lunes, 16 de enero de 2017

En Irak no hay futuro para los cristianos

Yousif Anees es un cristiano iraquí de 30 años que trabaja como microbiólogo y vive en la ciudad de Ankawa. En el año 2014 su ciudad, Qaraqosh, fue tomada por el Estado Islámico (ISIS). Aunque la mayoría de ciudades alrededor de Mosul han sido liberadas por el ejército iraquí, todavía no puede volver a su casa.
Por tercer año consecutivo ha pasado, al igual que otros cristianos iraquíes, la Navidad lejos de casa y con su familia dispersa por diferentes países, debido a la persecución del ISIS.
“Somos como 100 mil personas que no tenemos una iglesia o las iglesias que hay son muy pequeñas para albergarnos a todos. Pero para mí la Iglesia no es un edificio sino es la gente cuando se reúne en el nombre de Jesucristo”, comenta en una entrevista.
Yousif ha visitado cuatro veces su ciudad desde que fue liberada del Estado Islámico en octubre. “Cuando volví a ver mi ciudad quedé en shock. Me quedé como inconsciente. Me decían que no tocara nada, que no abriera ninguna puerta porque podían haber bombas. Era como ser un extraño en tu propia casa, en tu tierra”.
La gente se está preguntando sobre quién va a reconstruir las casas destruidas por el ISIS, que están llenas de explosivos. Porque para eso se necesita dinero y confianza.
Dice que no sabe quién va a responder a esta pregunta. Los que están en los campos de refugiados están esperando volver a sus aldeas, a sus iglesias, a su barrio. Es su tierra, dice. Pero reconoce, también, que hay gente que está pensando en irse de Irak porque ven que aquí no hay futuro.
El patriarca caldeo mar Louis Raphael I Sako ha exhortado a los líderes iraquíes a llevar a cabo un acuerdo nacional “auténtico y armonioso”, que permita construir una sociedad civil fuerte y promover una cultura que tenga por objetivo recuperar los “valores humanos y morales” sobre los que se funda todo Estado.
El Papa Francisco propone, reiteradamente, que los cristianos seamos agentes de paz y trabajemos para poner fin a todos los conflictos.
Si los cristianos iraquíes no ven futuro en la vuelta a sus tierras y si la comunidad internacional no les ayuda a recuperar la confianza en ello:
¿seremos cómplices, desde el silencio, de que el cristianismo desaparezca de varias ciudades de Irak?
¿Nos implicaremos en ser agentes de paz?
Alejandro Córdoba

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