EXCURSIÓN-CONVIVENCIA ENS REGIÓN NOROESTE….2º
Iniciamos la
Jornada del 2 de mayo, camino de Tudela (Navarra) con el rezo de Laudes. Por estar
en mayo, mes de nuestra Patrona, todos los días, empezamos y concluimos cantándola.
Hoy la decíamos: “… y vamos todos con
flores a María, que Madre nuestra es…”
Esta populosa
y animada ciudad de la ribera del Ebro, surgió como fortaleza árabe en su
frontera norte. Fue conquistada por Alfonso I el Batallador, en 1119. También
aquí durante más de cuatrocientos años convivieron musulmanes, judíos y
cristianos quienes imprimieron a la ciudad un
mestizaje cultural, que se descubre en sus monumentales edificios, al pasear
entre sus callejas retorcidas y pasadizos.
La joya
artística de la ciudad es
la catedral de Santa María, construida hacia 1180, sobre los restos de una
antigua mezquita. Admiramos su bella portada, con escenas muy curiosas: estar
dividida en dos temas: el cielo y el infierno: ¡qué escenas representa!... Su
interior, merece una especial atención: el retablo del altar mayor, dedicado a
María con tablas de estilo gótico flamenco, nos presenta escenas desde su
nacimiento hasta su Asunción: ¡deleita!; está bien acompañado por otros tantos
retablos de las capillas contiguas. En su lateral, la capilla de Santa Ana llama
la atención, por su deslumbrante
barroco dieciochesco: es, además, la patrona de la ciudad, como se recoge en
varios escudos de la villa. Por ser su capilla de culto, aquí participamos en
la Eucaristía, celebrada por dos canónigos, acompañando a otros feligreses del
lugar. Similar a esta capilla, nos encontramos con la del Espíritu Santo, de estilo barroco muy ornamentado y yeserías
de colorido diverso.
En la visita
al interesante casco histórico nos encontramos con palacios, casas y calles
singulares, su Plaza Vieja, … el noble edificio que alberga a la UNED (en el
palacio de los marqueses de San Adrián, del XVII-también aquí encontramos pinturas
murales a base de grisallas), y caminando llegamos a la Iglesia de la Magdalena,
de sobrio y bello edificio románico. Su portada principal es de medio punto, románico
avanzado, con espléndido canecillos, y escenas del Nuevo Testamento…
Llegamos hasta
su Mercado para observar los productos típicos de sus Jornadas de las Verduras,
para pasar a su Plaza Nueva o de los Fueros, y concluir en el afamado
restaurante Iruña, para degustar sus platos típicos: ¡excelente mesa!.
La tarde la ocupamos en recorrer unos cuantos
kilómetros del Parque natural de las Bardenas Reales: impresionante naturaleza semidesértica,
de
42.500 hectáreas, donde la erosión ha modelado un paisaje formado por llanuras
elevadas y barrancos. El viento del Moncayo nos azotó fuertemente, pero la
espectacularidad del paisaje y la limpieza del horizonte nos subyugó. Había
varios vehículos, la mayoría todoterrenos y con matrícula extranjera ¡curioso!.
Este
planteamiento semidesértico nos acompañó en el regreso, pero poco a poco, nos
encontramos con el valle del Ebro y su rica vegetación, que nos llevó al
santuario de Nuestra Señora del Yugo (s.xv), que, por sus bien preparadas áreas
de acogida, intuimos su popular arraigo entre las gentes, como lo constatamos al
entrar en su gran ermita, donde se estaba celebrando la Liturgia de la Palabra
dirigida por unas sonrientes Hermanas. Al concluir esta celebración y sus
particulares cantos, también nosotros cantamos a María con su Magnificat.
La alegría por
día tan completa era patente. Después de la cena, tuvimos un tiempo para el
buen humor, con una hilarante representación, de nuestros artistas. Éste, que todo lo disfrutó, así os lo redacta.
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