“La verdadera riqueza es la riqueza interior. Aunque todos poseamos una mina de diamantes, no todos estámos dispuestos a picar para extraer de la tierra aquello que es tan valioso. Por eso, la pregunta clave no es si puedes ser más feliz, sino si estás dispuesto a serlo”.
Es el mensaje central del libro “Cociente agallas” de Mario Alonso Puig. Un título que hace referencia a la valentía, el coraje y la felicidad. Y es sobre lo que trata.
El autor, que es médico, parte del principio de que el cerebro está compuesto por miles de neuronas, que se regeneran a lo largo de toda la vida. Le sirve para entender a Ortega y Gasset cuando decía: “No somos un participio, sino un gerundio”. Y le lleva a la conclusión y recomendación de seguir yendo toda la vida, de caminar, de superarnos.
Explica cómo superarnos citando a Juan XXIII: “Consulta no a tus miedos sino a tus sueños”.
Cita estudios médicos que han demostrado que la alegría, serenidad, valor y confianza surgen cuando sentimos interés por lo que hacemos, tenemos planes y proyectos, asumimos retos, estamos alegres, nos enfocamos en lo que va a salir bien y buscamos el lado positivo de las cosas.
Lo anterior ocurre, dice, cuando superamos debilidades interiores y obstáculos exteriores. Porque “somos y también nos hacemos”.
Ocurre, también, cuando nos entrenamos para cultivar y desarrollar esas actitudes ante la vida y sus circunstancias.
Para hablar de circunstancias parte del gran legado de Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia”. Y a partir de ese principio desarrolla la idea de que si no salvamos las circunstancias que nos rodean no nos salvamos a nosotros mismos.
“Es que yo soy así”, dicen algunas personas, resignadas a su herencia genética. Y basándose, de nuevo, en estudios médicos argumenta que aunque hay un gen transportador de la serotonina el contexto y el estado de ánimo son más determinantes que la pura genética.
Recomienda, por ello, que o nos enfrentamos a nuestros miedos o nos pasaremos toda la vida huyendo. Recomienda poner esfuerzo y pasión en todo lo que hacemos; tener una fe capaz de mover montañas; luchar por aquello que creemos con la convicción de que podemos hacer realidad nuestros sueños.
Alejandro Córdoba
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