lunes, 30 de mayo de 2016

Vas por delante, Señor! Corpus Christi

Porque, conociendo la humanidad del hombre,
sabes que necesita de tu mano y de tus huellas
para no perder el norte de su existencia.
Que, sin Ti, está abocada  a la desilusión y al desencanto
a la tibieza, al pesimismo o al enfrentamiento.
Sales, en este día del Corpus Christi,
y empujado con la fuerza o el secreto del amor.
¡Inyecta, Señor, un poco de tu sangre en nuestro mundo!
Porque, nuestros cuerpos, se encuentran débiles
Porque, la sangre que corre por nuestras venas,
además de roja y viva queremos que sea divina
¡Danos un poco de tu Cuerpo, oh Cristo!
Porque, en las mesas de nuestra vida,
sobra el pan que se cuece en un simple horno
y nos falta ese otro Pan que se dora en el amor divino
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Sales en la custodia y rodeado de mis vasallos
Somos nosotros, Señor, tus amigos
los que, un día sí y otro también,
queremos llevarte como el mejor tesoro al mundo
Los que, envueltos en contradicciones,
somos miembros de tu Cuerpo
y anunciadores de tus buenos y santos misterios.
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Mira al enfermo que, desde el azotea de su sufrimiento,
te grita: ¡ten compasión de mi!
Detén tu mirada sobre el que, muerto aún estando vivo,
te pide un poco de esperanza en su caminar
No dejes de bendecir a los que, abriendo su corazón,
te dicen que, entre todo lo conocido,
Tú eres lo mejor y digno de ser adorado
¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Gracias, Jesús, por compartir nuestras prisas
y ofrecernos un poco de calma
Gracias, Jesús, por no ser indiferente a nuestra vida
y colmarnos con tu gracia
Gracias, Jesús, por contemplar nuestra situación
y regalarnos tantas caricias con serenas respuestas
Gracias, oh Cristo, porque tu Cuerpo y tu Sangre
nos redime, nos hace fuertes, decididos, valientes,
entusiastas, comprometidos….
y nos hace sentir hoy,  más que  nunca,
que merece la pena caminar y vivir contigo.
Amén.
Javier Leoz

domingo, 29 de mayo de 2016

Hacer memoria de Jesús

Al narrar la última Cena de Jesús con sus discípulos, las primeras generaciones cristianas recordaban el deseo expresado de manera solemne por su Maestro: «Haced esto en memoria mía». Así lo recogen el evangelista Lucas y Pablo, el evangelizador de los gentiles. Desde su origen, la Cena del Señor ha sido celebrada por los cristianos para hacer memoria de Jesús, actualizar su presencia viva en medio de nosotros y alimentar nuestra fe en él, en su mensaje y en su vida entregada por nosotros hasta la muerte. Recordemos cuatro momentos significativos en la estructura actual de la misa. Los hemos de vivir desde dentro y en comunidad.
La escucha del Evangelio
Hacemos memoria de Jesús cuando escuchamos en los evangelios el relato de su vida y su mensaje. Los evangelios han sido escritos, precisamente, para guardar el recuerdo de Jesús alimentando así la fe y el seguimiento de sus discípulos. Del relato evangélico no aprendemos doctrina sino, sobre todo, la manera de ser y de actuar de Jesús, que ha de inspirar y modelar nuestra vida. Por eso, lo hemos de escuchar en actitud de discípulos que quieren aprender a pensar, sentir, amar y vivir como él.
La memoria de la Cena
Hacemos memoria de la acción salvadora de Jesús escuchando con fe sus palabras: «Esto es mi cuerpo. Vedme en estos trozos de pan entregándome por vosotros hasta la muerte... Este es el cáliz de mi sangre. La he derramado para el perdón de vuestros pecados. Así me recordaréis siempre. Os he amado hasta el extremo». En este momento confesamos nuestra fe en Jesucristo haciendo una síntesis del misterio de nuestra salvación: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús». Nos sentimos salvados por Cristo, nuestro Señor.

La oración de Jesús
Antes de comulgar, pronunciamos la oración que nos enseñó Jesús. Primero, nos identificamos con los tres grandes deseos que llevaba en su corazón: el respeto absoluto a Dios, la venida de su reino de justicia y el cumplimiento de su voluntad de Padre. Luego, con sus cuatro peticiones al Padre: pan para todos, perdón y misericordia, superación de la tentación y liberación de todo mal.
La comunión con Jesús
Nos acercamos como pobres, con la mano tendida; tomamos el Pan de la vida; comulgamos haciendo un acto de fe; acogemos en silencio a Jesús en nuestro corazón y en nuestra vida: «Señor, quiero comulgar contigo, seguir tus pasos, vivir animado con tu espíritu y colaborar en tu proyecto de hacer un mundo más humano».
José Antonio Pagola
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - C
(1 Corintios 11,23-26)
29 de mayo 2016

sábado, 28 de mayo de 2016

Corregir al que yerra (II)

