Aquí trata de tres actitudes, que, como María, debemos tener los
cristianos ante la vida: escucha,
decisión y acción.
María “escucha”
atentamente lo que Dios le pide.
“No es el modo distraído con el cual nosotros nos ponemos delante del Señor o
ante los otros: oímos las palabras, pero no escuchamos realmente. María está
atenta a Dios, escucha a Dios”.
Esta actitud de María, dijo, la trasladaba a
los hechos de la vida cotidiana. “Está atenta a la realidad concreta y no
se para en la superficie, sino que va a lo profundo, para captar el
significado. La pariente Isabel, que es ya anciana, espera un hijo: éste es el
hecho. Pero María está atenta al significado, lo sabe comprender: ‘porque no
hay nada imposible para Dios”.
Francisco dijo que los hombres también deben
estar atentos a la realidad concreta y aprender a escuchar lo que Dios les
dice, “porque el Señor está en la puerta de nuestra vida y golpea de muchos
modos, pone señales en nuestro camino; está en nosotros la capacidad de
verlos”.
María también afronta los hechos de la vida
con “decisión”.
“María no vive ‘de prisa’, con preocupación, sino, como subraya san Lucas,
‘María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón’”.
“En el
momento decisivo de la anunciación del ángel, Ella pregunta: ‘¿Cómo sucederá
esto?’. Pero no se detiene ni siquiera en el momento de la reflexión; da un
paso adelante: decide. No vive de prisa, sino sólo cuando es necesario ‘va sin
demora’. María no se deja llevar por los acontecimientos, no evita la fatiga de
la decisión (...) María dijo entonces: ‘Yo soy la servidora del Señor, que se
cumpla en mí lo que has dicho’”.
“En la vida
es difícil tomar decisiones, a menudo tendemos a posponerlas, a dejar que otros
decidan en nuestro lugar (...), pero no tenemos el coraje o nos parece
demasiado difícil, porque es ir contracorriente. María en la anunciación, en la
Visitación, en las bodas de Caná… va contracorriente”.
Francisco también dijo que María es ejemplo
de acción.
“En la oración, delante de Dios que habla, … en reflexionar y meditar sobre los
hechos de su vida,… María no tiene prisa, no se deja tomar por el momento, no
se deja arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro qué cosa
Dios le pide, lo que tiene que hacer, … no tarda, no se retarda, sino que va
‘sin demora’.
“María abre
nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las
mil palabras de este mundo, para que ilumine nuestra mente y nuestro corazón, y
sepamos obedecer … sin titubeos. María, mujer de la acción, haz que nuestras
manos y nuestros pies se muevan ‘sin demora’ hacia los otros, para llevar la
caridad y el amor de tu Hijo Jesús,… para llevar, como tú, en el mundo, la luz
del Evangelio. Amén”.
Fernando
No hay comentarios:
Publicar un comentario