¡Qué difícil es lanzarse al riesgo de vivir contracorriente!
¡Más difícil aún cuando al final del camino nos esperan peligros amenazantes exponiéndonos a una valentía que por naturaleza no tenemos!
El riesgo es algo que solo afrontan los campeones de la vida y, para ello, deben tener muy claro cual es el objetivo que quieren alcanzar, sopesar esos peligros y lanzarse a la aventura de luchar por aquello en lo que creen, esforzarse por aquello en lo que sueñan y dejarse la piel por conseguirlo.
Si la corriente no nos acompaña, ¡no hay problema! también Jesús de Nazaret fue contracorriente y eso no fue impedimento para que su legado llegase hasta nosotros como modelo de vida a seguir.
Nadar contracorriente desafiando al futuro y exponiéndose a las garras de aquellos que nos juzgan es duro pero... cuando hayamos saltado el peligro nos esperará la calma de nuestra propia coherencia basada en la certeza de haber hecho lo que creímos que debíamos hacer.
Encar_AM
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