Qué difícil resulta "decirnos las cosas". Tanto personal como profesionalmente, decirle a otra persona lo que se piensa de ella, incluso si es por su bien, es de las cosas más complicadas que hay. De hecho, hay a veces situaciones absurdas que claman al cielo en las que "todo el mundo" ve algo de una persona, y parece que "nadie se atreve", o que "a ver quién le dice algo". Entonces, nos debatimos entre decírselo directamente, hacérselo ver sutilmente, o quedarnos callados, porque "total, qué más da". 
Pues no da igual. Uno de los fundamentos que hay que tener en cuenta para animarse a corregir al otro tiene que ver con la salvación. ¿Qué papel juegan los demás? ¿Nos salvamos juntos o solos? La respuesta es doble: nos salvamos solos, sí, pero también con los demás. Por tanto, lo que hagan los demás, no sólo es importante para el otro, sino para todos. De alguna manera, somos responsables de cómo vivan los demás. No somos los últimos responsables, pero en la medida en que esté en nuestra mano, tenemos que responder a esa llamada. Esto es importante tenerlo en cuenta en una época en la que el individualismo es fuerte, y parece que mientras que no nos afecte lo que hagan los demás, es como si no fuera con nosotros. 
Y claro que va con nosotros. Va con nosotros porque estamos llamados a vivir desde la Verdad. Y una vez que se conoce la Verdad, no se puede esconder o guardar para sí. ¿Eso significa que uno está en posesión de la Verdad y el otro no? Ir por la vida creyéndose que sí es terrible. Pero todos estamos en búsqueda, y reconozcámoslo: hay personas con más experiencia que nosotros que pueden ayudarnos a crecer. Aceptar esto requiere humildad. 

¿Y cómo se hace? La única manera es corregir desde el amor. La Verdad dicha sin amor es una canallada. El amor nos hace querer sacar al otro del error en el que se encuentra. Eso es la auténtica misericordia: mirar la miseria del otro con el corazón, para intentar erradicarla. En otras palabras, amar al pecador y aborrercer el pecado. Y aunque lo hagamos con todo el amor del mundo, puede ocurrir que la otra persona se moleste. La Verdad y el amor deben ir, por tanto, conectados con la libertad. Libre para ser valientes, mirar al otro con amor, corregirle y asumir las consecuencias. 

viernes, 27 de mayo de 2016

Corregir al que yerra

Se pueden cometer muchos tipos de errores. Y se puede corregir también de muchas maneras. A todos nos suena la cita de Mateo que habla de la corrección fraterna, y que comienza: “Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas."
Leo la cita despacio, recuerdo momentos de mi vida en los cuáles corregí o me han corregido, me detengo en tantos ejemplos, y me pregunto cómo quiere Dios que yo corrija a otro. Es más, pienso si Dios hablaría de error o de pecado como yo lo hago. Puede que simplemente Él fuese en ocasiones más benévolo que yo y que sea entonces su espíritu quien pueda ayudarme a buscar luz en este tema, quien me anima a no usar el boli rojo para llenar de tachones el folio del otro.
Repréndelo a solas, dice, porque corregir es un acto de intimidad, de humildad, de confianza, de ayuda sincera. Y se da el encuentro profundo y verdadero al poner el centro en el otro más que en uno mismo; al quererle bien, al ponerme en su lugar. Hasta aquí, no parece del todo fácil.
La cita continúa: "Si te hace caso, has salvado a tu hermano."
Y es que corregir tiene ese poder, el de salvar. Pero no de cualquier forma. La cuestión no es si el hermano hace caso, creo yo. Sino si yo soy capaz de acercarme al otro y practicar esa manera de mirar de Dios, si consigo distanciarme de ese modo que tiene de hablar mi propio ego, si logro no cuestionar desde mi enfado sino desde la bendición al otro.

¿Desde dónde? y ¿para qué?, dicen algunos. No para sentirnos salvadores últimos de la gente que nos rodea, no para creernos superiores a nadie; al contrario, para sentirnos más hermanos, y para sostenernos unos a otros desde lo más débil de cada uno.

jueves, 26 de mayo de 2016

Enseñar al que no sabe

Como san Pablo en su Carta a los Corintios, puedo afirmar: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño". 
A lo largo de la vida son muchas las enseñanzas que he recibido. Tantas cosas por las que dar gracias:
Doy gracias a todos aquellos que a lo largo de la vida me han enseñado que no somos sin los demás, que tener en cuenta al otro es esencial en la educación.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me enseñaron que caminar descalzo me conecta a la tierra, me conecta a la vida, me ayuda a reconocer los lugares como sagrados.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me enseñaron que la vida no es un lugar de competición, sino que es un lugar para compartir lo que somos.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me enseñaron que dar sin recibir nada a cambio es la mayor respuesta de amor que se puede dar.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me enseñaron que el cuerpo es templo, es lugar sagrado, y hay que cuidarlo y respetarlo.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me presentaron a Jesús. Que se convierte en mi pasión, mi amor, mi vida.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que arriesgan, sin miedo, confiando. Son maestros para aquellos que pretendemos tenerlo todo atado, controlado.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me mostraron que la verdadera amistad brota al tocar el costado del Señor, al tocar la herida, la debilidad, al desprendernos de caretas y mostrarnos tal cual somos, sin miedo.
Doy gracias al Dios de la vida por aquellos que me enseñan que el éxito no se mide por los títulos, el reconocimiento o el dinero, sino por la capacidad de entrega y desprendimiento.
Doy gracias, porque los últimos, los que viven en las periferias, los que la sociedad deja fuera… se convierten en maestros de vida, me enseñaron lo qué es el amor, la gratuidad, la amistad sin reservas. Ellos han sido misericordiosos conmigo, pacientes, y el Señor se hace presente en mi vida a través de ellos.

