Las palabras del Papa Francisco ante el naufragio del barco frente a Libia, resuenan continuamente en mi corazón. Ya su denuncia ante la vergüenza de Lampedusa nos abrió los ojos y oídos ante estas desgracias por la falta de medidas humanitarias.
Buscaban y anhelaban la felicidad, a costa de su vida. Pienso en los 700 inmigrantes y en sus familiares. Pido por ellos. Me conmueve verles en la foto.
Son noticias terribles pero que se diluyen rápidamente... A la sociedad no le interesa que hayan sido pobres y negros... Qué pena... Atención señoras y señores : ¡Murieron ahogados! Iban en este medio de transporte que no puede llamarse barco... Se fueron todos por la borda... Cuantísimo sufrimiento...
Uno ante una catástrofe suele decir: “Podríamos haber sido nosotros...” Pero en este caso no porque nuestra calidad de vida es diferente... Pero, ¿no somos todos iguales ante la ley ?
Cómo cambia la historia según sus personajes... ¡Ay! Si hubiera sido el Titanic o el Costa Concordia... Hay hasta película sobre sus protagonistas... Incluso una de las más caras del cine... Con los actores más famosos por salir en la proa gritando: “Soy el rey del mundo". También el Barco del Amor en la tele, donde cada sábado de niños no nos lo perdíamos porque iban todos los pasajeros a disfrutar y muchos se enamoraban... Todos eran amables... Qué momento en que el capitán salía a recibir a sus pasajeros... Volviendo a los nuestros de hoy, ellos pagaron por subir, por salir de su tierra por buscar una nueva vida... Con temor y dolor por dejar a los suyos... Mejor lo llamaremos el Barco del Dolor.
Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos nuestro que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, buscan una vida mejor… Buscaban la felicidad… Les invito a rezar en silencio antes y después todos juntos por estos hermanos y hermanas. Ave María… . Papa Francisco
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