jueves, 10 de marzo de 2016

¿Cuánto te debo?

Seguro que alguna vez has oído, pensado o utilizado la expresión esa de «Ojo por ojo, diente por diente». Una de esas expresiones que te recordará a códigos de civilizaciones pasadas, pero cuyo sentido sigue muy vigente en muchas relaciones cotidianas. No es difícil encontrarla en su versión más negativa. Ya sabes, cuando se intenta devolver puntillosamente el mal y el sufrimiento a la persona que lo ha ocasionado. Pero sin duda es mucho más sutil cuando se adopta como criterio que regula y pone muros a la generosidad. Y así, se corre el peligro de convertir el amor en una ecuación matemática donde el resultado es un sucedáneo que nada tiene que ver con la bondad. Un mezquino cálculo que nada tiene que ver con el amor verdadero.

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