Nos fuimos a la villa de
Astudillo. El día amaneció un tanto gris,
amenazando lluvia.
Nos dirigimos directamente
al “Albergue
Santa María” de los Salesianos de Astudillo. El P. Carlos, Salesiano, responsable de su funcionamiento,
nos abrió las puertas, y nos aplicamos en ir poniendo a punto todo lo
relacionado con la mesa y mantel.
Pasamos a la Iglesia. Ya la
rondalla y el coro habían ocupado sus
asientos. Gentes del pueblo y los asistentes de los Equipos, nos dispusimos
para celebrar la Santa Misa.
En la monición de entrada se nos
recordó el estribillo del salmo de la primera lectura: “¡Es bueno darte
gracias, Señor!”, que es lo que hacemos cuando vamos a Misa, rezamos, y, … en
esta celebración: festejamos el curso que acaba… En el Evangelio se nos recordó
cómo es el Reino de Dios… de pequeñas semillas… de pequeñas obras buenas, …
hechas por y con Amor.
La Santa Misa que se celebra los
domingos a esta hora (12,45 H) nos animó y alegró mucho: por la celebración en
sí, por el templo lleno de tanta historia y arte, y, por la música de la
rondalla y las canciones del coro, que facilitaban el acompañamiento de todos
los fieles: ¡qué bien lo hacen! Rezamos
pues, cantamos y celebramos la Santa Misa con gran alegría interior… ¡una
delicia!
A la salida, mientras el equipo
de cocina preparaba la paella, el resto paseaba por las calles de la villa,
acariciados por las suaves rayos solares.
El comedor preparado, las mesas
dispuestas, hasta adornadas con globos. Una canción-bendición de la mesa, dio
paso a la paella, que las artistas de los fogones habían cocinado. Los
comensales, -pasaban de la cincuentena- pronto mostraron complacencia por lo
bien hecha que estaba (¡que rica!) Hubo repetición, hasta que se acabó, y eso
que era para más de sesenta.
Los asistentes además, fueron
detallistas y aportaron ricos y variados manjares, que se compartieron
fraternalmente: ¡qué gran contento y alegría se palpaba…! Habían gran
colaboración, detalles de ayuda,… los protagonistas fuimos todos… el éxito fue
de todos!! Al final hasta hubo una pequeña representación, vistosa y con humor.
¡El P. Carlos cómo movía todo y
cómo facilitaba el dejarlo como lo habíamos encontrado!...
La foto del grupo,… y, al
concierto, a la Iglesia de las Claras a las 5´30 de la tarde: de Valladolid
había venido el Taller de Ópera: doce artistas, dirigidos y acompañados al
piano por Dña Susana Corbacho: dos partes, cerca de dos horas… y una
intervención de grandes músicos, de eximios artistas: Beethoven, Wagner, el
coro de prófugos Macbeth de Verdi,
Vivaldi … y una segunda parte titulada “Fiesta en el Palacio de Orlorfsky”…
¡bravo!... ¡fantástico!
Este concierto fue el broche de
oro a tan especial jornada: tan grandes músicos, tan perfectamente conjuntados,
con tan maravillosas voces…
Sí, damos gracias a Dios por
haber vivido tantas emociones y sensaciones tan especiales, en este día de
Junio de 2015. ¡Ya estamos pensando en
repetir Acampada: la del año próximo! … ¡Ojala así sea!
Fernando
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