lunes, 1 de febrero de 2016

Papa Francisco y la Familia: Ante el amor cristiano


          
  El amor no sólo es algo bonito, algo que sentimos, miren, … el amor del que habla San Juan en su Evangelio, no es el amor de las telenovelas. ¡No!, es otra cosa. El amor cristiano tiene siempre una cualidad: la concreción. El amor cristiano es concreto.
En la primera Carta de San Juan, el Apóstol insiste en repetir: “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor es perfecto en nosotros”: la experiencia de la fe está, precisamente, en este "doble permanecer". Nosotros en Dios y Dios en nosotros: esta es la vida cristiana. No permanecer en el espíritu del mundo, no permanecer en la superficialidad, no permanecer en la idolatría, no permanecer en la vanidad. No, no: permanecer en el Señor. Y Él retribuye esto: Él permanece en nosotros. Pero,… muchas veces, nosotros lo echamos, y, entonces, no podemos permanecer en Él.
El mismo Jesús, cuando habla del amor, nos habla de cosas concretas: dar de comer a los hambrientos, visitar a los enfermos… y tantas cosas concretas. El amor es concreto. La concreción cristiana. Y cuando no hay esta concreción, se puede vivir un cristianismo de ilusiones, porque no se entiende bien donde está el centro del mensaje de Jesús. Si nuestro amor no llega a ser concreto: es un amor de ilusiones, como estas ilusiones que tenían los discípulos cuando, mirando a Jesús, creían que era un fantasma.
El "fantasma" es el que precisamente se da, en el pasaje del Evangelio, cuando los discípulos ven a Jesús, asombrados y temerosos, venir hacia ellos, caminando sobre el mar. Pero su estupor nace de una dureza de corazón, porque -dice el mismo Evangelio- "no habían entendido"… la multiplicación de los panes, sucedida poco antes.
Así que, si tú tienes el corazón endurecido, tú no puedes amar, y piensas que el amor es eso de imaginarse cosas. No, el amor es concreto. Y esta concreción, se funda sobre dos criterios: ‘"Primer criterio: amar con obras, no con palabras. ¡Las palabras se las llevó el viento!’. Hoy están, mañana no están.
Segundo criterio de concreción es: en el amor es más importante el dar que el recibir. El que ama da, da... Da cosas, da vida, se da a sí mismo, se da a Dios, se da a los demás. Sin embargo, quien no ama, quien es egoísta, siempre busca recibir, siempre buscar tener cosas, tener ventajas.
Permaneced con el corazón abierto, no como estaba el de los discípulos, cerrado, porque no entendían nada: permanecer en Dios y Dios en nosotros, es permanecer en el amor. Tengámoslo presente. Gracias.

                                                                                  Fernando

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