martes, 16 de mayo de 2017

CENTENARIO DE FÁTIMA, CELEBRACIÓN JUBILAR E INDULGENCIA PLENARIA

En el Monasterio de la Madre de Dios de Buenafuente de Sistal puedes celebrar el jubileo y obtener la indulgencia plenaria, que el Papa Francisco concedió para todo el mundo con ocasión del Centenario de las Apariciones de Fátima.
¿CUÁNDO?
El 13 de cada mes desde Mayo hasta Octubre
¿CÓMO?
Las condiciones habituales: confesarse durante los 15 días próximos a la celebración jubilar, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre, rezar un Padrenuestro, hacer profesión de fe con el Credo e invocar a la Virgen de Fátima.
Y visitar con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en los días de los aniversarios de las apariciones.
CELEBRACIIONES JUBILARES
-Veneración pública durante los días jubilares de la imagen de la Virgen de Fátima que las hermanas cistercienses tienen en clausura y a la que tanta devoción tenía Sor Teresita (Foto adjunta).
-Celebración de la Eucaristía en memoria de la Virgen María (Consultar horario).
-Rezo comunitario del Santo Rosario a las 17:30 h.
-Exposición del Santísimo a las 18:00 h.
-Vísperas y Bendición del Santísimo a las 18:30 h.
MENSAJE DE FÁTIMA: “Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por lo que no creen, no adoran, no esperan y no os aman”.
“Al recordar las palabras que el Ángel les enseñó a los tres pastorcitos en Fátima: “Dios mío, yo creo, adoro, espero, y te amo”, me asalta la duda de si estas expresiones las puede comprender un niño de la edad de Jacinta, de Francisco y de Lucía. (…) Una niña dijo: “Yo tengo la edad de Jacinta”, y me repitió enteramente las palabras del Ángel”. Y añadió: “Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman”. En este momento intervino un adulto, que me preguntó: “¿Por qué tengo que pedir perdón por lo que yo no he hecho?”. A lo que le respondí: “Si en una familia, un hijo sale rebelde, quizá otro redobla su cariño a sus padres. No es cuestión de asumir culpas, sino de amar más. (…) Quise saber si habían comprendido lo que significaba adorar, a lo que me respondió un muchacho: “Dar un beso”. En definitiva, en esto consiste la fe, en saberse amado de Dios y en amar. Y hoy nos hemos sentido amados de Dios, al poder acoger la imagen de Nuestra Señora llegada de Fátima.” (Ángel Moreno, Extracto de la homilía del 1-2 de Mayo con ocasión de la Visita de la Imagen Peregrina de Fátima).

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