lunes, 22 de agosto de 2016

Papa Francisco y la Familia en el Año de la Misericordia: Su libro "El nombre de Dios es Misericordia"


             Se trata de un libro-entrevista del Papa Francisco con el vaticanista Andrea Tornielli.
  
La presentación corrió a cargo del Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, quien realizó las siguientes manifestaciones:

El Santo Padre afirma que la misericordia es necesaria porque funciona como un antídoto al relativismo “que hiere mucho a las personas”.
El mundo necesita la misericordia porque “es una humanidad herida, una humanidad que tiene heridas profundas. No sabe cómo curarlas o cree que no es posible hacerlo. Y no son sólo las enfermedades sociales o las personas heridas por la pobreza, la exclusión social o las tantas esclavitudes del tercer milenio: también el relativismo hiere mucho a las personas, todo parece igual, todo parece lo mismo. Esta humanidad necesita la misericordia”.
“Nuestra sociedad, a la que nos gusta referirnos hoy como ‘líquida’, parece haber perdido no solo el sentido de lo que está mal, sino también la fe en la existencia de Alguien que pueda salvarnos, regenerarnos, acogernos siempre y levantarnos cuando caemos”.
“Quien esté a la búsqueda de revelaciones en medio de estas páginas terminará tal vez un poco desilusionado: no es un libro en el que el Papa relata curiosidades inéditas o anécdotas particulares sobre sí mismo. No se trata tampoco de una entrevista sobre todos los ámbitos de la actualidad que tienen que ver con la Iglesia y el mundo”. En vez de eso, “lo que presentamos hoy es un libro con el que el Papa nos quiere hacer entrar, casi tomándonos de la mano, en el gran y confortador misterio de la misericordia de Dios”.
La misericordia es “el documento de identidad de nuestro Dios”, y este libro-entrevista es un texto “que abre las puertas, que las quiere mantener abiertas y que busca señalar posibilidades, que desea al menos subrayar, si no hacer brillar, el don gratuito de la infinita misericordia de Dios”.
“Ya que deja abiertas las puertas y busca que se vislumbre la misericordia de Dios, es un libro que en algunas páginas puede conmover. Conmueve porque el Papa Francisco, evocando y buscando en su experiencia los pasajes evangélicos, las citas de los Padres de la Iglesia o algunas palabras de sus predecesores, presenta el rostro del Dios de misericordia, el Padre que toca los corazones y que busca incansablemente alcanzarnos para darnos su amor y su perdón”.
Resalta que “la misericordia de Dios es la irrupción en nuestras vidas de otro criterio, de un criterio nuevo: mucho más allá de nuestros cálculos, de nuestros razonamientos humanos sobre la justicia, de nuestra ‘ética del balance’.
“He querido concluir recordando estos aspectos que se refieren a la vida de la sociedad y de los estados, para hacer comprender cómo el mensaje del Papa, el mensaje cristiano de la misericordia y del perdón, las muchas puertas santas que se están abriendo de par en par, el reclamo a dejarnos abrazar por el amor de Dios, es algo que no considera sólo la conversión de cada uno de nosotros, la salvación del alma de cada persona: en realidad es algo que nos ve también como pueblo, como sociedad, como país y puede ayudarnos a construir relaciones nuevas y más fraternas para que, quien ha experimentado sobre sí la sobreabundancia de la gracia en el abrazo de la misericordia, quien ha sido y sigue siendo perdonado, pueda restituir al menos un poco de lo que ha recibido gratuitamente”.

Añadimos que el Santo Padre nos ha explicado en otro momento, de dónde le vino la inspiración para convocar a este tiempo especial para la Iglesia: “no hubo un momento particular o definitivo. Las cosas me llegan por sí mismas, siempre en las maneras del Señor y luego se preservan en la oración”.
“Me inclino a nunca confiar en mi primera reacción a una idea o a una proposición que me hacen. Nunca confío en mí mismo en parte porque mi primera reacción es usualmente equivocada. He aprendido a esperar, a confiar en el Señor, a pedirle su ayuda, para que pueda discernir mejor y recibir guía”.
“Puedo decir que la centralidad de la misericordia, que es para mí el mensaje más importante de Jesús, ha evolucionado lentamente con el paso de los años en mi servicio como sacerdote, como consecuencia de mi experiencia como confesor y gracias a las muchas historias positivas y hermosas que he conocido”.

                                                                                                                             Fernando

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