sábado, 9 de julio de 2016

Marta y María



Marta tenía razón
y la tenía María.
María, la mejor parte
y la menos buena -prisa,
humillación, tempestades
de alma que duda y trajina-
la menos buena, sí, Marta,
pero su parte tenía.

El corazón no se parte
como la mente o la vida,
como la rueda de oficios
en el pozo o la cocina.
El corazón se da entero.
Entero lo da María.
Entero lo dará Marta,
pero en su afán distraída
tardará un poco en la entrega,
ella, la puntual limpísima.
Activa en la tierra Marta,
María contemplativa
en unos ojos que el cielo
nos remueven cuando miran.

Gerardo Diego

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