Ve repasando mentalmente con el mayor orden posible todo lo que te has traído…Reflexiona un momento…Todas estas cosas que has traído son útiles, todas imprescindibles, pero…Pregúntate…¿Cuál es mi equipaje para ir detrás del Señor junto con mis compañeros de camino?
Desde ahora empieza a comprender aquella recomendación que Jesús hacía a sus discípulos: “Les encargó que no llevaran más que un bastón, ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja, que calzasen sandalias pero que no llevasen dos túnicas” (Mc 6, 7-9).
ORACIÓN:
“Viajan los hombres para admirar las alturas de los montes y las ingentes olas del mar y las anchuras corrientes de los ríos y la inmensidad del océano y el giro de los astros y se olvidan así mismos”.
“Regresa a tu corazón. ¿Por qué huyes y te pierdes lejos de ti? ¿Por qué andas por caminos solitarios? ¿Por qué vagabundeas?
¡Vuélvete! ¿Adónde? Al Señor. Él esta a la espera”.
SAN AGUSTÍN
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