Lo dice el sacerdote siro-católico Jacques Mourad, secuestrado durante 5 meses por el Estado Islámico, y que finalmente consiguió huir.
Mourad fue uno de los primeros monjes del monasterio de Mar Elian, del que ahora es prior. A pesar de los peligros que derivaban del conflicto y de las amenazas de secuestro, no había querido abandonar a su propia gente.
En una entrevista a TV 2000, el prior de Mar Elian reveló algunos detalles de los meses transcurridos en manos del Estado islámico. “Casi todos los días había alguno (del EI) que entraba donde estaba recluido y me preguntaba quién era. Yo respondía “Soy nazareno, o sea cristiano”, “Entonces eres un infiel”, gritaban. “Está visto que, si no te conviertes te cortaremos la garganta con un cuchillo”. Pero yo jamás firmé ningún acto de abjuración al cristianismo”.
El padre Mourad habla de “el milagro que el buen Dios me dio: mientras estaba prisionero esperaba el día de mi muerte pero con una gran paz interior. No tenía ningún problema en morir en nombre de Nuestro Señor, no sería ni el primero ni el último, sino uno entre los miles de mártires por Cristo”.
Él logró escapar de Al Qariatayn disfrazándose y a bordo de una motocicleta, “con un amigo musulmán”.
Desde su comunidad dicen estar muy agradecidos con el Señor misericordioso por este regalo. “Queremos también agradecer a todos los amigos del mundo que han rezado por Jacques y por nuestra comunidad monástica: cristianos, musulmanes u otros, incluso a aquellos que no creen, por su solidaridad y cercanía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario