Quiero
mirarte una vez más
en tu pesebre-cunita,
divino Niño nacido
entre la noche y el alba.
Quiero mírate a los ojos
y ellos también me miren;
quiero sentir tu sonrisa,
sonrisa de oro y plata.
Quiero cogerte en mis brazos,
porque tus brazos me abracen;
quiero besar tus mejillas,
mejillas de oro y grana.
Quiero sentir tus latidos,
en mi corazón anhelante;
quiero estar junto al Belén
como la mula y el buey.
Como la estrella errante,
como aquellos pastorcitos
que fueron a contemplarte,
y como los Reyes Magos
que llegaron a adorarte.
Mary Carmen,
Navidad 2015
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