martes, 29 de abril de 2014

Juan Pablo II, nuestro Papa amigo



Juan Pablo II, nuestro Papa amigo, Papa mensajero y viajero... dejo una huella profunda en el corazón de muchos españoles cuando vino en 1982. Hoy, 31 años después, la Iglesia proclama su Santificación. Para muchos de nosotros fue un Santo en vida y nos mostró un camino muy claro de oración, entrega, generosidad y valentía para seguir a Jesús de Nazaret.
Sirva este sencillo video, realizado hace dos años, como agradecimiento por todo el bien que me hizo y ha hecho a muchas personas. Gracias Juan Pablo, amigo. 

Encar. www.reflejosdeluz.net

lunes, 28 de abril de 2014

SANTIDAD

La santidad es responder a la llamada de Dios en cada momento de nuestra vida. 
La santidad es seguir los pasos de Cristo acercándonos a los pobres y necesitados.
La santidad es escuchar el clamor del mundo y actuar para paliar un mínimo de dolor.
Los milagros los vemos cada día en las personas que se dan, que se parten y reparten por ayudar a los otros, en los trabajadores que tienen interminables horas laborales por un mínimo sueldo. en los padres que se desgastan por sus hijos, en las sonrisas de los niños y en el amor de los jóvenes.
Milagro es mirar más allá de lo que ven nuestros ojos, tocar el sufrimiento de los demás y hacerlo nuestro, andar por caminos que otros rechazan por miedo o temor...
Pero... hay personas que hacen que la santidad y los milagros sean especialmente significativos. Son aquellos que con su propia vida anuncian un mensaje de Amor incondicional, que no se dejan llevar por los otros y que son valientes para arriesgar hasta su propia vida.
Hoy, dos hitos de la Iglesia son elevados a los altares, al fin y al cabo es un reconocimiento público de la Iglesia por el bien que hicieron en su pontificado a tantas y tantas personas que se cruzaron con sus mensajes, entre las cuales me encuentro yo misma.
Estoy segura de que Juan XXIII y Juan Pablo II hace mucho tiempo que están cerca de Dios y que, desde arriba, hoy nos mirarán con ternura en su celebración.
¡Gracias Karol Wojtyla, gracias Angelo Giuseppe por vuestra vida entregada regando del Amor de Dios el camino de muchos!

Encar_AM

domingo, 27 de abril de 2014

EL EVANGELIO DE HOY

Jesús salvará a la Iglesia


Aterrados por la ejecución de Jesús, los discípulos se refugian en una casa conocida. De nuevo están reunidos, pero no está con ellos Jesús. En al comunidad hay un vacío que nadie puede llenar.Les falta Jesús. ¿A quién seguirán ahora? ¿Qué podrán hacer sin él? “Está anocheciendo” en Jerusalén y también en el corazón de los discípulos.
Dentro de la casa, están “con las puertas cerradas”. Es una comunidad sin misión y sin horizonte, encerrada en sí misma, sin capacidad de acogida. Nadie piensa ya en salir por los caminos a anunciar el reino de Dios y curar la vida. Con las puertas cerradas no es posible acercarse al sufrimiento de las gentes.
Los discípulos están llenos de “miedo a los judíos”. Es una comunidad paralizada por el miedo, en actitud defensiva. Solo ven hostilidad y rechazo por todas partes. Con miedo no es posible amar el mundo como lo amaba Jesús, ni infundir en nadie aliento y esperanza.
De pronto, Jesús resucitado toma la iniciativa. Viene a rescatar a sus seguidores. “Entra en la casa y se pone en medio de ellos”. La pequeña comunidad comienza a transformarse. Del miedo pasan a la paz que les infunde Jesús. De la oscuridad de la noche pasan a la alegría de volver a verlo lleno de vida. De las puertas cerradas van a pasar pronto a la apertura de la misión.
Jesús les habla poniendo en aquellos pobres hombres toda su confianza: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. No les dice a quién se han de acercar, qué han de anunciar ni cómo han de actuar. Ya lo han podido aprender de él por los caminos de Galilea. Serán en el mundo lo que ha sido él.
Jesús conoce la fragilidad de sus discípulos. Muchas veces les ha criticado su fe pequeña y vacilante. Necesitan la fuerza de su Espíritu para cumplir su misión. Por eso hace con ellos un gesto especial. No les impone las manos ni los bendice como a los enfermos. Exhala su aliento sobre ellos y les dice: “Recibid el Espíritu Santo”.
Solo Jesús salvará a la Iglesia. Solo él nos liberará de los miedos que nos paralizan, romperá los esquemas aburridos en los que pretendemos encerrarlo, abrirá tantas puertas que hemos ido cerrando a lo largo de los siglos, enderezará tantos caminos que nos han desviado de él.
Lo que se nos pide es reavivar mucho más en toda la Iglesia la confianza en Jesús resucitado, movilizarnos para ponerlo sin miedo en el centro de nuestras parroquias y comunidades, y concentrar todas nuestras fuerzas en escuchar bien lo que su Espíritu nos está diciendo hoy a sus seguidores y seguidoras.
José Antonio Pagola
2 Pascua (A) Juan 20, 19-31

