Es tiempo de prepararse
para la Navidad con la oración, la caridad y la
alabanza: con un corazón abierto a dejarse encontrar por el Señor que todo lo
renueva: es la invitación del Papa
Francisco desde Santa Marta en este Tiempo de Adviento.
En
estos días comenzamos un camino nuevo, un camino de Iglesia… hacia la Navidad.
Vamos al encuentro del Señor, porque la Navidad -puntualizó- no es sólo una conmemoración temporal o un recuerdo de
una cosa bella.
La
Navidad es algo más: nosotros vamos por este camino para encontrar al Señor.
¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el
corazón, con la vida; encontrarlo viviente, como es Él;
encontrarlo con fe. Y no es fácil vivir con la fe. En el Evangelio nos
encontramos con personajes a los que el Señor admiró en ellos la fe que tenían,
porque emprendieron un camino para encontrar al Señor, y lo hicieron con fe. Y
no solamente encontraron al Señor, sino que sintieron la alegría de ser
encontrados por el Señor. Este es precisamente el encuentro que queremos: ¡el
encuentro de la fe!.
Y, más que ser nosotros los que
encontramos al Señor, es importante que nos dejemos encontrar por Él. Cuando
solamente somos nosotros los que encontramos al Señor, somos nosotros –entre
comillas, digámoslo– los dueños de este encuentro; pero cuando nos dejamos
encontrar por Él, es Él que entra dentro de nosotros, es Él quien renueva todo,
porque ésta es su venida, es aquello que significa cuando viene Cristo: renovar
todo, renovar el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino.
¡Nosotros estamos en camino con fe,… con la fe
de encontrar al Señor y, … principalmente, de dejarnos encontrar por Él!.
Es
necesario un ¡Corazón abierto, para que Él me encuentre! y me diga aquello que
Él quiera decirme, que no siempre es aquello que yo quiero que me diga! Él es
el Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos
juntos, como a una masa. ¡No, no! Nos mira a cada uno en la cara, a los ojos,
porque el amor no es un amor así, abstracto: ¡es amor concreto! De persona a
persona: El Señor, persona, me mira a mí, persona. Dejarse encontrar por el
Señor es justamente esto: ¡dejarse amar por el Señor!".
En
este camino hacia la Navidad, nos ayudan algunas actitudes: la perseverancia en
la oración, rezar más; laboriosidad en la caridad fraterna, acercarse más a
aquellos que tienen necesidad; y la alegría en la alabanza del Señor. Por lo
tanto: "oración, caridad y alabanza", … con el corazón abierto … para
que el Señor nos encuentre. Amén
Fernando
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