No te rindas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Cuenta Jodorowsky que una ciudad fortificada fue asediada durante meses. Cuando todas las reservas estaban agotadas y apenas quedaba un ternero para alimentar a varios centenares de habitantes éstos fueron a suplicar a su jefe que se rindiera. Pero éste en lugar de hacerlo sacrificó al ternero y lo lanzó a los enemigos por encima de la muralla que los separaba. Al recibir el animal éstos últimos dijeron: “es inútil prologar el cerco pues si se deshacen de un ternero tan fácilmente ello quiere decir que les quedan todavía muchas provisiones”.
Mientras quede un ápice de fuerzas no hay que tirar la toalla, ni perder la esperanza, ni renunciar a alcanzar nuestros objetivos.
Como dice Mario BENEDETTI:
No te rindas, aún estás a tiempo de comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo. Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo. Porque ésta es la hora y el mejor momento.
No te rindas que la vida es continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo. Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo. Porque ésta es la hora y el mejor momento.
Alejandro Córdoba
No hay comentarios:
Publicar un comentario