En menos de 300 años, el mundo ha vivido tres revoluciones industriales. Hoy, en 2017, nos adentramos en la cuarta. ¿Qué podemos destacar de ella? ¿cómo se debe desarrollar esa nueva revolución para que surja en un mundo más armónico?.
La nueva revolución industrial que está emergiendo tiene mucho que ver con la interconexión, la inteligencia artificial, el talento y un cambio tecnológico acelerado.
Son fenómenos que, por sí mismos, no son buenos ni malos. Lo determinante es lo que hagamos con ellos. Y, sobre todo, los valores en los que se sustenten.
Destaco los aspectos esenciales por los que debemos apostar y trabajar:
➢ Un cambio económico y social que ponga el crecimiento económico al servicio de la persona.
➢ Apuesta decidida por el desarrollo sostenible; por la salvaguarda del planeta; por buscar el equilibrio entre el respeto al entorno y la innovación.
➢ Acabar con la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
➢ Menos regulación y más compromiso. Mayor exigencia política y ciudadana para que se tenga en cuenta no solo qué se hace sino también como se hace. Teniendo en cuenta el impacto económico, social, medioambiental etc. de lo que se hace.
➢ Un proyecto educativo menos politizado. Capaz de levantar la visera, otear el horizonte y detectar lo que necesitan los hombres del futuro. Preparando a las futuras generaciones para el mercado laboral. ¡Claro que sí!. Pero también para ser PERSONAS.
Alejandro Córdoba
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