Marshall Rosenberg describe dos lenguajes diferentes y antagónicos con los que a diario nos encontramos. Y utiliza como metáforas a dos animales: la jirafa y el chacal.
Mientras el chacal busca dominar y juzgar la jirafa se orienta a escuchar.
Mientras el chacal trata de imponer sus opiniones la jirafa busca construir.
Explica que el lenguaje cotidiano incluye muchas expresiones que encierran juicios, generalizaciones y acusaciones. Es el idioma del chacal, que se caracteriza porque establece barreras entre las personas y crea un clima de desconfianza.
El lenguaje de la jirafa lleva inherente la compasión, pues se habla desde el corazón y dado que es el animal con el corazón más grande, puede retener en él muchos sentimientos, tanto positivos como negativos.
Desarrolla, a partir de esa metáfora, un modelo de comunicación que ayuda a conectar a las personas y permite que se valoren por igual las necesidades de todos.
Ese proceso de comunicación no violenta ayuda a conectarnos con lo que está vivo dentro de nosotros e intensifica nuestra conciencia acerca de lo que implica el dar y el recibir de manera natural.
Tiene por objeto reforzar la habilidad para despertar empatía en los demás y responder con empatía hacia ellos y hacia nosotros mismos.
Nos permite replantearnos nuestro modo de expresarnos, de escuchar a los demás y de resolver conflictos.
A partir de ese modelo se han propuesto 4 pasos hacia una comunicación empática y no violenta:
➢ Observar sin juzgar
➢ Sentir sin interpretar
➢ Necesidades en lugar de estrategias
➢ Pedir en lugar de exigir
➢ Observar sin juzgar
➢ Sentir sin interpretar
➢ Necesidades en lugar de estrategias
➢ Pedir en lugar de exigir
DOBLE MORALEJA:
1 ¡Cuánto se puede aprender en los libros!. Yo en este he aprendido y por eso lo comparto
2 Decir lo que hay que hacer es fácil. Hacerlo es mucho más difícil. A mí me cuesta mucho ser jirafa. Pero no querer ser chacal ya lo considero un avance.
Alejandro Córdoba
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