viernes, 28 de septiembre de 2012

UN LIBRO: LA NOVELA DE UN EQUIPISTA DE VALLADOLID


Las lamentaciones de mi primo Jeremías narra las vivencias de Álvaro, un muchacho de unos doce años en un pueblo de la provincia de Zamora durante el verano de 1952. Aunque el autor no lo dice, se puede deducir fácilmente que el pueblo es El Cubo de la Tierra del Vino, en el límite con la provincia de Salamanca.

Las ciudades de Valladolid, Zamora y, sobre todo Salamanca, están presentes en la obra de Carlos Malillos.

La novela contrapone al protagonista, un niño de ciudad, procedente de una familia acomodada, con Jeremías, un muchacho de pueblo, que reniega de su suerte: detesta el ambiente pobre y decadente que le ha tocado vivir y se propone cambiar su suerte... cuando su tío le lleve a Francia, donde las cosas se ven mucho más fáciles.

A lo largo de las páginas el lector asiste a las peripecias de estos chicos, sus escarceos amorosos con las chicas, sus juegos y experiencias hacen del libro una obra entretenida que evocará, sobre todo en los mayores, sus propias vivencias de la primera juventud, los “ritos iniciáticos” de dos adolescentes, sin dejar de lado el mundo de los adultos, donde se refleja de forma nítida los diferentes usos sociales y costumbres que se estilaban en aquella España de 1952, tan distintos de los actuales.

El libro, escrito en un tono llano y con ritmo ameno y salpicado de humor, es testimonio de los cambios que ha experimentado el mundo, como un manual de antropología, en el que se pueden estudiar los ritos que jalonaban la vida de las generaciones que nos precedieron, y que sin la pluma de autores como Carlos Malillos, se perderían para siempre en el olvido.

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