes,
y ya sé dónde están los baches, las piedras… las cosas que hacen tropezar; y
esa “paternidad-maternidad espiritual” ayuda a superar esos conflictos.
Es también muy importante en la Iglesia el carisma de
la “animación”: animar, mover,
inquietar, despertar nuevas inquietudes… y eso lo pueden hacer quienes ya han hecho
camino. Expresión de Bonhoeffer : “El Evangelio es gratuito pero no barato: cuesta. Cuando se ama,
todo se perdona, pero no todo se admite, y por eso surgen los conflictos…,
conflictos que están ahí, y forman parte de la vida cristiana”. Las comunidades
cristianas no son las que no quieren conflictos, sino las que suelen abordar
conflictos con caridad; pero lo que hacemos es evadirnos de los conflictos,
y así no funciona esto.
Ser padres-madres significa, ante todo, edificar la comunión, y entregarse
para que el otro crezca, dando lo mejor de uno mismo. Esto supone querer
gestualmente al Equipo, y a las personas destinatarias de nuestra misión: es
esa “ternura” de antes.
7ª nube: Y allí … seremos
más fuertes dejándonos llover… y allí seremos más fuertes, dejándonos caer…
porque nuestra fuerza es asumir la debilidad, porque allí está alguien que nos
sostiene.
El arco iris es la “debilidad asumida”: Jesús elige ser débil: es una opción de vida;
elige hablar el lenguaje de la debilidad ¿por qué añoramos tanto el poder y la
influencia? Esto no es muy evangélico, ciertamente. Dios es fuerte, y elige ser
débil ¿por qué nosotros preferimos ser fuertes?
Ese arco iris supone reconocer que la debilidad es
nuestro principal testimonio: somos débiles, somos pequeños, somos pobres, pero
amamos; tenemos que aprender a llamar
las cosas y las situaciones por su nombre: es el signo de la debilidad asumida,
es reconocer la realidad, … esto es lo que hay… ¿estamos mal? Sí, pero no pasa
nada…¡vamos a ver qué podemos hacer!
Ante la sensibilidad por la naturaleza y por la
ecología, nosotros, por respeto a algo que hemos recibido de Dios, tenemos que
trabajar siempre y en la media de lo posible, desde la austeridad, la
sencillez, desde el respeto a la creación, ….y eso sería ideal que fuera un
estilo que nos acompañase en nuestra vida y en nuestras actividades… es también
un testimonio. Esto suena, viviendo en la lógica del pequeño “resto” que es el
paradigma de la debilidad: el “resto”, pero con una fuerza vital tremenda, y también
hablar el “lenguaje de la ternura”, que es el que pueden hablar los que, por
opción, se han hecho débiles, ya que los fuertes difícilmente hablan ese
lenguaje,… harán concesiones, pero eso es otro cosa.
8ª nube: “Saber
reconocer colores en los charcos, y… humor … como un milagro”
Nos hace falta sentido del humor, …reírnos de nosotros
mismos … que es muy saludable.
Es el arco iris de la “mirada limpia que ve colores
hasta en los charcos”. Hablamos de “lecturas creyentes” de la realidad, ver
la realidad con fe, ya que siempre hay posibilidades, porque lo bueno y lo malo
coexisten, mezclados. En ese sentido, no todo es bueno ni todo es malo: hay
mucho malo y mucho bueno: están mezclados. Acordaos de la parábola del trigo y la cizaña.
Nosotros inmediatamente clasificamos: ¡Uy! Esto no! El que no piensa como
nosotros, nos parece nuestro enemigo: ¿Dónde está escrito esto? Lo bueno y lo
malo coexisten mezclados: por eso, juntos, tenemos que aprender a convivir, con
todas las nubes que hay en nuestra existencia, reconociendo los pequeños
claros, algunas veces, y otras, no tan pequeños.
La realidad, por dura que nos parezca, es como es, y
lo nuestro, en principio es dejarla que sea como es; pero el problema es que,
nosotros nos oponemos a que la realidad sea como es, como no nos gusta, pero es
que así es imposible. Los primero que tenemos que hacer para hacer una lectura
creyente de la realidad es esto: no enfadarnos con la realidad porque nosotros
inmediatamente, como buenos modernos o postmodernos intentamos cambiar lo que
no nos gusta, y el proceso es justo a la inversa: la realidad nos tiene que
cambiar a nosotros, y no al revés. Después de que la realidad nos cambie a
nosotros, entonces podemos tomar alguna decisión para mejorar la realidad; pero
si vamos a cambiarla de entrada, pues
acabaremos siendo personas que cambian
la realidad, pero a lo bestia, y así no cambia nada. De hecho, en el
mundo, las grandes revoluciones ¿han cambiado algo? no, al final no, porque no
han cambiado el corazón de las personas, han cambiado las estructuras, a
precio, a veces, de mucha sangre. El único que realmente ha cambiado el corazón
de las personas, y ha sido un cambio lentísimo, ha sido Jesús.
Y lo bueno, lo mejor, es vivir la alegría de sentirnos
amados: Dios cuenta con nosotros, pues eso es motivo de alegría, y mucho humor
… para relativizar el mundo de hoy.
Y como mensaje final, recordad esto: somos de lluvia,
cuando llueve, y ahí estamos, y somos de sol: todos nosotros somos invitados a
bailar la música de Dios, es decir, a celebrar la realidad, a celebrar la vida,
que no quiere decir, cambiarla; quiere decir que lo que vivimos, lo vivimos
desde la experiencia de Dios. Y eso nos ayuda a percibir las cosas de otra
manera: en primer lugar, con esperanza.
Equipistas, … somos de lluvia, somos de sol, y nuestra
vocación es pintar el cielo de otro color, … que es lo que intentamos hacer.
¡Que así sea!
Fernando
domingo, 22 de mayo de 2016
"ABRIRNOS AL MISTERIO DE DIOS
A lo largo de los siglos, los teólogos han realizado un gran esfuerzo por acercarse al misterio de Dios formulando con diferentes construcciones conceptuales las relaciones que vinculan y diferencian a las personas divinas en el seno de la Trinidad. Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.
Jesús, sin embargo, no sigue ese camino. Desde su propia experiencia de Dios, invita a sus seguidores a relacionarse de manera confiada con Dios Padre, a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado, y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo. Nos enseña así a abrirnos al misterio santo de Dios.
Antes que nada, Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinita. Nadie está solo. Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende, nos quiere y nos perdona como nadie.
Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama "reino de Dios" e invita a todos a entrar en ese proyecto del Padre buscando una vida más justa y digna para todos empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.
Al mismo tiempo, Jesús invita a sus seguidores a que confíen también en él: "No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí". Él es el Hijo de Dios, imagen viva de su Padre. Sus palabras y sus gestos nos descubren cómo nos quiere el Padre de todos. Por eso, invita a todos a seguirlo. Él nos enseñará a vivir con confianza y docilidad al servicio del proyecto del Padre.
Con su grupo de seguidores, Jesús quiere formar una familia nueva donde todos busquen "cumplir la voluntad del Padre". Ésta es la herencia que quiere dejar en la tierra: un movimiento de hermanos y hermanas al servicio de los más pequeños y desvalidos. Esa familia será símbolo y germen del nuevo mundo querido por el Padre.
Para esto necesitan acoger al Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús: "Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y así seréis mis testigos". Éste Espíritu es el amor de Dios, el aliento que comparten el Padre y su Hijo Jesús, la fuerza, el impulso y la energía vital que hará de los seguidores de Jesús sus testigos y colaboradores al servicio del gran proyecto de la Trinidad santa."
sábado, 21 de mayo de 2016
Canto del reír
Cuando los verdes bosques ríen
con la voz del júbilo,
y el arroyo encrespado se desplaza riendo;
cuando ríe el aire con nuestras divertidas ocurrencias,
y la verde colina ríe del estrépito que hacemos;
cuando los prados ríen con vívidos verdes,
y ríe la langosta ante la escena gozosa;
cuando Mary y Susan y Emily
cantan «¡ja, ja, ji!» con sus dulces bocas redondas.
Cuando los pájaros pintados ríen en la sombra
donde nuestra mesa desborda de cerezas y nueces,
acercaos y alegraos, y uníos a mí,
para cantar en dulce coro el «¡ja, ja, ji!»
y el arroyo encrespado se desplaza riendo;
cuando ríe el aire con nuestras divertidas ocurrencias,
y la verde colina ríe del estrépito que hacemos;
cuando los prados ríen con vívidos verdes,
y ríe la langosta ante la escena gozosa;
cuando Mary y Susan y Emily
cantan «¡ja, ja, ji!» con sus dulces bocas redondas.
Cuando los pájaros pintados ríen en la sombra
donde nuestra mesa desborda de cerezas y nueces,
acercaos y alegraos, y uníos a mí,
para cantar en dulce coro el «¡ja, ja, ji!»
William Blake
viernes, 20 de mayo de 2016
Sonrisas que son fiestas.
En cambio, hay momentos en que la sonrisa es un
reflejo de la alegría verdadera, de la fiesta de dentro.Cuando hay
motivos. Cuando el amor está en una etapa de celebración. Cuando hay encuentro
con otros. Cuando, al sonreír a otra persona, estás diciéndole que quieres
compartir con ella tu estado de ánimo, tu satisfacción, tu forma de ser. O
estás mostrando tu apertura a su vida.
¿Cuándo sonreíste así por última vez?
¿Y con Dios, la fe te ayuda a sonreír por dentro? |
jueves, 19 de mayo de 2016
Sonrisas que son máscaras.
A veces hay sonrisas forzadas. Por las
circunstancias. Porque no te apetece dar explicaciones. Porque parece que todos
los demás se están divirtiendo muchísimo y tú eres el único que notas la lluvia
dentro. Para evitarte preguntas. Ojalá, en esos momentos, encontremos la forma
de quitarnos la máscara que nos protege pero al tiempo nos aleja de los otros.
Ojalá encontremos alguien en quien confiar, y podamos contarle de nuestras
tristezas, y nuestros esfuerzos, y de la falta de claridad de a veces. Porque hay
momentos en que, si no nos mostramos vulnerables, no encontraremos la puerta al
prójimo.
¿A veces tu
sonrisa es una máscara?
Y con Dios, ¿también te pones máscaras?
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miércoles, 18 de mayo de 2016
Sonreir, una declaración de intenciones.
A
veces hay que ver la sonrisa de los cristianos alegres. La de los profetas que,
con su vida, transmiten ternura. La de quienes han estado en el infierno de la
guerra, o del hambre, o del dolor, y han salido, renovados para cantar la
belleza de la vida, y más fuertes aún. En un mundo de demasiadas expresiones
sombrías y ceños fruncidos. O, a la inversa, en un mundo donde algunas sonrisas
son huida y evasión, para no pensar, se hace necesario buscar la fuente de la
alegría verdadera.
martes, 17 de mayo de 2016
BIENVENIDA A LOS PRÓXIMOS RESPONSABLES DEL SECTOR
Hoy queremos comunicaros una buena noticia: Heliodoro y Puri, del Equipo 16, han aceptado la Responsabilidad del Sector de Palencia y Salamanca para los tres próximos cursos.
En nombre de todo este Sector y, sobre todo, en nombre del Señor, queremos darles las gracias y nuestra más calurosa enhorabuena por la disponibilidad, grandeza y valentía con la que han asumido esta llamada para el servicio al Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora.
Sabemos que han aceptado esta responsabilidad con ganas, con ilusión, con alegría y sobre todo con esperanza. Han dado este paso al frente plenamente conscientes de que la nueva responsabilidad a la que han sido llamados implica ilusiones, esperanzas, sacrificios y entrega de un tiempo que no les sobra, pero también estamos seguros, por propia experiencia, que durante este camino a recorrer van a contar con la ayuda del Señor que nunca falta a los que generosamente admiten su llamada.
Queremos pediros para ellos la oración de todo el Sector, para que el Señor les ayude en su nuevo recorrido y generosidad para responder a la llamada que ellos os puedan hacer, en nombre del Señor, y aceptar el compromiso para formar un nuevo Equipo de Sector ilusionado y eficaz que cumpla las mejores expectativas de todos, con la misma disponibilidad y generosidad que ellos.
Gracias, Heliodoro y Puri por vuestro sí a la llamada que os hace el Señor, no tengáis ningún miedo pues Nuestra Señora de los Equipos os acompañará en esta nueva etapa que deseamos sea fértil y llena de buenos momentos.
J y C
lunes, 16 de mayo de 2016
4º MATRIMONIO ENS Y MISERICORDIA. Bailando bajo la lluvia y el sol
Retiro
Anual, por el P. Miguel de la Mata (I)
Lo
primero que hay que tener presente es que la misericordia es algo activo, que
está hecha de muchos pequeños detalles, de muchas actitudes: misericordia no es
sólo perdonar a alguien: éste es el punto de llegada podríamos decir, pero para
llegar hasta ahí, hay que hacer el camino, en el que hay tiempos de lluvia y
tiempos de sol.
