La frase anterior es de Pedro Poveda. La he leído hace ya un buen rato, en un rincón de mi pueblo muy especial para mí. Me ha bloqueado. Me ha hecho ver que no necesitaba leer más, sino rumiarla bien. Me ha suscitado una reflexión que quiero compartir.
¿Quién es y cómo es el otro? ¡Ese que se cruza en el camino de mi vida!.
Los hechos y los acontecimientos que nos rodean tienen unos protagonistas concretos. Unas personas a las que aplaudimos o rechazamos, condicionados por nuestro sesgo particular; nuestras filias y fobias; simpatías y antipatías.
Los personajes que se cruzan en mi camino vital son "mis personajes". Vistos desde mi mundo personal. Descritos desde mi manera particular de ver la vida y de situarme ante ella.
Con frecuencia, esos personajes no los describo tal cual son, sino tal y como yo los veo. Es seguro que todos ellos tienen otros rasgos que yo no he llegado a captar, y mucho menos a saber reproducir.
El regalo que recibo en mi rincón, en un tiempo de nadie que no es tarde ni noche, consiste en descubrir que no existe "la verdad" sino "mi verdad".
La del otro puede estar tan cargada de razones como la mía. Debo, pues,renunciar a toda arrogancia y escuchar al otro, con su bagaje de verdad. No para aceptar que todo vale. No para justificar lo injustificable. Pero sí para cultivar la búsqueda humilde y apasionada del respeto, la autenticidad y la bondad
Alejandro Córdoba
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