sábado, 3 de diciembre de 2016

Comenzó como un anuncio publicitario y acabó siendo una lección de respeto y aceptación

Cuenta un anuncio publicitario reciente que un cura y un imán se reúnen y charlan. Al día siguiente los dos, sin ningún acuerdo previo, se intercambian un regalo improvisado para solventar sus dolencias de rodilla.
El anuncio ha tenido un gran impacto en las redes sociales. “Habla de respeto y comprensión mutuos, y sobre las cosas que unen a la gente de distintas fes en lugar de lo que las separa", dice el reverendo Gary Bradley, uno de los dos participantes.
El cura y el líder musulmán se conocieron en la sala de espera de la audición y se han hecho amigos en la vida real.
Ambos confirman que no lo han hecho por dinero. "Nos pagaron los gastos, que creo que es lo normal", asegura el párroco. "No ha sido en absoluto una cuestión de dinero, sino de enviar un mensaje positivo a las masas", añade Hassam.
Para ellos el anuncio no va de vender rodilleras sino de extender un mensaje de tolerancia entre religiones.
"Creo que puede ayudar a que la gente deje de tener miedo a la rigidez de los musulmanes, que ayude a romper el hielo- dice Hassam. Hay mucha información negativa sobre los musulmanes pero lo cierto es que la gente de distintas religiones se puede entender y llevar bien". En su comunidad, en la escuela y la mezquita que dirige, todas las reacciones han sido muy positivas y cree que ver a dos líderes religiosos sentarse juntos y compartir regalos puede servir de modelo para los fieles de distintos credos.
El líder religioso musulmán coincide en que para conseguir la tolerancia entre religiones, lo importante es "conocerse, invitar al otro a un té, hablar de quién eres, de qué te preocupa".
Al final, coinciden, se trataba de mostrar lo que une a la gente, no lo que les separa. "Todo el mundo quiere lo mismo al final: dedicarse a su familia, a su amigos, tener amor en su vida y salir adelante" dice uno y el otro contesta en la misma línea: "Todas las religiones enseñan el bien, no el odio. Podemos tener colores y caras distintas, pero al final todos somos humanos y compartimos los mismos valores". Sus declaraciones son intercambiables. Cualquiera de los dos podría haber dicho una cosa y la otra y eso es precisamente lo que querían contar.
Alejandro Córdoba

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