La demagogia es la capacidad de
vestir ideas menores con palabras mayores» (Abraham Lincoln).
La demagogia tiene mucho de
palabra grandilocuente y vacía. Las ideas que en ella laten son raquíticas,
pero van revestidas de un celofán muy vistoso.
Los populismos políticos son
demagogia pura. Pretenden engañar al pueblo con promesas vacías, adornadas de
oropel.
La demagogia es siempre engañosa
porque vende «ideas menores con palabras mayores».
La demagogia es engaño puro y
duro. Es un pernicioso instrumento político para confundir a la gente,
formulando promesas que no se podrán cumplir.
El demagogo es una figura más
dictatorial que democrática. La verdadera democracia no es compatible con la
demagogia. La democracia es claridad y verdad. La demagogia, en cambio, es
oscurantismo y mentira. El demagogo promete y no cumple. El demócrata debe
cumplir siempre lo que promete.
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