viernes, 25 de abril de 2014

ID A GALILEA, ALLÍ ME VERÉIS...

l relato evangélico que se lee en la noche pascual es de una importancia excepcional. No sólo se anuncia la gran noticia de que el crucificado ha sido resucitado por Dios. Se nos indica, además, el camino que hemos de recorrer para verlo y encontrarnos con él.

Marcos habla de tres mujeres admirables que no pueden olvidar a Jesús. Son María de Magdala, María la de Santiago y Salomé. En sus corazones se ha despertado un proyecto absurdo que sólo puede nacer de su amor apasionado: «comprar aromas para ir al sepulcro a embalsamar su cadáver».

Lo sorprendente es que, al llegar al sepulcro, observan que está abierto. Cuando se acercan más, ven a un «joven vestido de blanco» que las tranquiliza de su sobresalto y les anuncia algo que jamás hubieran sospechado.

«¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado?». Es un error buscarlo en el mundo de los muertos. «No está aquí». Jesús no es un difunto más. No es el momento de llorarlo y rendirle homenajes. «Ha resucitado». Está vivo para siempre. Nunca podrá ser encontrado en el mundo de lo muerto, lo extinguido, lo acabado.

Pero, si no está en el sepulcro, ¿dónde se le puede ver?, ¿dónde nos podemos encontrar con él? El joven les recuerda a las mujeres algo que ya les había dicho Jesús: «Él va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis». Para «ver» al resucitado hay que volver a Galilea. ¿Por qué? ¿Para qué?
Al resucitado no se le puede «ver» sin hacer su propio recorrido. Para experimentarlo lleno de vida en medio de nosotros, hay que volver al punto de partida y hacer la experiencia de lo que ha sido esa vida que ha llevado a Jesús a la crucifixión y resurrección. Si no es así, la «Resurrección» será para nosotros una doctrina sublime, un dogma sagrado, pero no experimentaremos a Jesús vivo en nosotros.

Galilea ha sido el escenario principal de su actuación. Allí le han visto sus discípulos curar, perdonar, liberar, acoger, despertar en todos una esperanza nueva. Ahora sus seguidores hemos de hacer lo mismo. No estamos solos. El resucitado va delante de nosotros. Lo iremos viendo si caminamos tras sus pasos. Lo más decisivo para experimentar al «resucitado» no es el estudio de la teología ni la celebración litúrgica sino el seguimiento fiel a Jesús.

jueves, 24 de abril de 2014

PASCUA

-Al final de nuestro viaje hay otro viaje: el de la vida eterna.
Jesucristo nos invita a creer en esto al final de nuestro viaje.
En la mañana de Pascua, no hay nada que ver
(¡un sepulcro vacío!); ¡sólo hay una palabra que creer!
Entonces ¿un viaje que se termina 
o un camino de vida que comienza?




