Uno
de los principales motivos de la violencia es que la persona presta más
atención a lo que sucede dentro de ella, a sus conflictos y presiones, que a lo
que sucede fuera.
Sólo piensa en ella, sólo mira su ombligo y no mide con
objetividad lo que está fuera de ella.
No comunica, sino que explota; no
habla, sino que se desfoga y exige; no oye, sino que impone y ataca.
Quien sólo
piensa en sí mismo se ciega y culpa a los demás. Y descarga sobre ellos su
rabia sin medida ni respeto de ningún tipo.
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