Tras la celebración de Pentecostés, la Iglesia nos invita a celebrar el
misterio de la Trinidad Santa, Santísima Trinidad... Quizá uno de los
misterios de nuestra fe que menos oramos o meditamos porque,
ciertamente, escapa a la razón, a la lógica. Y a la vez, quizá uno de
los misterios que más claramente relacionamos con el centro de la fe
cristiana: el amor... Dios es amor, Trinidad comunidad de amor...
En fin, ante el Misterio, yo al menos, me quedo sin palabras. Sólo como
un mantra quisiera repetir con la vida: únenos, únenos, únenos....
... ¡Nos hace tanta falta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario