miércoles, 1 de febrero de 2012

Irradiar paz

Sólo los que son capaces de irradiar paz, la tienen de verdad en su corazón.
En la medida en que sabemos trasmitir paz a los demás, la poseemos en nuestro interior.
No tenderemos paz en nuestro corazón si no somos capaces de compartirla día a día, trabajando por la justicia, la verdad, la libertad y la fraternidad.
Únicamente son personas en realidad pacíficas, las que son pacificadoras. Quien no trabaja diariamente por al paz, no la puede tener en su interior.
La paz es un don que se posee en la medida que se da. La paz, no es pereza ni pasividad, sino esfuerzo y trabajo constante para conseguir un orden fundamentado en los grandes valores éticos de la justicia, la verdad, la libertad y la fraternidad.
Si queremos tener paz, irradiémosla.

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