  1. ¡ALELUYA, es un grito de alegría!
  2. ¡ALELUYA, es el día de la luz!
  3. Jesús vive, ha resucitado.
  4. ALELUYA, que todo se ponga a cantar,
  5. que la fiesta invada nuestras casas y nuestros corazones.
  6. ¡Viva Dios que nos abre un camino nuevo!
  7. Que la fiesta sea grande en nuestras casas,
  8. que resuene en todo nuestro barrio,
  9. que sea alegre, viva, luminosa.

miércoles, 23 de abril de 2014

El Cirio Pascual

Es el símbolo más destacado del Tiempo Pascual. La palabra "cirio" viene del latín "cereus", de cera. El producto de las abejas. El cirio más importante es el que se enciende en la vigilia Pascual como símbolo de cristo – Luz, y que se sitúa sobre una elegante columna o candelabro adornado.

El Cirio Pascual es ya desde los primeros siglos uno de los símbolos más expresivos de la Vigilia. En medio de la oscuridad (toda la celebración se hace de noche y empieza con las luces apagadas), de una hoguera previamente preparada se enciende el Cirio, que tiene una inscripción en forma de cruz, acompañada de la fecha del año y de las letras Alfa y Omega, la primera y la última del alfabeto griego, para indicar que la Pascua del Señor Jesús, principio y fin del tiempo y de la eternidad, nos alcanza con fuerza nueva en el año concreto que vivimos. Al Cirio Pascual se le incrusta en la cera cinco granos de incienso, simbolizando las cinco llagas santas u gloriosas del Señor en la Cruz.

En la procesión de entrada de la Vigilia se canta por tres veces la aclamación al Cristo: "Luz de cristo. Demos gracias a Dios", mientras progresivamente se van encendiendo los cirios de los presentes y las luces de la iglesia. Luego se coloca el cirio en la columna o candelabro que va a ser su soporte, y se proclama en torno a él, después de incensarlo, el solemne Pregón Pascual.

Además del simbolismo de la luz, el Cirio Pascual tiene también el de la ofrenda, como cera que se gesta en honor de Dios, esparciendo su Luz: "acepta, Padre Santo, el sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, ardiendo en llama viva para gloria de Dios... Te rogamos que este Cirio, consagrado a tu nombre, para destruir la oscuridad de esta noche".

El Cirio Pascual estará encendido en todas las celebraciones durante las siete semanas de la cincuentena pascual, al lado del ambón de la Palabra, hasta la tarde del domingo de Pentecostés. Una vez concluido el tiempo Pascual, conviene que el Cirio se conserve dignamente en el bautisterio. El Cirio Pascual también se usa durante los bautizos y en las exequias, es decir al principio y el término de la vida temporal, para simbolizar que un cristiano participa de la luz de Cristo a lo largo de todo su camino terreno, como garantía de su definitiva incorporación a Luz de la vida eterna.

lunes, 21 de abril de 2014

El Papa Francisco y las familias



El Papa Francisco nos sigue regalando muchas reflexiones útiles. Este libro recoge varios aspectos de la familia que han sido expresadas en distintos momentos de su pontificado. Abarcan diversos temas: matrimonio, educación de los hijos, abuelos, transmisión de la fe, necesidad de ver el mundo entero como una gran familia. Para el Pontífice, la familia no sólo es importante para la evangelización del nuevo mundo, sino que es necesaria para la supervivencia de la humanidad. Si no hay familia, corre el peligro la supervivencia cultural de la humanidad.

La autora, Paola dal Toso, pedagoga, periodista y profesora universitaria, Secretaria de la Consulta Nacional para el Apostolado de los laicos, ha publicado numerosos e interesantes libros y artículos sobre varios temas de la educación cristiana.

El Papa Francisco y las familias
Paola Dal Toso
Ed. San Pablo, Madrid, 2014

domingo, 20 de abril de 2014

¡¡¡ FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN !!! - EL EVANGELIO DE HOY


Los evangelios han recogido el recuerdo de tres mujeres admirables que, al amanecer del sábado, se han acercado al sepulcro donde ha sido enterrado Jesús. No lo pueden olvidar. Lo siguen amando más que a nadie. Mientras tanto, los varones han huido y permanecen tal vez escondidos. El mensaje, que escuchan al llegar, es de una importancia excepcional. El evangelio más antiguo dice así: “¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado”. Es un error buscar a Jesús en el mundo de la muerte. Está vivo para siempre. Nunca lo podremos encontrar donde la vida está muerta.
No lo hemos de olvidar. Si queremos encontrar a Cristo resucitado, lleno de vida y fuerza creadora, no lo hemos de buscar en una religión muerta, reducida al cumplimiento externo de preceptos y ritos rutinarios, o en una fe apagada, que se sostiene en tópicos y fórmulas gastadas, vacías de amor vivo a Jesús.
Entonces, ¿dónde lo podemos encontrar? Las mujeres reciben este encargo: “Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. ¿Por qué hay que volver a Galilea para ver al Resucitado? ¿Qué sentido profundo se encierra en esta invitación? ¿Qué se nos está diciendo a los cristianos de hoy?
En Galilea se escuchó, por vez primera y en toda su pureza, la Buena Noticia de Dios y el proyecto humanizador del Padre. Si no volvemos a escucharlos hoy con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de doctrinas venerables, pero no conoceremos la alegría del Evangelio de Jesús, capaz de “resucitar” nuestra fe.
A orillas del lago de Galilea, empezó Jesús a llamar a sus primeros seguidores para enseñarles a vivir con su estilo de vida, y a colaborar con él en la gran tarea de hacer la vida más humana. Hoy Jesús sigue llamando. Si no escuchamos su llamada y él no “va delante de nosotros”, ¿hacia dónde se dirigirá el cristianismo?
Por los caminos de Galilea se fue gestando la primera comunidad de Jesús. Sus seguidores viven junto a él una experiencia única. Su presencia lo llena todo. Él es el centro. Con él aprenden a vivir acogiendo, perdonando, curando la vida y despertando la confianza en el amor insondable de Dios. Si no ponemos, cuanto antes, a Jesús en el centro de nuestras comunidades, nunca experimentaremos su presencia en medio de nosotros.
Si volvemos a Galilea, la “presencia invisible” de Jesús resucitado adquirirá rasgos humanos al leer los relatos evangélicos, y su “presencia silenciosa” recobrará voz concreta al escuchar sus palabras de aliento.
José Antonio Pagola
20 de abril de 2014
Pascua de Resurrección (A)
Mateo 28, 1- 10

sábado, 19 de abril de 2014

SÁBADO SANTO

"Jesús yace en su tumba y los apóstoles creen que todo se acabó. Todo el día sábado su cuerpo descansa en el sepulcro Pero su madre, María, se acuerda de lo que dijo su hijo : "Al tercer día resucitaré". Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela. "

"El Sábado santo es un día de luto inmenso, de silencio y de espera vigilante de la Resurrección. La Iglesia en particular recuerda el dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María. "
Ella representa la angustia de una Madre que tiene entre sus brazos a su Hijo muerto, pero no se puede olvidar en este momento ella es la única que conserva en su corazón las palabras del anciano Simeón, que si bien él profetizó que Cristo sería signo de contradicción y una espada le traspasaría el alma, también indicó que Jesús sería signo de resurrección.
Lo que los discípulos habían olvidado, María lo conservaba en el corazón: la profecía de la resurrección al tercer día. Y María esperó hasta el tercer día.

jueves, 17 de abril de 2014

¿Lavarme Tú a mí los pies?

¿Lavarme Tú a mí los pies?
Y si es necesario, Señor,
todo mi pobre ser.
¡Lávame y purifícame!
Hazme comprender que, el camino del servicio
es una llave que abre la puerta del cielo
Que el servir, aún sin ser recompensado,
es garantía de que soy de los tuyos.
Por eso, Señor, ¡lávame!
Pero, te pido Señor, que no te inclines demasiado
Soy yo quien, en este Jueves de tanto amor,
necesito plegarme en mi orgullo
Soy yo quien en estas horas memorables,
estoy llamado a  conquistar tu corazón
ofrendándome a los hombres.
¡Lávame, mi Señor!
Para que, mis manos,
puedan acariciar rostros doloridos
Para que, mis pies,
puedan acompañar hermanos perdidos
LO QUE QUIERAS, MI SEÑOR
Me has amado y, al amarme,
brota en mí lo que Tú sembraste:
amor por los que me rodean
amor hacia los que me piden
pasión por los más débiles
Sí, mi Señor; haré lo que Tú quieras
Porque, si algo tiene el Jueves Santo,
es Misterio de amor y de ternura
Misterio de Sacerdocio y aroma de Eucaristía
Misterio de tu presencia
que  siempre permanecerá y estallará en el altar
LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
Porque, cada vez que comamos de este pan,
Porque, cada vez que bebamos de este vino,
recordaremos tu querer y tu deseo
nos llenaremos con tu Memorial y tu Palabra
con tu gesto de siervo arrodillado.
LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
Sólo te pedimos una cosa:
que nunca nos falte la Eucaristía
para estar eternamente a Ti unidos
Amén

