- “Estaban todos en un mismo lugar…”:
¿Dónde estoy yo…? ¿Me encuentro cerca o lejos de la comunidad de
Jesús…? ¿Me siento perteneciente a su familia?... Oremos con mucha
atención pidiendo, por medio de María Corazón Inmaculado el Espíritu que
nos una y nos mantenga firmes en la fe y perseverantes en la comunidad
cristiana.
- “De repente vino del cielo un ruido…”:
¿Qué ruidos son los que llenan nuestro corazón? ¿Qué voces llenan
nuestro interior…? ¿Qué deseos nos atrapan y arrastran…? ¿Busco el
silencio como experiencia que me plenifica y humaniza…? Oremos con
insistencia pidiendo, por medio de María Corazón Inmaculado, el Espíritu
que nos sobresalte con su voz, que nos despierte de nuestros sueños…
- “Semejante a un viento impetuoso…”: El
viento, al soplar mueve los árboles, empuja las velas de los barcos,
hace rodar las aspas de los molinos… ¡es movimiento! ¿Hay en mi vida
movimiento…? ¿Hacia dónde…? ¿Crezco… o estoy paralizado…? ¿Avanzo… o
retrocedo…? Oremos en esta noche pidiendo, por medio de María Corazón
Inmaculado el Espíritu que nos mueve hacia Dios y hacia los hermanos y
nos hace crecer en fe y en caridad…
- “Llenó toda la casa donde estaban…”:
¿De qué está llena nuestra casa, nuestro domicilio particular…? ¿Abunda
la comprensión…, el diálogo…, el servicio…, el perdón…, la paz…, el
respeto…, el amor…? ¿O está lleno de tensión…, incomunicación…,
egoísmo…, desconfianza…, envidias…, críticas…, injusticias? Oremos en
este momento por nuestra familia pidiendo, por medio de María Corazón
Inmaculado al Espíritu que llene nuestro domicilio de los dones del
amor.
- “Entonces aparecieron lenguas como de fuego…”:
El Espíritu del Señor se presenta unas veces como paloma, otras como
viento,… ahora como fuego. Es un fuego que ilumina, que calienta, que
purifica, que se expande… Oremos pidiendo, por medio de María Corazón
Inmaculado el fuego de amor del Espíritu que nos ilumine porque estamos a
oscuras…, que nos caliente porque estamos fríos…, que nos purifique
porque estamos sucios…., que nos vivifique porque estamos como muertos…
- “Esas lenguas de fuego se repartían y se posaban sobre cada uno…”: Todos recibieron el Espíritu Santo. No quedó nadie sin el don del Espíritu.
Miremos ahora a nuestro alrededor… fijémonos en silencio en los rostros
que nos rodean… pidamos el don del Espíritu para cada una de las
personas a las que estamos viendo en este lugar… (se deja un tiempo)…
pidamos el don del Espíritu para aquel de entre nosotros que más lo
necesite…
- “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo…”: Oremos
pidiendo, por medio de María Corazón Inmaculado el Espíritu que nos
llene de la vida de Dios, que nos transforme porque no somos capaces de
cambiar por nosotros mismos, que nos convierta en los cristianos que hoy
el mundo necesita, que nos convierta en hombres y mujeres nuevos…
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