martes, 25 de marzo de 2014

MES DE MARZO: MES DE LA DIFUSIÓN 4


               
 Difusión es un término que nosotros, en los ENS, últimamente lo utilizamos mucho, porque ha llegado el momento de emplearse a fondo en estos tiempos que corren, en los que a Dios lo hemos encerrado y aislado de nuestra vida diaria; hasta el “si Dios quiere” –por ejemplo- hay que usarlo en contadas ocasiones y depende de con quién te relaciones.

                Sin embargo, nos encontramos con que las ciencias humanas, como la metodología y la pedagogía, y todo lo relacionado con la investigación en las áreas relacionadas con ellas, nos  están aportando luz para entender aspectos, como por ejemplo, la pedagogía de los ENS, o el valor y buen hacer de los medios empleados por  este Movimiento, que la sabia intuición o iluminación del Señor a quienes lo iniciaron,  sean tan adecuados a lo que la metodología señala como propios de una dinámica avanzada y moderna.

Cuando acudimos a Barcelona a celebrar los Cincuenta años de la llegada a España del Movimiento de los ENS, el entonces más joven  Francesc Torralba, hijo de un matrimonio ENS y Doctor en Filosofía y Teología, entre otros bagajes formativos, tuvo el acierto de analizar todos las dinámicas y metodologías de este Movimiento, y confrontarlas con la más moderna aplicación científica, y así justificar la corrección de todos medios que nos propone este Movimiento para avanzar en el camino a seguir, y para alcanzar más fácilmente la meta perseguida.

Por eso, en su dinámica, este Movimiento engancha, porque es coherente. En su más perfecta aplicación comporta muchos aprendizajes, muy útiles en la relación con los demás, que, como sabemos, son la base para llevarnos hasta Dios. Por ejemplo, al principio, se insistía mucho en practicar la “acogida” al otro, a los demás; hoy, esto, es práctica habitual y propia de una conciencia ciudadana abierta; el trabajar en equipo  -nosotros nos decimos “equipos”- sigue resultando un tanto difícil, no nos acertamos a trabajar en equipo… si a eso unimos el fuerte “individualismo” de la cultura dominante, … Y así muchos ejemplos más. No digamos a nivel de Iglesia: fue muy fuerte, en aquellos años, el hecho de juntarse en las casas un grupo de matrimonios con un  sacerdote, para orar, para “participar” a los demás cómo íbamos en nuestro caminar espiritual, el hacer partícipes a los demás nuestra actitud en cuanto realizamos ,… etc, etc…  Sí, este Movimiento es activo, es exigente, nos anima a esforzarnos, unos a otros nos ayudamos y, además, vemos cómo todos tenemos parecidas dificultades, … y esto mueve  a superarnos.

Así que surge una amistad muy singular, un sentir que los miembros de nuestro Equipo ya forman parte de nuestra familia, es más son nuestra nueva familia… y, con los años, son los más imprescindibles, … y las “reuniones” ya no pueden fallar, porque se sale de ellas, en forma y dispuestos a lo mejor: entregarnos cada vez más a Dios, a su obra la Iglesia, a los demás, … o sea: ¡la felicidad en esta vida!...

Saludos de corazón. Hasta pronto

                                                                                                              Fernando

1 comentario:

  1. Nos unimos a estas palabras de Fernando. Tras las reuniones de equipo sales fortalecidos, son un ayuda en las dificultades de cada día, son una celebración de la vida en matrimonio y en familia. Para comprobarlo hay que estar. Vente. H y MN

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