Ojalá se nos conceda el don de seguir siendo como niños, para estar atentos y poder sorprendernos cuando los que pensamos que no pueden enseñarnos nada son los verdaderos maestros de vida.

Ojalá no vivamos distraídos para, así,  apreciar y agradecer que es el propio Dios el que nos acompaña a lo largo de eta vida como compañero de “Emaús”.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Perdonar las ofensas

Es curioso cómo algunas acciones nos llaman poderosamente la atención. Poseen como "un no sé qué" que las convierte en hermosas, sobre todo, cuando resplandecen en medio de la dificultad. La película "La vida es bella", por ejemplo, nos lo muestra bien: vivir desde el corazón puede superar el horror que la acecha. Y también Jesús, cuando en la cruz abre la puerta a la grandeza de un perdón que parecía humanamente imposible, pero que Él hizo posible. Ése es el perdón al que Jesús nos llama, el que resplandece en medio de la dificultad.
El perdón siempre cuesta, aunque unas veces más que otras. Cuando me hieren y el otro es consciente, la situación es clara y la reconciliación podrá depender del dolor que sienta.
Pero cuando la otra persona no lo es, o su simple manera de actuar produce dolor en mí  el perdón se complica. Sin embargo, como vemos, belleza y dificultad están llamadas a entenderse.

Perdonar comparte frontera con verbos como aceptar, integrar y amar sin condiciones. Y esto cuesta puesto que las resistencias a perdonar vienen a veces de no aceptar a las otras personas como son, de juzgarlas y exigirles según nuestros propios esquemas.

Pero éste no es el estilo de Jesús. Él mira con cariño cuando se encuentra con alguien, antes incluso de conocer su historia; se conmueve al descubrir la fragilidad del corazón y dice sin  reservas vete y no peques más.

¿Es posible esta manera de mirar, sentir y actuar? El joven rico se volvió entristecido y no accedió a lo que Jesús le invitaba. ¿Por eso Jesús dejó de quererle? ¿O a lo mejor, por eso, aumentaría su amor hacia él? Pero, ¿se puede querer por compasión? ¿O la clave será querer con compasión?

Quizás en lugar de girarnos tras las heridas e intentar olvidarnos, perdonar al modo de Jesús pida girarnos hacia ellas y cambiar la mirada justiciera por la gratuidad del que ama y acepta. 

martes, 24 de mayo de 2016

Dame tu fuerza


Padre,
haz que mis ojos vean lo que Tú ves.
Haz que mis oídos oigan el estruendo de tu voz
en las ondas de lo creado.
Haz que mi hablar sea un baño de palabras de néctar
que se viertan sobre gente que está presa de amargura.
Haz que mis labios sólo canten los cantos de tu amor y tu alegría.

Padre amado,
realiza por medio de mí la obra de la verdad.
Ten mis manos ocupadas en servir a todas las personas.
Haz que mi voz esparza de continuo
semillas de amor para Ti
en esta tierra en que la gente te busca.
Haz que mis pies avancen siempre
por el camino de la justicia.
Guíame de mi ignorancia a tu luz.

Padre, mueve mi corazón
y hazme sentir simpatía por todas las criaturas vivientes.
Que tu Palabra sea el Maestro de la mía.
Piensa con mis pensamientos,
porque mis pensamientos son tus pensamientos,
mi mano es tu mano,
mis pies son tus pies,
mi vida es tu fuerza
para luchar por la justicia, social y personal.

·         Paramahansa Yoganada

lunes, 23 de mayo de 2016

4º MATRIMONIO ENS Y MISERICORDIA. Bailando bajo la lluvia y el sol


Retiro Anual, por el P. Miguel de la Mata (II) –continuación-

4ª nube: a pesar de todo, habrá que conservar, y siempre, alegría en el cansancio y paciencia cuando las cosas no salen como nos gustaría.
Es otro arco iris: el de “fertilizarnos”: somos como la tierra, si no la echamos un poco de abono de vez en cuando, si no la fertilizamos, ahí no crece nada. Tenemos que fertilizar nuestro jardín interior, o sea, lo que vivimos por dentro sobre todo: eso supone pasar de la superficialidad a la profundidad: ¡qué superficiales somos a la hora de analizar, valorar, estudiar lo que está sucediendo a nuestro alrededor!. Pasar a la profundidad facilita nuestra contemplación, nuestra capacidad de escuchar la Palabra. En la superficie hay mucho más ruido que en la profundidad. Eso también supone “comunión de vida y proyecto, con el Movimiento y con su carisma”, porque esas son nuestras raíces… y tenemos que ir a la raíz de lo que somos. Y vivido como carisma: yo no me “apunto” a los Equipos: recibo el carisma de pertenecer a los Equipos, donde recibo algo para construir Iglesia. Hay que profundizar constantemente en esto.
Primer testimonio que podemos hacer en ese “ser fertilizados” es vivir la vocación matrimonial con corazón alegre. Es una gozada ver a gente mayor, que llevan tantísimos años casados, que transmiten una gran alegría… ¡esto sí que vale!
Relacionado con la paciencia está aquello de que Dios no tiene prisa, nosotros sí. Dios no valora el número de talentos, valora la capacidad de entrega de esos talentos: lo único que no quiere es que nos los guardemos por miedo.

5ª nube: vendrán nuevos olores, junto a malos sabores, y, vendrán nuevas canciones, mareas, tentaciones, … traerán los deshechos de un sueño… y nuevos alivios. Es la nube de la eficacia: queremos ser eficaces, porque somos hijos de nuestro tiempo… y manan los resultados de lo que hacemos. ¡Ay! Los jóvenes, los jóvenes… Y nosotros somos…. No podemos zafarnos de la exigencia del contexto, y el contexto busca  la eficacia, busca resultados…
Nuestro compromiso sólo prepara, promueve, sostiene… la libertad. Nadie nos ha dicho  que tengamos que alcanzar no sé qué resultados: esto no es una empresa. Nosotros tenemos que actuar siempre desde la gratuidad: dar sin esperar nada a cambio: el maestro que tenemos en esto, ya lo sabemos, es Dios, es Jesús. Y nosotros somos discípulos del ineficaz Jesús de Nazareth: ineficaz desde esa perspectiva: por eso tenemos que vencer la lógica del rendimiento. Jesús eligió ser débil: fue su opción, porque Jesús, siendo Dios, podía haber cambiado la  realidad a golpe de milagro brutal: ¡me cargo a todos los judíos malos! ¡hale!...¡y también a los romanos!... pues no, …alguna razón tendrá. Por eso es muy importante entrar en la estrategia de las opciones… ¿qué es lo más urgente? … ¿qué es lo que nosotros, de verdad, podemos aportar?... No tenemos que estar en  todos los ámbitos seguramente, pero sí hay algo que nos corresponde mucho más, por carisma: todo el ámbito de la pastoral matrimonial, amplia,… es lo mejor que nosotros podemos trabajar.
Además, es muy importante el ejercicio del discernimiento: tarea fundamental en la vida de la Iglesia: hay … michas preguntas,… intentar responderlas…JUNTOS. El discernimiento tiene mucho de personal, pero cuando nosotros pertenecemos a un Equipo, a una fraternidad, eso se hace juntos. Tenemos que discernir y comentar lo que consideremos más urgente y más esencial, para vencer la nube de la eficacia, que hace llover, y mucho.

6ª nube: Vendrán tranquilidades, otras…correremos algunos riesgos, … asumiremos llaves, que abran con un precio… que, a veces es alto; pero, al final, todo lo que hacemos , parece que nos trae disgustos, y … nuevos peligros.
Es la nube de la conflictividad, que siempre está ahí,… pero que se disipa con el sol de estas cosas que siguen… En la Iglesia, parece que hemos renunciado a la dimensión de la “paternidad-maternidad espiritual”, muy presenta en la Iglesia de los primeros siglos. Es esa disposición a acompañar a otro, pero no porque yo sea más listo que él, no; yo puedo acompañar, primero porque te quiero, y segundo, porque el mismo camino que tú vas a recorrer, lo he recorrido un poquito antes, y ya sé dónde están los baches, las piedras… las cosas que hacen tropezar; y esa “paternidad-maternidad espiritual” ayuda a superar esos conflictos.
Es también muy importante en la Iglesia el carisma de la “animación”: animar, mover, inquietar, despertar nuevas inquietudes… y eso lo pueden hacer quienes ya han hecho camino. Expresión de Bonhoeffer : “El Evangelio es gratuito pero no barato: cuesta. Cuando se ama, todo se perdona, pero no todo se admite, y por eso surgen los conflictos…, conflictos que están ahí, y forman parte de la vida cristiana”. Las comunidades cristianas no son las que no quieren conflictos, sino las que suelen abordar conflictos con caridad; pero lo que hacemos es evadirnos de los conflictos, y así no funciona esto.  
Ser padres-madres significa, ante todo, edificar la comunión, y entregarse para que el otro crezca, dando lo mejor de uno mismo. Esto supone querer gestualmente al Equipo, y a las personas destinatarias de nuestra misión: es esa “ternura” de antes.

