María desde el principio, aún sin entender ni comprender aquel Misterio
que se le asomaba, quiso entregarse a él sin condiciones.
La flor “adelfa” simboliza la decisión y el coraje.
No hay nada que nos pida Dios que nos sea imposible realizar. Cuando uno
se pone en sus manos sabe, de antemano, que todo lo que venga del cielo
esta llamado a su plena realización.
“¡Hágase en mi según tu Palabra!”
Contigo María, tenemos un seguro por el cual Tú misma nos empujas y nos dinamizas en nuestra vida espiritual y material.
Contigo
María, aprendemos a querer y a disfrutar con las indicaciones de Dios
que no pretenden otra cosa sino el que llevemos una vida digna y sin
sobresaltos, feliz y sin estridencias.
Te pedimos Virgen María, que nuestra confianza en Jesús sea tan perenne como la hoja de la adelfa que nunca muere.
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