El
mensaje inicial es: Hogar ENS, levántate… acoge en tu corazón la misericordia
activa, … levántate y anda: cada uno a su ritmo, pero anda, … no tengas miedo… no
pierdas la esperanza …anda…levántate … ponte en camino… porque si no… lo que
viene después, sobra.
1ª nube: En
la vida diaria, vendrán las alegrías rodeadas de desastres, vendrán nuevas
conquistas y algunas soledades, cada reto traerá sus miedos, y plantea nuevos
abismos. Es la nube de la Escasez y
heterogeneidad
Hay
una experiencia muy frecuente, como ese fantasma que, aunque uno se encuentre a
gusto, en la experiencia de los grupos, p.e., eclesiales, pero siempre como que
nos falta algo, nos da miedo algo, y lo podríamos expresar así: nos da miedo la
escasez, somos muy pocos, esto no va
para adelante… y la heterogeneidad: además somos tan distintos los que estamos…
Pues
más allá de esa nube, siempre aparece el
sol que nos invita a “arriesgarnos
a”… nos arriesgamos, o esto no funciona: el cristiano siempre ha de asumir
el riesgo, … “apostar”: tenemos que
evitar confundir la verdad de fe, con la verdad estadística; pero estamos siempre
jugando a esto, confundiendo la verdad estadística con la verdad de fe:
ej. estadísticamente podemos decir que
somos muy pocos, …que somos mayores… Esto puede parecer una verdad evidente,
pero desde el punto de vista de la fe, es una absoluta herejía, porque Dios
transforma la realidad con unos poquísimos, eso sí, que creen firmemente lo que
son, en sus posibilidades, y que confían… simplemente.
Arriesgarnos
a que los más jóvenes intenten acoger la memoria viva del Movimiento: porque
los más jóvenes tienen que descubrir la vida del Movimiento, porque tiene unas
posibilidades mayores de lo que nosotros nos damos cuenta. Y los mayores, que
siempre tienen la tentación de pensar que ya lo saben todo, y ya lo han vivido
todo, en la dinámica de seguir creciendo y aprendiendo siempre: aquí nadie ha
aprendido ya todo, nadie ha crecido ni ha aprendido lo suficiente.
El
criterio de estar vivo es: uno deja de crecer, cuando se hace un fanático; el
fanático no es aquel que mata por una ideología, es aquel que no escucha; es
uno que habla, pero no escucha: repite siempre lo mismo y mata por esa idea,
porque no tiene otra, es la única.
Arriesgarnos
a cuidar la relación y la comunicación: en las vidas comunitarias,… en la vida
de Equipos, … hay problemas que nacen sencillamente de una falta de
comunicación, y de un parco y poquísimo ejercicio de la ternura.
No
podemos dar por supuesto el querernos, tenemos que hacer gestos que expresen
ese cariño, gestos que expresen la ternura, y de esto, nunca nos tenemos que
cansar.
Y
finalmente, tenemos que arriesgarnos a ser muy
tajantes con las opciones, sin dorar la píldora a nadie, esto es, decir
claro esto es lo que queremos y esto lo que pretendemos; pero después, tenemos
que ser comprensivos, con los comportamientos, y misericordiosos con aquel que
tenga otro camino,… con el que falla, …con el que no arranca… pero siempre,
tener muy claro detrás de lo que andamos.
2ª nube: Vendrán buenas noticias, pero verás cómo
algo estorba, vendrán algunas luces pero proyectando nuevas sombras a lo que
tenemos, cada mérito traerá vértigos y nuevos destinos.
Es
la nube del vértigo espiritual: en
los cristianos es muy dado, y más en ciertos grupos de iniciados, a
espiritualizarlo todo; y una cosa es leer creyentemente, y hacer miradas de fe de las cosas, y otra,
espiritualizarlas. El espiritualizar, al final, se convierte en una especie de irresponsabilidad.
El
sol que nos ayuda a disipar eso, son algunas opciones importantes:
Partimos de la realidad: si
nuestra realidad es que no damos nada más que para esto, no podemos, o estamos
cansados, o estamos enfermos, o somos mayores, o demasiado jóvenes… pues, desde
ahí construimos, desde ahí somos equipo; y, desde ahí trabajamos, desde ahí
intentamos crecer... juntos, eso sí.