miércoles, 16 de abril de 2014

DESDE MI CRUZ HASTA TU SOLEDAD...

Te escribo desde mi cruz a tu soledad,
a ti, que tantas veces me miraste sin verme
y me oíste sin escucharme.

A ti, que tantas veces prometiste
seguirme de cerca
y sin saber por qué te distanciaste
de las huellas que dejé en el mundo
para que no te perdieras.

A ti, que no siempre crees que estoy contigo,
que me buscas sin hallarme
y a veces pierdes la fe en encontrarme,
a ti, que a veces piensas que soy un recuerdo
y no comprendes que estoy vivo.

Yo soy el principio y el fin,
soy el camino para no desviarte,
la verdad para que no te equivoques
y la vida para no morir.

Mi tema preferido es el amor,
que fue mi razón para vivir y para morir.

Yo fui libre hasta el fin,
tuve un ideal claro
y lo defendí con mi sangre para salvarte.

Fui maestro y servidor,
soy sensible a la amistad
y hace tiempo que espero que me regales la tuya.

Nadie como yo conoce tu alma,
tus pensamientos, tu proceder,
y sé muy bien lo que vales.
Sé que quizás tu vida
te parezca pobre a los ojos del mundo,
pero Yo sé que tienes mucho para dar,
y estoy seguro que dentro de tu corazón
hay un tesoro escondido;
conócete a ti mismo
y me harás un lugar a mí.

Si supieras cuánto hace
que golpeo las puertas de tu corazón
y no recibo respuesta.

A veces también me duele que me ignores
y me condenes como Pilatos,
otras que me niegues como Pedro
y que otras tantas me traiciones como Judas.

Y hoy, te pido paciencia para tus padres,
amor para tu pareja,
responsabilidad para con tus hijos,
tolerancia para los ancianos,
comprensión para todos tus hermanos,
compasión para el que sufre,
servicio para todos.

Quisiera no volver a verte egoísta,
orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista.

Desearía que tu vida fuera alegre,
siempre joven y cristiana.

Cada vez que flaquees, búscame y me encontrarás,
cada vez que te sientas cansado,
háblame, cuéntame.
Cada vez que creas que no sirves para nada
no te deprimas,
no te creas poca cosa,
no olvides que yo necesité de un asno
para entrar en Jerusalén
y necesito a tu pequeñez
para entrar en el alma de tu prójimo.

Cada vez que te sientas solo en el camino,
no olvides que estoy contigo.
No te canses de pedirme
que yo no me cansaré de darte,
no te canses de seguirme que yo
no me cansaré de acompañarte,
nunca te dejaré solo.

Aquí a tu lado me tienes,
estoy para ayudarte.

martes, 15 de abril de 2014

YO LE HABÍA PEDIDO A DIOS...

Yo le había pedido a Dios poder para ser amado...  y me he encontrado con el amor para no necesitar ser poderoso.

Yo le había pedido a Dios la salud para hacer grandes cosas...  y me he encontrado con la enfermedad para hacerme grande.

Yo le había pedido la riqueza para ser feliz...
y me he encontrado con la felicidad para poder vivir la pobreza.

Yo le había pedido a Dios leyes para dominar a los otros...  y me he encontrado con la libertad para liberarlos.

Yo le había pedido a Dios admiradores para estar rodeado de gente...  y me he encontrado amigos para no estar solo.

Yo le había pedido a Dios ideas para convencer...  y me he encontrado espacio para convivir.

