sábado, 9 de enero de 2016

El Papa nos explica las obras de misericordia en menos de 2 minutos


Hemos comenzado el Año Santo de la Misericordia, un tiempo especial en el que el Papa nos invita a vivir el amor para convertirnos más, y de este modo asemejarnos más al Señor Jesús.
En este año estamos llamados a vivir de modo especial la misericordia, virtud que nos lleva a sentir con el que sufre, a solidarizarnos con el que padece, a no ser indiferentes. “Miser” viene de una palabra latina que significa miseria, pobreza. Y “cordia” de otra que significa corazón. Es tener un solo corazón con el que te necesita, sentir con el que sufre, hacerte uno con el necesitado. Muy semejante a la palabra com-pasión: “padecer-con”. Por lo tanto es un año muy importante para vivir el perdón. Cuando los cristianos vivimos la virtud de la misericordia, reflejamos el rostro más hermoso de la Iglesia. Damos testimonio que somos un cuerpo donde Cristo es la cabeza y y nosotros los miembros: si uno padece, compromete al cuerpo entero, todos sufrimos, nadie es indiferente, todos salimos al encuentro del hermano que nos necesita.
¿Cómo vivir este Año Santo de la Misericordia? El Papa Francisco nos ha dejado un camino muy concreto y claro: vivir las obras de misericordia, corporales y espirituales.
Es un buen momento para preguntarme con seriedad, ¿cuál de estas obras de misericordia voy a vivir en especial este año? Porque quizá si escojo todas, me va a ser imposible. Pero si elijo en especial una o dos, es mucho más realista. ¿Qué obra de misericordia vas a vivir en especial este año?
Este video nos habla de las obras de misericordia corporales: Dar de comer al que tiene que hambre, de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al que no tiene casa, visitar al enfermo y al encarcelado, enterrar a los difuntos. Y nos recuerda el pasaje del capítulo 25 del Evangelio según San Mateo, cuando los justos le preguntarán al Señor: “¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: ′En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis′”.
Es en el día del Juicio Final que el Señor nos preguntará: ¿cuánta misericordia tuviste en tu vida? Porque del modo como amamos al prójimo, así es como amamos a Dios, pues nadie puede amar la cabeza y despreciar a los miembros.
Si este año, cada uno, como miembro de la Iglesia, se propone ser más misericordioso, si nos proponemos vivir el perdón y la reconciliación, vamos a poder reflejar el amor de Cristo con mayor transparencia

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