7ª nube: Y allí … seremos más fuertes dejándonos llover… y allí seremos más fuertes, dejándonos caer… porque nuestra fuerza es asumir la debilidad, porque allí está alguien que nos sostiene.
El arco iris es la “debilidad asumida”: Jesús elige ser débil: es una opción de vida; elige hablar el lenguaje de la debilidad ¿por qué añoramos tanto el poder y la influencia? Esto no es muy evangélico, ciertamente. Dios es fuerte, y elige ser débil ¿por qué nosotros preferimos ser fuertes?
Ese arco iris supone reconocer que la debilidad es nuestro principal testimonio: somos débiles, somos pequeños, somos pobres, pero amamos; tenemos que aprender  a llamar las cosas y las situaciones por su nombre: es el signo de la debilidad asumida, es reconocer la realidad, … esto es lo que hay… ¿estamos mal? Sí, pero no pasa nada…¡vamos a ver qué podemos hacer!
Ante la sensibilidad por la naturaleza y por la ecología, nosotros, por respeto a algo que hemos recibido de Dios, tenemos que trabajar siempre y en la media de lo posible, desde la austeridad, la sencillez, desde el respeto a la creación, ….y eso sería ideal que fuera un estilo que nos acompañase en nuestra vida y en nuestras actividades… es también un testimonio. Esto suena, viviendo en la lógica del pequeño “resto” que es el paradigma de la debilidad: el “resto”, pero con una fuerza vital tremenda, y también hablar el “lenguaje de la ternura”, que es el que pueden hablar los que, por opción, se han hecho débiles, ya que los fuertes difícilmente hablan ese lenguaje,… harán concesiones, pero eso es otro cosa.

8ª nube: “Saber reconocer colores en los charcos, y… humor … como un milagro”
Nos hace falta sentido del humor, …reírnos de nosotros mismos … que es muy saludable.
Es el arco iris de la “mirada limpia que ve colores hasta en los charcos”. Hablamos de “lecturas creyentes” de la realidad, ver la realidad con fe, ya que siempre hay posibilidades, porque lo bueno y lo malo coexisten, mezclados. En ese sentido, no todo es bueno ni todo es malo: hay mucho malo y mucho bueno: están mezclados. Acordaos  de la parábola del trigo y la cizaña. Nosotros inmediatamente clasificamos: ¡Uy! Esto no! El que no piensa como nosotros, nos parece nuestro enemigo: ¿Dónde está escrito esto? Lo bueno y lo malo coexisten mezclados: por eso, juntos, tenemos que aprender a convivir, con todas las nubes que hay en nuestra existencia, reconociendo los pequeños claros, algunas veces, y otras, no tan pequeños.
La realidad, por dura que nos parezca, es como es, y lo nuestro, en principio es dejarla que sea como es; pero el problema es que, nosotros nos oponemos a que la realidad sea como es, como no nos gusta, pero es que así es imposible. Los primero que tenemos que hacer para hacer una lectura creyente de la realidad es esto: no enfadarnos con la realidad porque nosotros inmediatamente, como buenos modernos o postmodernos intentamos cambiar lo que no nos gusta, y el proceso es justo a la inversa: la realidad nos tiene que cambiar a nosotros, y no al revés. Después de que la realidad nos cambie a nosotros, entonces podemos tomar alguna decisión para mejorar la realidad; pero si vamos  a cambiarla de entrada, pues acabaremos siendo personas que cambian  la realidad, pero a lo bestia, y así no cambia nada. De hecho, en el mundo, las grandes revoluciones ¿han cambiado algo? no, al final no, porque no han cambiado el corazón de las personas, han cambiado las estructuras, a precio, a veces, de mucha sangre. El único que realmente ha cambiado el corazón de las personas, y ha sido un cambio lentísimo, ha sido Jesús.
Y lo bueno, lo mejor, es vivir la alegría de sentirnos amados: Dios cuenta con nosotros, pues eso es motivo de alegría, y mucho humor … para relativizar el mundo de hoy.
Y como mensaje final, recordad esto: somos de lluvia, cuando llueve, y ahí estamos, y somos de sol: todos nosotros somos invitados a bailar la música de Dios, es decir, a celebrar la realidad, a celebrar la vida, que no quiere decir, cambiarla; quiere decir que lo que vivimos, lo vivimos desde la experiencia de Dios. Y eso nos ayuda a percibir las cosas de otra manera: en primer lugar, con esperanza.
Equipistas, … somos de lluvia, somos de sol, y nuestra vocación es pintar el cielo de otro color, … que es lo que intentamos hacer. ¡Que así sea!

                                                                       Fernando

domingo, 22 de mayo de 2016

"ABRIRNOS AL MISTERIO DE DIOS


  
A lo largo de los siglos, los teólogos han realizado un gran esfuerzo por acercarse al misterio de Dios formulando con diferentes construcciones conceptuales las relaciones que vinculan y diferencian a las personas divinas en el seno de la Trinidad. Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.

