lunes, 9 de abril de 2012

Resurrección … adoración eucarística




Nuestro Papa Benedicto XVI, al hacer una referencia a la pasada JMJ de Madrid de 2011, escribió:

… “En Madrid, tras el temporal que amenazaba con estropear todo el encuentro nocturno al no funcionar los micrófonos, decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, respondieron con un intenso silencio a la presencia del Señor en el Santísimo Sacramento, adorándolo .

Dios es omnipresente, sí. Pero la presencia corpórea de Cristo resucitado es otra cosa, algo nuevo. El Resucitado viene en medio de nosotros. Y entonces no podemos sino decir con el apóstol santo Tomás: «Señor mío y Dios mío».

La adoración es ante todo un acto de fe: el acto de fe como tal. Dios no es una hipótesis cualquiera, posible o imposible, sobre el origen del universo. Él está allí. Y si él está presente, yo me inclino ante él. Entonces, razón, voluntad y corazón se abren hacia él, a partir de él.

En Cristo resucitado está presente el Dios que se hizo hombre, que sufrió por nosotros porque nos ama. Entramos en esta certeza del amor corpóreo de Dios por nosotros, y lo hacemos amando con él. Esto es adoración, y esto marcará después mi vida.

Sólo así puedo celebrar también la Eucaristía de modo adecuado y recibir rectamente el Cuerpo del Señor”...
                                                                                              Fernando

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