Cuéntame
tú, pastorcito,
de aquella noche serena
que alumbraban las estrellas
y los ángeles cantaban.
Háblame
de aquel pesebre,
de aquellas cálidas pajas,
donde el Niño reposaba.
Háblame si
sonreía
háblame si lloraba…
Háblame de su pelo,
sus ojos, de su boca,
también de su mirada.
Háblame de José,
cuéntame de María,
de cómo se sentían.
Háblame de aquella noche,
en la que Dios, en silencio,
tomó figura humana.
Cuéntame
de tu gozo,
al contemplar al Niño,
dormidito entre las pajas.
Y cuéntame también
qué te llevó a adorarlo.
Mary
Carmen, Navidad 2016
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