Jesús, sin embargo, no sigue ese camino. Desde su propia experiencia de Dios, invita a sus seguidores a relacionarse de manera confiada con Dios Padre, a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado, y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo. Nos enseña así a abrirnos al misterio santo de Dios.

Antes que nada, Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinita. Nadie está solo. Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende, nos quiere y nos perdona como nadie.

Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama "reino de Dios" e invita a todos a entrar en ese proyecto del Padre buscando una vida más justa y digna para todos empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.

Al mismo tiempo, Jesús invita a sus seguidores a que confíen también en él: "No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí". Él es el Hijo de Dios, imagen viva de su Padre. Sus palabras y sus gestos nos descubren cómo nos quiere el Padre de todos. Por eso, invita a todos a seguirlo. Él nos enseñará a vivir con confianza y docilidad al servicio del proyecto del Padre.

Con su grupo de seguidores, Jesús quiere formar una familia nueva donde todos busquen "cumplir la voluntad del Padre". Ésta es la herencia que quiere dejar en la tierra: un movimiento de hermanos y hermanas al servicio de los más pequeños y desvalidos. Esa familia será símbolo y germen del nuevo mundo querido por el Padre.

Para esto necesitan acoger al Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús: "Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y así seréis mis testigos"Éste Espíritu es el amor de Dios, el aliento que comparten el Padre y su Hijo Jesús, la fuerza, el impulso y la energía vital que hará de los seguidores de Jesús sus testigos y colaboradores al servicio del gran proyecto de la Trinidad santa."  

sábado, 21 de mayo de 2016

Canto del reír


Cuando los verdes bosques ríen con la voz del júbilo,
y el arroyo encrespado se desplaza riendo;
cuando ríe el aire con nuestras divertidas ocurrencias,
y la verde colina ríe del estrépito que hacemos;
cuando los prados ríen con vívidos verdes,
y ríe la langosta ante la escena gozosa;
cuando Mary y Susan y Emily
cantan «¡ja, ja, ji!» con sus dulces bocas redondas.
Cuando los pájaros pintados ríen en la sombra
donde nuestra mesa desborda de cerezas y nueces,
acercaos y alegraos, y uníos a mí,
para cantar en dulce coro el «¡ja, ja, ji!» 


William Blake

viernes, 20 de mayo de 2016

Sonrisas que son fiestas.

En cambio, hay momentos en que la sonrisa es un reflejo de la alegría verdadera, de la fiesta de dentro.Cuando hay motivos. Cuando el amor está en una etapa de celebración. Cuando hay encuentro con otros. Cuando, al sonreír a otra persona, estás diciéndole que quieres compartir con ella tu estado de ánimo, tu satisfacción, tu forma de ser. O estás mostrando tu apertura a su vida.


¿Cuándo sonreíste así por última vez?
¿Y con Dios, la fe te ayuda a sonreír por dentro?

jueves, 19 de mayo de 2016

Sonrisas que son máscaras.

A veces hay sonrisas forzadas. Por las circunstancias. Porque no te apetece dar explicaciones. Porque parece que todos los demás se están divirtiendo muchísimo y tú eres el único que notas la lluvia dentro. Para evitarte preguntas. Ojalá, en esos momentos, encontremos la forma de quitarnos la máscara que nos protege pero al tiempo nos aleja de los otros. Ojalá encontremos alguien en quien confiar, y podamos contarle de nuestras tristezas, y nuestros esfuerzos, y de la falta de claridad de a veces. Porque hay momentos en que, si no nos mostramos vulnerables, no encontraremos la puerta al prójimo.


¿A veces tu sonrisa es una máscara?
Y con Dios, ¿también te pones máscaras?

miércoles, 18 de mayo de 2016

Sonreir, una declaración de intenciones.

A veces hay que ver la sonrisa de los cristianos alegres. La de los profetas que, con su vida, transmiten ternura. La de quienes han estado en el infierno de la guerra, o del hambre, o del dolor, y han salido, renovados para cantar la belleza de la vida, y más fuertes aún. En un mundo de demasiadas expresiones sombrías y ceños fruncidos. O, a la inversa, en un mundo donde algunas sonrisas son huida y evasión, para no pensar, se hace necesario buscar la fuente de la alegría verdadera.

martes, 17 de mayo de 2016

BIENVENIDA A LOS PRÓXIMOS RESPONSABLES DEL SECTOR


Hoy queremos comunicaros una buena noticia: Heliodoro y Puri, del Equipo 16, han aceptado la Responsabilidad del Sector de Palencia y Salamanca para los tres próximos cursos.

En nombre de todo este Sector y, sobre todo, en nombre del Señor, queremos darles las gracias y nuestra más calurosa enhorabuena por la disponibilidad, grandeza y valentía con la que han asumido esta llamada para el servicio al Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora.

Sabemos que han aceptado esta responsabilidad con ganas, con ilusión, con alegría y sobre todo con esperanza. Han dado este paso al frente plenamente conscientes de que la nueva responsabilidad a la que han sido llamados implica ilusiones, esperanzas, sacrificios y entrega de un tiempo que no les sobra, pero también estamos seguros, por propia experiencia,  que durante este camino a recorrer van a contar con la ayuda del Señor que nunca falta a los que generosamente admiten su llamada.

