La parábola de los
ENS
Cuando
Jesús llevaba la Buena Nueva
al pueblo judío, empleaba el método de las parábolas para explicar verdades
elevadas con un método al alcance de todos. Pues bien, el Sector de Palencia ha
celebrado, como todos los años, la clausura festiva del presente curso con una
alegre acampada, que, en esta ocasión, ha tenido una estrecha relación con las
parábolas del N.T.
Muchos
de los hechos transcendentes de la vida de Jesús tuvieron lugar alrededor de
una mesa -boda de Caná, multiplicación
de panes y peces, Santa Cena, etc- y en los ENS, reunidos en torno a una mesa,
finalizamos nuestras reuniones con un modesto ágape. Imitando a Nuestro Señor,
hemos empezado la jornada visitando la villa de Dueñas, llena de arte e
historia, con la inestimable guía de nuestros hermanos María Ángeles y Pedro
Pablo. En la hermosa iglesia de Santa María de la Asunción celebramos la Eucaristía dominical,
en cuyo evangelio se hablaba , casualmente, de la parábola de la simiente que
crece. Y hemos terminado a la mesa para dar cuenta de las viandas preparadas
por el Sector, en medio de la acogida y hospitalidad de nuestros anfitriones Es
una bendición de Dios poder ver un nutrido grupo de matrimonios cristianos
asistiendo a unos actos en familia, cuando en estas familias hay un elevado
número de niños. Por un momento pensábamos: “Ahí esta la simiente del
Evangelio, y ahí está el futuro de los ENS”.
El
llorado Juan Pablo II lo dijo bien claro: “no tengáis miedo”. En todos los
ambiente cristianos se repite el mensaje de que la Iglesia está en crisis;
que los distintos movimientos se quedan reducidos a gente muy mayor; que la
juventud huye de los templos, etc. Si Dios nos ama tanto que ha sido capaz de
darnos a su Hijo para nuestra salvación ¿es que ahora va a dejarnos
abandonados? A lo largo de la historia de la cristiandad han existido momentos
peores que el actual. Y la
Iglesia persiste.
Jesús
empleaba las parábolas para la gente sencilla, pero se añade….” a los apóstoles
se lo explicaba en privado”. A lo largo de nuestra vida nos han contado más de
una parábola. Desde que el P. Caffarel explicó que el matrimonio también es un camino de
santidad, nos vamos convirtiendo en apóstoles a los que el Señor quiere
explicar su mensaje en privado. Así como la semilla representa el crecimiento
de nuestra espiritualidad, también podemos asegurar que es Dios, y no nosotros,
quien controla ese crecimiento. Podemos observar la planta, de día o de noche,
y no notaremos cambios importantes. Él ha sembrado la semilla; a nosotros nos
toca regarla y, sin darnos cuenta, crece y crece para acabar dando su fruto.
Esos niños que ven al Señor en sus hogares representan esa semilla que recibe
el riego de la parábola, que crece con el valor del ejemplo y grana con el
calor del amor. ¡ No tengáis miedo!
Neme
y Paco
E-
16 .- Palencia
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