Así lo leemos en la Agenda de nuestro Sector. Estamos en el curso
2013-14.
¿Es un “nuevo” curso? , o,
¿ vamos a continuar … “como buenamente podamos”,… “dejando que pasen los días
sin alborotarlos mucho”…?
Sin embargo, hemos oído,
sobre las cosas del Señor, que “el que se implica, se complica, pero al final
todo se simplifica” y llega la tranquilidad, la seguridad, o sea, la felicidad,
el “don” de Dios.
En el mundo de la
docencia, de donde provengo, cada curso se inicia con una nueva programación,
no vale la del curso anterior: hay que actualizarla, porque nuestra sociedad
concreta ha avanzado, ha evolucionado, ha cambiado; los alumnos o son nuevos o
han crecido, están en otra edad, con otros intereses, etc, etc, … Se imponen
nuevos objetivos, nuevos métodos, nuevas expresiones, … ¡cambiar, …mejorando!
Sí, pero nosotros somos
mayores, y basta con que nos mantengamos, con que no retrocedamos: “¡ a
mantenernos, toca!”.
Efectivamente,
esa es la expresión de la “cultura dominante” que tan ataditos nos tiene. Pero,
el evangelio ¿tiene alguna expresión como ésta, o parecida? Desde luego que no,
sino todo lo contrario… ¡qué expresiones más duras leemos en las Escrituras
sobre los rutinarios, sobre quienes no son ni fríos ni calientes, …!
Claro que se nos ofrecen
nuevos proyectos, nuevas oportunidades de “crecer” . ¿Cómo nos las tomamos: de
reojo,… con una sonrisita, … diciendo que eso es para otros que van muy mal y
no tienen arreglo, …?
o, ¿con la humildad de aquel que piensa que aún le queda mucho camino
por recorrer, que con nuestras solas fuerzas no vamos a llegar muy lejos, que
más que nunca tenemos que acudir a Él, que nos espera porque nos ama, y vino –cual
nuevo “curso”- a darlo todo por cada uno
de nosotros? .
¡Oye, tú mismo!... ¡Claro, con tu esposo/a!
Fernando
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