No cabe ninguna exageración.
Si escuchas, si vives el silencio, vívelo intensamente, con todas las fuerzas, con toda la atención. Dios es el Dios de toda la totalidad.
Todo lo que vivas hoy, este día, este instante, vívelo intensamente, enteramente.
Por eso dice Él: “Proclamad y anunciad a todos los pueblos”... a todas las culturas, a todo el cosmos.
Y todo te puede colmar por más que sea pequeño. Lo más pequeño te colmará si lo vives así, a fondo, del todo.
El que Dios sea el Dios de la totalidad, no quiere decir que no sea también el Dios de este instante. Vive este instante con atención, que no te encuentre distraído. Si algo no te has de permitir es vivir distraído.
Así lo más diminuto será para ti como una inmensa llanura.
Cada día, no tiene otro igual, ni un instante otro igual. Cada mañana es única. Por eso, esta mañana es un gran tesoro para ti, este instante es otro tesoro.
Si te vas de él, si te distraes, no volverá otro igual.
Todo lo que viene a ti, cualquier suceso, cualquier día, cualquier mañana, vívelo inténsamente.
Porque solo hay este instante, vivir es de personas plenas, esperar no se que acontecimiento externo es dejar nuestra vida en manos de los demás, tu eres para ti tu mejor amigo, desde ahí es como puede vivir coda momento, porque la vida es una sucesión de instantes.
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