(Carta francesa 11 del 59)
A
propósito de la necesidad que tienen los adolescentes del grupo para
desarrollarse, o del adulto que es incapaz de soportarse solo y de las
comunidades cerradas, dice el P. Caffarel que se trata de debilidades, y que
para algunos se trata de la huida del cara a cara conyugal o de descargar en el
grupo las decisiones que se deben tomar sobre la conducta del hogar.
"Por
contra, si los miembros de un equipo están unidos para ayudarse unos a otros a
conquistar su personalidad humana y cristiana, a tomar mejor consciencia de su
propia vocación, única - vocación de cada individuo y de cada pareja - entonces
sí, el equipo tiene su plena razón de ser y no conocerá las crisis agudas o
latentes que a menudo no tienen otra causa que un falso punto de partida.
Hay
una frase del filósofo Luis Lavelle que os propongo para meditar. Se refiere al
amor entre dos seres (de paso que os sirva para hacer un examen de conciencia
conyugal) pero que vale perfectamente para un Equipo de Nuestra Señora:
"El amor no puede ser la complicidad de dos egoísmos que, aislándose del
mundo, hacen de este aislamiento la fuente de sus delicias. El disuelve estos
egoísmos y crea alrededor de ellos un círculo más vasto que se amplia sin cesar
y en el que el universo entero llega a incluirse".
Traducido
al estilo cristiano: Un Equipo de Nuestra Señora debe ser éxito de caridad donde
Cristo está presente pues "ubi caritas et amor Deus ibi est", donde
el universo entero está presente pues donde la Cabeza está presente, el
Cuerpo Místico todo entero está presente".
Henri
Caffarel.
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