Difundir es propagar una noticia, un hecho, la
existencia de algo. El pasado día, os comentaba que somos un matrimonio
cristiano porque hemos recibido el sacramento del Matrimonio.
¡Qué fecha tan hermosa la del día de
nuestra boda, cuando dijimos “sí” a Dios y a la familia, amigos… ¡que sí! ¡que
nos casábamos porque nos queríamos, y que nuestro amor era tan grande que iba a
ser para siempre! ¡Parecía como si flotásemos, como si viviésemos ensimismados,
en un mundo nuevo: todo ternura y felicidad…! ¡Era todo tan fantástico…!
¡Qué bien lo hace todo el Señor!
Sin embargo, la vida tiene otros
tiempos, otras circunstancias: no todo es primavera color de rosa. Llega luego,
el verano seco, caluroso, los trabajos se hacen más duros e inaguantables, …
después, el congelador invierno, etc… Y como somos muy impresionables,
temperamentales y de humor cambiante… surgen los días grises… y … viene el pararse y pensar.
Dios sigue estando a nuestro lado,
siempre, claro que sí. Pero, lo propio del matrimonio que es aquello de crecer
juntos…, lo de superar las dificultades…, lo de avanzar, lo de progresar más y
mejor… no sabemos cómo realizarlo, ni de qué manera podemos conseguirlo, …
Ciertamente, no caímos en la rutina porque los hijos, las ocupaciones y el
trabajo ocupaban todo nuestro tiempo, entre semana y los fines de semana
también. Pero, … tiene que haber algo por ahí –pensamos-,
que sea diferente, que ponga un punto distinto o especial en nuestras vidas, …
que nos permita entrar por una puerta sencilla sí, pero exigente y comprensiva
–porque no tenemos mucho tiempo libre- y, que sea significativo, motivante,
invitador a una apertura, a una diferente manera de pensar, de vivir, de
dirigirnos hacia el día de mañana, … en definitiva, de vivir más y mejor nuestro
sacramento del matrimonio.
Entonces, el padre dominico que nos
casó, nos invitó a unos ejercicios espirituales en Las Caldas, cerca de
Torrelavega, organizados por un Movimiento de Iglesia, llamado “Equipos de
Nuestra Señora”… ¿qué?. –Sí, venid y lo veréis; os vendrá bien.
Saludos, y, seguiremos.
Fernando
Cada uno tiene sus momentos. Y es bueno que los compartamos, Como hace aquí Fernando. De esta manera otros podrán darse cuenta que en los matrimonios creyentes lo lógico, lo normal, lo natural es que la fe la vivamos juntos. Porque juntos compartimos la vida. Y la fe es nuestra vida también. Más aún es al fe la que nos abre las puertas de la esperanza en darnos cuenta que Dios nos quiere y por eso nosotros somos seres llenos de bondad. ¡Hagamos verdad esa bondad!
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