Yo le había pedido dinero para comprar cosas...
y me he encontrado personas para compartir mi dinero.

Yo le había pedido milagros para creer...
y él me ha dado fe para hacer milagros.

Yo le había pedido una religión para ganarme el cielo...  y él sólo me ha dado su Hijo para acompañarme por la tierra.

Yo le había pedido todo para gozar en la vida...
y él me ha dado la vida para que goce de todo.

Yo le había pedido ser un dios...
y él sólo pudo hacerme un hombre.

lunes, 14 de abril de 2014

Francisco: "El Espíritu Santo no es un sindicalista; trabaja en nosotros siempre"



Advirtió que no es suficiente con saber el catecismo ni estudiarlo
Para conocer a Cristo es necesario recorrer el camino del apóstol Pedro, aprender de la "tan difícil ciencia de las lágrimas, del llanto"
El Papa Francisco aseguró hoy que "el espíritu santo no es sindicalista" porque es "un gran trabajador" y "trabaja siempre" para que los seres humanos puedan conocer a Jesús.
Durante el sermón de su misa privada cotidiana, celebrada en la capilla de su residencia vaticana de Santa Marta, el líder católico estableció que "para conocer a Cristo" se necesita vivir como sus discípulos, antes que estudiarlo en la teoría.

"Tantas veces Jesús nos dirige a nosotros esta pregunta: ¿Quién dicen ustedes que soy yo? Y recibe de nosotros la misma respuesta de Pedro, la que aprendimos en el catecismo", indicó.

Advirtió que no es suficiente con saber el catecismo ni estudiarlo, algo de por si importante, pero aclaró que para conocer a Cristo es necesario recorrer el camino del apóstol Pedro, aprender de la "tan difícil ciencia de las lágrimas, del llanto".
"Conocer a Jesús es un don del padre, y él nos hace conocer Jesús: es un trabajo del espíritu santo, que es un gran trabajador. No es un sindicalista, es un gran trabajador y trabaja en nosotros siempre. Hace este trabajo de explicarnos el misterio de Jesús", ponderó.
Francisco ha indicado que "parece que para responder a esa pregunta que todos nosotros sentimos en el corazón - '¿quién es Jesús para nosotros?' - no es suficiente lo que nosotros hemos aprendido, estudiado en el catecismo, que es importante estudiarlo y conocerlo, pero no es suficiente.

Para conocer a Jesús es necesario hacer el camino que ha hecho Pedro: después de esta humillación, Pedro ha ido con Jesús adelante, ha visto los milagros que Jesús hacía, ha visto su poder, después ha pagado los impuestos, como le había dicho Jesús, ha pescado un pez, quitado una moneda, ha visto muchos milagros como esos. Pero, a un cierto punto, Pedro ha renegado de Jesús, ha traicionado a Jesús, y ha aprendido esa ciencia tan difícil - más que ciencia, sabiduría - de las lágrimas, del llanto".

El Santo Padre ha continuado explicando que Pedro pide perdón a Jesús a pesar de todo, después de la Resurrección, se siente interrogado tres veces por Él en el Tiberiades, y probablemente en el reafirmar el amor total por su maestro llora y se avergüenza en el recordar sus tres negaciones.

Así Francisco ha recordado que "esta primera pregunta - '¿quién soy yo para vosotros, para ti? - a Pedro, solamente se entiende a lo largo de una camino, después de un largo camino, un camino de gracia y de pecado, un camino de discípulo. Jesús, a Pedro y a sus apósteles, no ha dicho '¡Conóceme!' ha dicho '¡sígueme!' Y este seguir a Jesús nos hace conocer a Jesús. Seguir a Jesús con nuestras virtudes, también con nuestros pecados, pero seguir siempre a Jesús. No es un estudio de cosas que es necesario, sino una vida de discípulo".
El Papa ha insistido que es necesario "un encuentro cotidiano con el Señor, todos los días, con nuestras victorias y nuestras debilidades". Pero, ha añadido, es también "un camino que nosotros no podemos hacer solos". Y para ello es necesaria la intervención del Espíritu Santo.
Francisco ha afirmado que "conocer a Jesús es un don del Padre, es Él que nos hace conocer a Jesús; es un trabajo del Espíritu Santo, que es un gran trabajador. No es un sindicalista, es un gran trabajador y trabaja en nosotros siempre. Hace este trabajo de explicar el misterio de Jesús y de darnos este sentido de Cristo. Miramos a Jesús, a Pedro, a los apóstoles y sentimos en nuestro corazón esta pregunta: '¿quién soy yo para ti?' Y como discípulos pedimos al Padre que nos dé el conocimiento de Cristo en el Espíritu Santo, que nos explique este misterio".