Queremos pediros para ellos la oración de todo el Sector, para que el Señor les ayude en su nuevo recorrido y generosidad para responder a la llamada que ellos os puedan hacer, en nombre del Señor, y aceptar el compromiso para formar un nuevo Equipo de Sector ilusionado y eficaz  que cumpla las mejores expectativas de todos, con la misma disponibilidad y generosidad que ellos.

Gracias, Heliodoro y Puri por vuestro a la llamada que os hace el Señor, no tengáis ningún miedo pues Nuestra Señora de los Equipos os acompañará en esta nueva etapa que deseamos sea fértil y llena de buenos momentos.

J y C

lunes, 16 de mayo de 2016

4º MATRIMONIO ENS Y MISERICORDIA. Bailando bajo la lluvia y el sol


Retiro Anual, por el P. Miguel de la Mata (I)

Una imagen muy bonita que define a los cristianos es que bailamos al ritmo que Dios nos marca; y así, a veces toca bailar bajo nubes – lluvia, y otras, bajo el sol: aquí es más fácil bailar; pero, a veces, parece que hay más lluvia que sol: sin embargo, en los dos, hay que bailar.
Lo primero que hay que tener presente es que la misericordia es algo activo, que está hecha de muchos pequeños detalles, de muchas actitudes: misericordia no es sólo perdonar a alguien: éste es el punto de llegada podríamos decir, pero para llegar hasta ahí, hay que hacer el camino, en el que hay tiempos de lluvia y tiempos de sol.
El mensaje inicial es: Hogar ENS, levántate… acoge en tu corazón la misericordia activa, … levántate y anda: cada uno a su ritmo, pero anda, … no tengas miedo… no pierdas la esperanza …anda…levántate … ponte en camino… porque si no… lo que viene después, sobra.

1ª nube: En la vida diaria, vendrán las alegrías rodeadas de desastres, vendrán nuevas conquistas y algunas soledades, cada reto traerá sus miedos, y plantea nuevos abismos. Es la nube de la Escasez y heterogeneidad
Hay una experiencia muy frecuente, como ese fantasma que, aunque uno se encuentre a gusto, en la experiencia de los grupos, p.e., eclesiales, pero siempre como que nos falta algo, nos da miedo algo, y lo podríamos expresar así: nos da miedo la escasez, somos muy pocos, esto no va para adelante… y la heterogeneidad: además somos tan distintos los que estamos…
Pues más allá de esa nube, siempre aparece el sol que nos invita a “arriesgarnos a”… nos arriesgamos, o esto no funciona: el cristiano siempre ha de asumir el riesgo, … “apostar”: tenemos que evitar confundir la verdad de fe, con la verdad estadística; pero estamos siempre jugando a esto, confundiendo la verdad estadística con la verdad de fe: ej.  estadísticamente podemos decir que somos muy pocos, …que somos mayores… Esto puede parecer una verdad evidente, pero desde el punto de vista de la fe, es una absoluta herejía, porque Dios transforma la realidad con unos poquísimos, eso sí, que creen firmemente lo que son, en sus posibilidades, y que confían… simplemente.
Arriesgarnos a que los más jóvenes intenten acoger la memoria viva del Movimiento: porque los más jóvenes tienen que descubrir la vida del Movimiento, porque tiene unas posibilidades mayores de lo que nosotros nos damos cuenta. Y los mayores, que siempre tienen la tentación de pensar que ya lo saben todo, y ya lo han vivido todo, en la dinámica de seguir creciendo y aprendiendo siempre: aquí nadie ha aprendido ya todo, nadie ha crecido ni ha aprendido lo suficiente.
El criterio de estar vivo es: uno deja de crecer, cuando se hace un fanático; el fanático no es aquel que mata por una ideología, es aquel que no escucha; es uno que habla, pero no escucha: repite siempre lo mismo y mata por esa idea, porque no tiene otra, es la única.
Arriesgarnos a cuidar la relación y la comunicación: en las vidas comunitarias,… en la vida de Equipos, … hay problemas que nacen sencillamente de una falta de comunicación, y de un parco y poquísimo ejercicio de la ternura.
No podemos dar por supuesto el querernos, tenemos que hacer gestos que expresen ese cariño, gestos que expresen la ternura, y de esto, nunca nos tenemos que cansar.
Y finalmente, tenemos que arriesgarnos a ser muy tajantes con las opciones, sin dorar la píldora a nadie, esto es, decir claro esto es lo que queremos y esto lo que pretendemos; pero después, tenemos que ser comprensivos, con los comportamientos, y misericordiosos con aquel que tenga otro camino,… con el que falla, …con el que no arranca… pero siempre, tener muy claro detrás de lo que andamos.

