Retiro Anual, por el P. Miguel de la Mata (II)
–continuación-
4ª nube: a pesar de todo, habrá
que conservar, y siempre, alegría en
el cansancio y paciencia cuando
las cosas no salen como nos gustaría.
Es otro arco iris: el de “fertilizarnos”: somos como la tierra, si no la echamos un poco de
abono de vez en cuando, si no la fertilizamos, ahí no crece nada. Tenemos que
fertilizar nuestro jardín interior, o sea, lo que vivimos por dentro sobre
todo: eso supone pasar de la superficialidad a la profundidad: ¡qué
superficiales somos a la hora de analizar, valorar, estudiar lo que está
sucediendo a nuestro alrededor!. Pasar a la profundidad facilita nuestra
contemplación, nuestra capacidad de escuchar la Palabra. En la superficie hay
mucho más ruido que en la profundidad. Eso también supone “comunión de vida y proyecto, con el Movimiento y con su carisma”,
porque esas son nuestras raíces… y tenemos que ir a la raíz de lo que somos. Y
vivido como carisma: yo no me “apunto” a los Equipos: recibo el carisma de
pertenecer a los Equipos, donde recibo algo para construir Iglesia. Hay que
profundizar constantemente en esto.
Primer testimonio que podemos hacer en ese “ser
fertilizados” es vivir la vocación matrimonial con corazón alegre. Es
una gozada ver a gente mayor, que llevan tantísimos años casados, que
transmiten una gran alegría… ¡esto sí que vale!
Relacionado con la paciencia está aquello de que Dios no tiene prisa, nosotros
sí. Dios no valora el número de talentos, valora la capacidad de entrega de
esos talentos: lo único que no quiere es que nos los guardemos por miedo.
5ª nube: vendrán nuevos
olores, junto a malos sabores, y, vendrán nuevas canciones, mareas,
tentaciones, … traerán los deshechos de un sueño… y nuevos alivios. Es la nube de la eficacia: queremos ser
eficaces, porque somos hijos de nuestro tiempo… y manan los resultados de lo
que hacemos. ¡Ay! Los jóvenes, los jóvenes… Y nosotros somos…. No podemos
zafarnos de la exigencia del contexto, y el contexto busca la eficacia, busca resultados…
Nuestro compromiso sólo prepara, promueve, sostiene…
la libertad. Nadie nos ha dicho que
tengamos que alcanzar no sé qué resultados: esto no es una empresa. Nosotros
tenemos que actuar siempre desde la gratuidad:
dar sin esperar nada a cambio: el maestro que tenemos en esto, ya lo sabemos,
es Dios, es Jesús. Y nosotros somos discípulos del ineficaz Jesús de Nazareth:
ineficaz desde esa perspectiva: por eso tenemos que vencer la lógica del
rendimiento. Jesús eligió ser débil: fue su opción, porque Jesús, siendo
Dios, podía haber cambiado la realidad a
golpe de milagro brutal: ¡me cargo a todos los judíos malos! ¡hale!...¡y
también a los romanos!... pues no, …alguna razón tendrá. Por eso es muy importante
entrar en la estrategia de las opciones… ¿qué es lo más urgente? … ¿qué es lo
que nosotros, de verdad, podemos aportar?... No tenemos que estar en todos los ámbitos seguramente, pero sí hay
algo que nos corresponde mucho más, por carisma: todo el ámbito de la pastoral matrimonial, amplia,… es lo mejor que
nosotros podemos trabajar.
Además, es muy importante el ejercicio del discernimiento: tarea fundamental en la
vida de la Iglesia: hay … michas preguntas,… intentar responderlas…JUNTOS. El
discernimiento tiene mucho de personal, pero cuando nosotros pertenecemos a un
Equipo, a una fraternidad, eso se hace juntos. Tenemos que discernir y comentar
lo que consideremos más urgente y más esencial, para vencer la nube de la
eficacia, que hace llover, y mucho.
6ª nube: Vendrán
tranquilidades, otras…correremos algunos riesgos, … asumiremos llaves, que
abran con un precio… que, a veces es alto; pero, al final, todo lo que hacemos
, parece que nos trae disgustos, y … nuevos peligros.
Es la nube de la conflictividad,
que siempre está ahí,… pero que se disipa con el sol de estas cosas que siguen…
En la Iglesia, parece que hemos renunciado a la dimensión de la “paternidad-maternidad espiritual”, muy
presenta en la Iglesia de los primeros siglos. Es esa disposición a acompañar a otro, pero no porque yo sea
más listo que él, no; yo puedo acompañar, primero porque te quiero, y segundo,
porque el mismo camino que tú vas a recorrer, lo he recorrido un poquito antes,
y ya sé dónde están los baches, las piedras… las cosas que hacen tropezar; y
esa “paternidad-maternidad espiritual” ayuda a superar esos conflictos.
Es también muy importante en la Iglesia el carisma de
la “animación”: animar, mover,
inquietar, despertar nuevas inquietudes… y eso lo pueden hacer quienes ya han hecho
camino. Expresión de Bonhoeffer : “El Evangelio es gratuito pero no barato: cuesta. Cuando se ama,
todo se perdona, pero no todo se admite, y por eso surgen los conflictos…,
conflictos que están ahí, y forman parte de la vida cristiana”. Las comunidades
cristianas no son las que no quieren conflictos, sino las que suelen abordar
conflictos con caridad; pero lo que hacemos es evadirnos de los conflictos,
y así no funciona esto.
Ser padres-madres significa, ante todo, edificar la comunión, y entregarse
para que el otro crezca, dando lo mejor de uno mismo. Esto supone querer
gestualmente al Equipo, y a las personas destinatarias de nuestra misión: es
esa “ternura” de antes.
7ª nube: Y allí … seremos
más fuertes dejándonos llover… y allí seremos más fuertes, dejándonos caer…
porque nuestra fuerza es asumir la debilidad, porque allí está alguien que nos
sostiene.
El arco iris es la “debilidad asumida”: Jesús elige ser débil: es una opción de vida;
elige hablar el lenguaje de la debilidad ¿por qué añoramos tanto el poder y la
influencia? Esto no es muy evangélico, ciertamente. Dios es fuerte, y elige ser
débil ¿por qué nosotros preferimos ser fuertes?
Ese arco iris supone reconocer que la debilidad es
nuestro principal testimonio: somos débiles, somos pequeños, somos pobres, pero
amamos; tenemos que aprender a llamar
las cosas y las situaciones por su nombre: es el signo de la debilidad asumida,
es reconocer la realidad, … esto es lo que hay… ¿estamos mal? Sí, pero no pasa
nada…¡vamos a ver qué podemos hacer!
Ante la sensibilidad por la naturaleza y por la
ecología, nosotros, por respeto a algo que hemos recibido de Dios, tenemos que
trabajar siempre y en la media de lo posible, desde la austeridad, la
sencillez, desde el respeto a la creación, ….y eso sería ideal que fuera un
estilo que nos acompañase en nuestra vida y en nuestras actividades… es también
un testimonio. Esto suena, viviendo en la lógica del pequeño “resto” que es el
paradigma de la debilidad: el “resto”, pero con una fuerza vital tremenda, y también
hablar el “lenguaje de la ternura”, que es el que pueden hablar los que, por
opción, se han hecho débiles, ya que los fuertes difícilmente hablan ese
lenguaje,… harán concesiones, pero eso es otro cosa.
8ª nube: “Saber
reconocer colores en los charcos, y… humor … como un milagro”
Nos hace falta sentido del humor, …reírnos de nosotros
mismos … que es muy saludable.
Es el arco iris de la “mirada limpia que ve colores
hasta en los charcos”. Hablamos de “lecturas creyentes” de la realidad, ver
la realidad con fe, ya que siempre hay posibilidades, porque lo bueno y lo malo
coexisten, mezclados. En ese sentido, no todo es bueno ni todo es malo: hay
mucho malo y mucho bueno: están mezclados. Acordaos de la parábola del trigo y la cizaña.
Nosotros inmediatamente clasificamos: ¡Uy! Esto no! El que no piensa como
nosotros, nos parece nuestro enemigo: ¿Dónde está escrito esto? Lo bueno y lo
malo coexisten mezclados: por eso, juntos, tenemos que aprender a convivir, con
todas las nubes que hay en nuestra existencia, reconociendo los pequeños
claros, algunas veces, y otras, no tan pequeños.
La realidad, por dura que nos parezca, es como es, y
lo nuestro, en principio es dejarla que sea como es; pero el problema es que,
nosotros nos oponemos a que la realidad sea como es, como no nos gusta, pero es
que así es imposible. Los primero que tenemos que hacer para hacer una lectura
creyente de la realidad es esto: no enfadarnos con la realidad porque nosotros
inmediatamente, como buenos modernos o postmodernos intentamos cambiar lo que
no nos gusta, y el proceso es justo a la inversa: la realidad nos tiene que
cambiar a nosotros, y no al revés. Después de que la realidad nos cambie a
nosotros, entonces podemos tomar alguna decisión para mejorar la realidad; pero
si vamos a cambiarla de entrada, pues
acabaremos siendo personas que cambian
la realidad, pero a lo bestia, y así no cambia nada. De hecho, en el
mundo, las grandes revoluciones ¿han cambiado algo? no, al final no, porque no
han cambiado el corazón de las personas, han cambiado las estructuras, a
precio, a veces, de mucha sangre. El único que realmente ha cambiado el corazón
de las personas, y ha sido un cambio lentísimo, ha sido Jesús.
Y lo bueno, lo mejor, es vivir la alegría de sentirnos
amados: Dios cuenta con nosotros, pues eso es motivo de alegría, y mucho humor
… para relativizar el mundo de hoy.
Y como mensaje final, recordad esto: somos de lluvia,
cuando llueve, y ahí estamos, y somos de sol: todos nosotros somos invitados a
bailar la música de Dios, es decir, a celebrar la realidad, a celebrar la vida,
que no quiere decir, cambiarla; quiere decir que lo que vivimos, lo vivimos
desde la experiencia de Dios. Y eso nos ayuda a percibir las cosas de otra
manera: en primer lugar, con esperanza.
Equipistas, … somos de lluvia, somos de sol, y nuestra
vocación es pintar el cielo de otro color, … que es lo que intentamos hacer.
¡Que así sea!
Fernando
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