domingo, 13 de abril de 2014

EL EVANGELIO DE HOY

Nada lo pudo detener


La ejecución del Bautista no fue algo casual. Según una idea muy extendida en el pueblo judío, el destino que espera al profeta es la incomprensión, el rechazo y, en muchos casos, la muerte. Probablemente, Jesús contó desde muy pronto con la posibilidad de un final violento. Jesús no fue un suicida ni buscaba el martirio. Nunca quiso el sufrimiento ni para él ni para nadie. Dedicó su vida a combatirlo en la enfermedad, las injusticias, la marginación o la desesperanza. Vivió entregado a “buscar el reino de Dios y su justicia”: ese mundo más digno y dichoso para todos, que busca su Padre.
Si acepta la persecución y el martirio es por fidelidad a ese proyecto de Dios que no quiere ver sufrir a sus hijos e hijas. Por eso, no corre hacia la muerte, pero tampoco se echa atrás. No huye ante las amenazas, tampoco modifica ni suaviza su mensaje.
Le habría sido fácil evitar la ejecución. Habría bastado con callarse y no insistir en lo que podía irritar en el templo o en el palacio del prefecto romano. No lo hizo. Siguió su camino.Prefirió ser ejecutado antes que traicionar su conciencia y ser infiel al proyecto de Dios, su Padre.
Aprendió a vivir en un clima de inseguridad, conflictos y acusaciones. Día a día se fue reafirmando en su misión y siguió anunciando con claridad su mensaje. Se atrevió a difundirlo no solo en las aldeas retiradas de Galilea, sino en el entorno peligroso del templo. Nada lo detuvo.
Morirá fiel al Dios en el que ha confiado siempre. Seguirá acogiendo a todos, incluso a pecadores e indeseables. Si terminan rechazándolo, morirá como un “excluido” pero con su muerte confirmará lo que ha sido su vida entera: confianza total en un Dios que no rechaza ni excluye a nadie de su perdón.
Seguirá buscando el reino de Dios y su justicia, identificándose con los más pobres y despreciados. Si un día lo ejecutan en el suplicio de la cruz, reservado para esclavos, morirá como el más pobre y despreciado, pero con su muerte sellará para siempre su fe en un Dios que quiere la salvación del ser humano de todo lo que lo esclaviza.
Los seguidores de Jesús descubrimos el Misterio último de la realidad, encarnado en su amor y entrega extrema al ser humano. En el amor de ese crucificado está Dios mismo identificado con todos los que sufren, gritando contra todas las injusticias y perdonando a los verdugos de todos los tiempos. En este Dios se puede creer o no creer, pero no es posible burlarse de él. En él confiamos los cristianos. Nada lo detendrá en su empeño de salvar a sus hijos.
José Antonio Pagola
13 de abril de 2014
Domingo de Ramos (A)
Mateo 26,14-27,66

sábado, 12 de abril de 2014

Silbar bajo la lluvia

Silbar bajo la lluvia

¿Por qué algunos hombres
fruncen el ceño aunque luzca el sol mientras otros consiguen
silbar bajo la lluvia?

¿Por qué hay hombres que,
apenas abren los ojos,
ven siempre algo de través?

Esto sucede porque
tienen una idea falsa
del sentido de la vida
y de las cosas.
Tienen necesidad de Dios,
no como Ser vago e impersonal,
lejano en los cielos,
sino como un amigo querido,
como un padre muy cercano.

Un íntimo contacto con Dios
cambia la mirada de los hombres sobre las cosas
y cada mañana renueva el corazón.


Phil BOSMANS