viernes, 23 de enero de 2015

Hacer de nuestro corazón un lugar habitable

La ecología del corazón tiene en cuenta ese bello proverbio indio que dice: "Antes de juzgar a una persona camina 3 lunas sobre sus zapatos".
Una mujer fue a confesarse con San Felipe Neri, acusándose de haber hablado mal de algunas personas. El santo la absolvió, pero le puso una extraña penitencia. Le dijo que fuera a casa, tomara una gallina y volviera desplumándola poco a poco a lo largo del camino. Cuando estuvo de nuevo ante él, le dijo: «Ahora vuelve a casa y recoge todas las plumas que has dejado caer cuando venías hacia aquí». ¡Es imposible!, exclamó la mujer. El viento las ha dispersado en todas direcciones. Y la moraleja de San Felipe fue: “igual que es imposible recoger las plumas una vez que se las ha llevado el viento también es imposible retirar las murmuraciones y calumnias una vez que han salido de la boca”.
La ecología del corazón nos invita a:
• Meternos en la piel del otro y conocer sus circunstancias.
• Combatir la calumnia y evitar decir maldades a costa del prójimo.
• Huir de los chismes, las críticas, las murmuraciones y los juicios a la ligera.
La calidad de las conversaciones sociales es un índice del nivel cultural de un país. Y en este sentido tenemos mucho que mejorar para elevar nuestro nivel cultural.
La regeneración ética requerida pasa por priorizar el hablar de la virtud y de quien la encarna. Por cultivar la admiración, desde el sano orgullo, y no desde la crítica. Por ser muy cuidadosos a la hora de emitir juicios, pues muchas veces el juicio en cuestión no refleja fielmente aquello que juzgamos sino la manera que tenemos de verlo.
En la medida que muchas veces no vemos las cosas tal y como son sino tal y como somos me parece bueno recordar a Confucio: “Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo. Cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo".
Alejandro Córdoba

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