domingo, 5 de febrero de 2012

La mejor medicina (Mc 1, 29 - 39)

Jesús nos cura. En los brazos del Padre, del Abba, Él nos invita a una medicina que nunca falla: la oración. Como bien dice Patxi: “La solución es orar”. Además el médico tiene un panel para revisar nuestra vista. ¡Qué interesante! ¿Somos capaces de descubrir y de vivir lo que indica el mejor oftalmólogo del mundo? “Amaos unos a otros como os he amado”. Casi nada.
El mundo triste, en crisis, la Iglesia envejecida, la humanidad doliente… Todos se ponen a la cola. Quieren experimentar el cuidado y la cura de Jesús. Quieren sentir lo mismo que la suegra de Pedro, esa mano suya  cargada de ternura, que sana y libera de la fiebre, de la postración, del inmovilismo.
Oración:
Sánanos, Señor, Jesús. Sana nuestras fiebres, nuestras heridas. Sana a este mundo sufriente. Y después de la curación, como la suegra de Pedro, pongámonos a servir. Tú eres la medicina que el mundo, la Iglesia y todos nosotros necesitamos.

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