2ª nube: Vendrán buenas noticias, pero verás cómo algo estorba, vendrán algunas luces pero proyectando nuevas sombras a lo que tenemos, cada mérito traerá vértigos y nuevos destinos.
Es la nube del vértigo espiritual: en los cristianos es muy dado, y más en ciertos grupos de iniciados, a espiritualizarlo todo; y una cosa es leer creyentemente,  y hacer miradas de fe de las cosas, y otra, espiritualizarlas. El espiritualizar, al final, se convierte en una especie de irresponsabilidad.
El sol que nos ayuda a disipar eso, son algunas opciones importantes:
Partimos de la realidad: si nuestra realidad es que no damos nada más que para esto, no podemos, o estamos cansados, o estamos enfermos, o somos mayores, o demasiado jóvenes… pues, desde ahí construimos, desde ahí somos equipo; y, desde ahí trabajamos, desde ahí intentamos crecer... juntos, eso sí. El hecho de que  nuestra realidad sea pobre no nos exime de una responsabilidad que es muy importante; porque a veces, los cristianos, en nombre de evitar la soberbia o de lo que parece que es humildad, lo dejamos de hecho, o no nos esforzamos demasiado. Nuestra realidad tiene siempre buscar la excelencia, es decir, dentro de nuestras posibilidades  explotarlas al máximo, no pretender más de lo que somos, pero sí lo que tenemos explotarlo, sacarlo el máximo partido. Eso hace posible, que por dura, difícil o complicada que sea nuestra realidad, hagamos algo connatural a la vocación cristiana, que es, recrear la realidad.
El cristiano no es aquel que hace magia en la realidad, la recrea, porque la vive serenamente, la afronta realísticamente, y la acaba transformando, no haciendo revoluciones sino cambiando los corazones de las personas, que es como se cambia la realidad, es como se recrea la realidad.
Y además tenemos que, juntos, encontrar el sentido de la normalidad cotidiana: es el gran desafío de todo el mundo. Hay una especie de hastío de lo cotidiano: siempre lo mismo… pero y …¿qué lo vamos a hacer?
El problema no es hacer cosas distintas, el problema es que, lo que hagamos, lo hagamos con sentido, desde el amor. El problema no es el qué hacemos, sino el por qué lo hacemos, o desde dónde lo hacemos. Si para uno, su trabajo es una especie de condena, eso es infumable; pero si uno le encuentra el sentido a lo que hace, e intenta hacerlo con amor y entregándose a sí mismo y por convicción de sí mismo, … está recreando la realidad.

3ª nube: En estas circunstancias, seremos más fuertes, cuando nos dejamos llevar, cuando no pensamos que lo sabemos todo: allí seremos más fuertes, si nos dejamos “mojar”. La situación es tan compleja para la vivencia de la fe que hace siempre muy necesario el reconocer que necesitamos de unos para poder caminar, y esto forma parte de nuestra experiencia comunitaria, el reconocer que necesitamos de otros para hacer nuestro camino: todos necesitamos dejarnos llevar.
Y un auténtico arco iris en la vida de lluvia y de soles, es el ser acompañados, que todos tenemos esa necesidad. Esta es la tarea que se asigna a los consiliarios, que no basta ese acompañamiento, pues lo ideal es que además haya un acompañamiento personal, a nivel de fe, que nos ayude a ver que estamos profundizando en nuestro camino de fe.
El acompañamiento se hace un recurso imprescindible cuando vivimos en la intemperie; hoy la fe se vive como algo extraño  en muchos de nuestros ambientes: es casi imposible hacerlo en plan “héroe solitario”.
El acompañamiento tiene como principio básico algo que, dicho así, puede resultar fácil, pero no es nada fácil: creo que muchos de nosotros hemos sido educados en la fe como un proceso de identificación con unos principios: una cosa es que yo me identifique con unos principios de fe, que me han dicho los que son, y yo los hago míos; pero eso es un proceso ideológico, no un proceso de fe. Eso es lo mismo que uno que se hace comunista o fascista, porque le gustan los principios: no es eso; aquí trabajamos en un proceso, en el que la persona va construyendo una realización personal con Dios que conduce a una experiencia eclesial, y eso es un camino, un camino largo que no acaba nunca, y todo lo que tiene que ver con la fe se vive desde ahí. Hay una gradualidad de la fe, y paralelamente está la gradualidad de la exigencia moral: no se puede exigir lo mismo a un niño que a un adulto: el problema es que muchas veces somos adultos en edad, pero niños en la fe, porque no hemos avanzado mucho en este proceso: nos hemos quedado en lo aprendido en la primera comunión.
En esto del acompañamiento, la formación para los equipistas es un acto de amor, no es una obligación: es un acto con el que demuestro realmente que amo a la Iglesia, amo a Dios, amo al Movimiento: ayuda a desmontar un montón de prejuicios e ilumina la confusión reinante, que es mucha. Tenemos que conocer muy bien lo que dice la Iglesia sobre temas, lo que dice la Revelación, qué horizontes se están abriendo… para dar respuestas… pues esto es, dejarse acompañar.
                                                                                              (continuará)
                                                                                              Fernando