lunes, 25 de marzo de 2013

Lunes Santo (25-Marzo-2013)


Lectura
“Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero” (Is 42, 1).
“Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servia, y Lázaro era uno de los que estaban con el a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, autentico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume” (Jn 12, 1-3).
Meditación
El evangelio nos sitúa en Betania, seis días antes de la Pascua. Los parámetros de tiempo y lugar son clave para comprendernos invitados a participar en la escena, no como espectadores, sino como verdaderos protagonistas.
Pocos lugares más significativos que Betania, la casa de los amigos, para comprender cuál debe ser la actitud que nos corresponde mantener estos días santos. La relación que nos pertenece es la de quienes desean manifestar su amor y su pertenencia a Jesús, también el reconocimiento, la gratitud. Ahí cabe hasta el derroche de la relación enamorada, como significa el frasco de perfume derramado a sus pies.
La llamada del profeta es a contemplar, a mirar, a extasiarse, pero aún más a dejarse mirar, a sentirse mirado por quien entrega su vida por amor a cada uno de nosotros.
Comenzamos unos días muy especiales, en los que la posible vacación puede facilitar dedicarse gratuitamente a estar con el Señor, a acompañar los misterios de su Pasión, muerte y resurrección. Cada uno, según nuestras posibilidades, estamos llamados a recorrer las estaciones fundamentales de la fe que profesamos, las que dan razón y coherencia a nuestra identidad cristiana, que surgieron durante los acontecimientos históricos del Misterio Pascual.
Se han consumado los cuarentas días, hemos entrado en la Semana Mayor. De ti depende que te asocies al grupo de los curiosos, de los que se asomarán a las celebraciones litúrgicas o a las procesiones, o al de los que desean vivir de cerca los sentimientos comprometidos de compadecer con Cristo y con quienes prolongan entre nosotros sus dolores.
Puntos de relexión
¿Cómo te dispones a pasar la Semana Santa? ¿Te sientes reconciliado?
Estamos en el Año de la Fe. ¿Te dispones a renovar tu pertenencia a Jesucristo, a ser uno de sus seguidores?

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