jueves, 30 de abril de 2015

EXCURSIÓN-CONVIVENCIA ENS A PORTUGAL (II)

Segundo día

Después de desayunar
Y pronto, aprovechando el día,
Vamos a ver monasterios,
Aunque han dicho que llovía.
El primero el de Batalha
Que sin torres ni espadaña,
Conmemora la victoria,
Contra  el ejército de España.

Yo pienso que aquí la guía
Fue un poco exagerada,
Los portugueses michos y buenos,
Los españoles no valían nada,
A pesar de triplicarlos,
En número, ahí es nada.

Sí debió ser importante
Y descomunal la derrota,
Los portugueses  se crecen
con la batalla de Aljubarrota.
El artífice de la hazaña
Fue el de la estatua, un tal Nuno,
Que después de derrotarnos
Se metió monje, el muy tuno.
Aquí  emprendió  Portugal
Su  camino, sola y hostil,
Hasta que con Felipe II
volvió un tiempo al redil.

Pero volvamos al monasterio
De Santa María, nombrada,
Por atribuirle el milagro
De la batalla ganada.
Lo construyo Juan I
El de la Casa de Avis
Que se caso con una inglesa
Que resultó,  un poco pilla,
 Y los  dos le dieron en los morros
A los nobles de Castilla.
 Tuvieron diez o doce hijos
Uno fue Enrique el Navegante,
Cuando los portugueses  se adentran
Por los mares adelante.
Regresan con naves cargadas
De especias, aves y frutos,
Que esculpían con premuras
Canteros en las columnas
Puertas, dinteles, adornos
Y en las grandes sepulturas.
Toda esa ingente riqueza
Tenían que administrar,
hicieron grandes palacios,
monasterios, y castillos
que había que decorar.

Dos grandes claustros de piedra,
Y de madera un tercero,
Que quemaron los franceses
Para calentarse en enero.
Aquí todo era inmenso,
Tanto que el Rey Don Manuel,
Toma como escudo, la tierra,
Diciendo que todo era de Él.

Su  Iglesia,  principal estancia
Del recinto conventual,
Se dice que es la más grande
De su estilo en Portugal.

Guerras, traiciones, desplantes,
Y muchas luchas fratricidas,
Para imponerse al contrario
Se confabulan con intrigas.
El sufrimiento del mundo
Sigue, igual que  antes era,
Simbolizado en  la figura
Del Cristo de la Trinchera.

ALCOBAÇA.-

Su origen fue la batalla
Aquí, la guerra también,
Agradeciendo la victoria
Sobre el moro, en Santarem.
La orden del Císter llega
Se implanta  con decisión,
Austeridad, sacrificios, silencio
trabajo y sobre todo oración.
  
Dios es el centro de todo
Nada me puede apartar,
Para esto viven los frailes
Comer poco, mucho rezar.
Tenemos un dato curioso
Pensado con mucho tino,
Aunque escasos de alimento
Nunca les faltó algo de vino.

Su labor de desarrollo
Vital para aquellas gentes,
Estudios, inventos nuevos
Y mucha ayuda a indigentes.
En el crucero de su Iglesia
Tendremos que destacar,
Las tumbas de Inés y de Pedro
Que allí se quiso enterrar.
A Pedro, llaman el Cruel,
Palabra muy elocuente,

Que puede darnos la idea
Como trataba a su gente.
Su esposa era Constanza
Pero se encaprichó de Ines,
 Se entendió con dos mujeres
Y hay quien piensa, que con tres.

Al morir Doña Constanza
Los nobles confabularon,
 Y en ausencia del amante
A Doña Inés asesinaron.
 Y fue tal la obsesión
De Don Pedro por su amada,
Que la sacó de la sepultura
 Y fue Reina coronada.
Están muy cerca los dos
En tumbas muy adornadas,
Para en cuanto resuciten
Que fueran  pronto encontradas.


De este gran Monasterio
Termino con estos versos,
Que tuvo doscientos frailes
Y ochocientos conversos.
Si debemos recordar
Que en Batalha y Alcobaça,
Faltan muchas obras de arte
Que Napoleón llevó a su casa.

Terminamos la mañana

Comiendo  en la Arcada,
El cocido portugués
Y bacalao a la nata
Cantidad muy abundante
Que no dimos acabada.

Una agradable sorpresa
De sobre mesa esperaba
Una   voz maravillosa
El Ave María nos cantaba,
En la iglesia de Valado de Frades
Con tanta potencia y fuerza
como fuera la tormenta,
 tromba de agua descargaba.









Por la tarde a Nazaré
Con su admirado Santuario,
Y la historia del caballero
Por un milagro salvado
De despeñarse en el mar
Siguiendo a un corzo escapado.

Esta virgen es  pequeña
Pero antigua y movida,
Vino de Jerusalén
Y llego hasta Aparecida.
Y para terminar el día
Breve visita a Obidos,
Pueblo dentro de un castillo
Que está muy bien protegido.




Este recinto medieval
De murallas rodeado,
Mercados de artesanías
Yerbas, licores y mate,
Pero lo que más destaca
Es el rico chocolate.
Placer para los sentidos
Gran satisfacción mirar,
Y si vas con la señora,

Es difícil no comprar.





Juan Carballés,
Responsable del Sector de León

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario