Como habéis conocido por los
matrimonios que asistieron al Encuentro, se ha celebrado la JORNADA DE
FORMACIÓN EQUIPOS EN EL MOVIMIENTO, VOCACIÓN Y MISIÓN, los días 8 y 9 de
noviembre en La virgen del Camino de León. Es el primer encuentro de este tipo
-corresponde a la segunda fase de nuevo programa de formación permanente del
ERI- que tiene lugar en la súper región España. Asistimos 60 personas. Se
procuró que fueran equipos completos, lo que solo se consiguió en parte. No se
trata aquí de hacer una crónica de ese Encuentro –preguntad a alguno de los que
asistieron- sino de reflejar de alguna manera lo que pretendíamos en este
encuentro. Dijimos en la presentación de la jornada que la vida de equipo viene
a ser como la respiración, con dos fases: la de inhalar y la de exhalar. Y
queremos reflejarlo en estas dos fotografías tomadas de ese encuentro.
La primera refleja la vida
del equipo: un grupo de matrimonios y su consiliario que quieren compartir la
vida. Ahí unidos, abrazados. Es la mejor forma de practicar la ayuda mutua.
Viene a ser la respiración, en su fase de inhalación, que nos hace vivir. Nos
llenamos cuando compartimos la vida. Es el alimento imprescindible para seguir
con fuerzas. Ahí en el medio está Dios. Acurrucados. Recogidos. Dándose
calor.
La segunda fotografía viene a
ser la consecuencia natural de la primera. Nos unimos para amarnos, pero no
podemos quedarnos ahí. Es necesario llevar ese amor a los demás. Por eso
nos damos la mano. Para que ese amor no se quede solo en nosotros. Hay que
compartirlo. Somos portadores del amor de Dios. Sería la segunda acción de la
respiración, la exhalación. Para compartir. Porque un amor que no se comparte
se consume, se debilita y se pudre.
Hemos vivido dos días de
intensa participación, hemos estado muy a gusto, la casa estaba caliente,
nosotros nos entendíamos, hablábamos el mismo lenguaje, notamos la presencia de
Dios en los que estaban con nosotros…¡qué bien se estaba! Pero esto es solo la
primera parte. Esto es el equipo. Esto es la vida del equipo. Tenemos que ser
capaces de llevar lo que hemos sentido a nuestra vida de cada día. Que los
demás se pregunten: ¿qué
tienen estos que tanto se aman? La
presencia de Dios en nosotros: lo sentimos, lo vivimos, lo compartimos. Eso es
ser de equipos.
Gracias a todos, los
organizadores, los formadores, los asistentes, los que han rezado para que todo
saliera estupendo. ID Y VIVIDLO.
Un abrazo
Herminio
y Mª Nieves. Responsables Regionales
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