El hecho de que nuestra realidad sea
pobre no nos exime de una responsabilidad que es muy importante; porque a
veces, los cristianos, en nombre de evitar la soberbia o de lo que parece que
es humildad, lo dejamos de hecho, o no nos esforzamos demasiado. Nuestra
realidad tiene siempre buscar la excelencia, es decir, dentro de
nuestras posibilidades explotarlas al
máximo, no pretender más de lo que somos, pero sí lo que tenemos explotarlo,
sacarlo el máximo partido. Eso hace posible, que por dura, difícil o complicada
que sea nuestra realidad, hagamos algo connatural a la vocación cristiana, que
es, recrear la realidad.
El
cristiano no es aquel que hace magia en la realidad, la recrea, porque la vive
serenamente, la afronta realísticamente, y la acaba transformando, no haciendo
revoluciones sino cambiando los corazones de las personas, que es como se
cambia la realidad, es como se recrea la realidad.
Y
además tenemos que, juntos, encontrar el sentido de la normalidad
cotidiana: es el gran desafío de todo el mundo. Hay una especie de hastío de lo
cotidiano: siempre lo mismo… pero y …¿qué lo vamos a hacer?
El
problema no es hacer cosas distintas, el problema es que, lo que hagamos, lo
hagamos con sentido, desde el amor. El problema no es el qué hacemos, sino el
por qué lo hacemos, o desde dónde lo hacemos. Si para uno, su
trabajo es una especie de condena, eso es infumable; pero si uno le encuentra
el sentido a lo que hace, e intenta hacerlo con amor y entregándose a sí mismo
y por convicción de sí mismo, … está recreando la realidad.
3ª nube: En estas
circunstancias, seremos más fuertes, cuando nos dejamos llevar, cuando no
pensamos que lo sabemos todo: allí seremos más fuertes, si nos dejamos
“mojar”. La situación es tan compleja para la vivencia de la fe que hace
siempre muy necesario el reconocer que necesitamos de unos para poder caminar,
y esto forma parte de nuestra experiencia comunitaria, el reconocer que
necesitamos de otros para hacer nuestro camino: todos necesitamos dejarnos llevar.
Y
un auténtico arco iris en la vida de
lluvia y de soles, es el ser acompañados, que todos tenemos esa
necesidad. Esta es la tarea que se asigna a los consiliarios, que no basta ese
acompañamiento, pues lo ideal es que además haya un acompañamiento personal, a
nivel de fe, que nos ayude a ver que estamos profundizando en nuestro camino de
fe.
El
acompañamiento se hace un recurso imprescindible cuando vivimos en la
intemperie; hoy la fe se vive como algo extraño
en muchos de nuestros ambientes: es casi imposible hacerlo en plan
“héroe solitario”.
El
acompañamiento tiene como principio básico algo que, dicho así, puede resultar
fácil, pero no es nada fácil: creo que muchos de nosotros hemos sido educados
en la fe como un proceso de identificación con unos principios: una cosa es que
yo me identifique con unos principios de fe, que me han dicho los que son, y yo
los hago míos; pero eso es un proceso ideológico, no un proceso de fe.
Eso es lo mismo que uno que se hace comunista o fascista, porque le gustan los
principios: no es eso; aquí trabajamos en un
proceso, en el que la persona va construyendo una realización personal
con Dios que conduce a una experiencia eclesial, y eso es un camino, un
camino largo que no acaba nunca, y todo lo que tiene que ver con la fe se vive
desde ahí. Hay una gradualidad de la fe, y paralelamente está la gradualidad de
la exigencia moral: no se puede exigir lo mismo a un niño que a un adulto: el
problema es que muchas veces somos adultos en edad, pero niños en la fe, porque
no hemos avanzado mucho en este proceso: nos hemos quedado en lo aprendido en
la primera comunión.
En
esto del acompañamiento, la formación para los equipistas es un acto de
amor, no es una obligación: es un acto con el que demuestro realmente que
amo a la Iglesia, amo a Dios, amo al Movimiento: ayuda a desmontar un montón de
prejuicios e ilumina la confusión reinante, que es mucha. Tenemos que conocer
muy bien lo que dice la Iglesia sobre temas, lo que dice la Revelación, qué
horizontes se están abriendo… para dar respuestas… pues esto es, dejarse
acompañar.
(continuará)
Fernando
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