Hay personas con un brillo especial. No pierden la paz cuando otros estamos a punto del ataque de nervios. No se rompen, cuando se viene abajo algo muy querido. No desesperan, por mucho que se acumulen los fracasos.
Ante ellas emerge la pregunta ¿de dónde les viene esa paz, esa armonía y ese horizonte de comprensión de las cosas?
Ante ellas emerge la pregunta ¿de dónde les viene esa paz, esa armonía y ese horizonte de comprensión de las cosas?
El cardenal Newman ora así:
¡Oh Jesús! Ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que vaya.
Inunda mi alma con tu espíritu y vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente que mi vida sea un resplandor de la tuya.
Brilla a través de mí y permanece tanto en mí que cada alma con la que tenga contacto pueda sentir tu presencia en mi alma.
Permíteme que ellos al mirarme no me vean a mí, sino a Ti.
Quédate conmigo y entonces podré comenzar a brillar como Tú brillas, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás.
Serás Tú quien brille sobre los demás a través de mí.
Permíteme así alabarte de la manera que Tú más amas, brillando sobre aquellos que me rodean.
Permíteme predicarte sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, con la fuerza que atrapa, con la influencia compasiva de lo que hago, con la evidente plenitud del amor que mi corazón siente por Ti.
Inunda mi alma con tu espíritu y vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente que mi vida sea un resplandor de la tuya.
Brilla a través de mí y permanece tanto en mí que cada alma con la que tenga contacto pueda sentir tu presencia en mi alma.
Permíteme que ellos al mirarme no me vean a mí, sino a Ti.
Quédate conmigo y entonces podré comenzar a brillar como Tú brillas, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás.
Serás Tú quien brille sobre los demás a través de mí.
Permíteme así alabarte de la manera que Tú más amas, brillando sobre aquellos que me rodean.
Permíteme predicarte sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, con la fuerza que atrapa, con la influencia compasiva de lo que hago, con la evidente plenitud del amor que mi corazón siente por Ti.
Alejandro Córdoba
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